El lupus es la octava causa de muerte en mujeres jóvenes de 16 a 26 años en Estados Unidos.
El lupus es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunológico pierde la capacidad de distinguir entre lo propio y lo ajeno, atacando por error tejidos y órganos sanos. Esta respuesta equivocada provoca inflamación y daño en diversas partes del cuerpo, como la piel, las articulaciones, los riñones o el sistema nervioso.
"Es una condición crónica porque no tenemos una cura, aunque el futuro se ve prometedor. Y es una condición que generalmente tiende a afectar más a mujeres que a hombres, y hay ciertos grupos de edades que lo afectan mucho, desde la niñez hasta la mujer premenopáusica, aunque sí se pueden ver casos aislados luego de ciertas damas, cuando las personas son mayores", explicó la Dra. Paloma Alejandro, reumatóloga y miembro de la Junta de la Fundación FER.
Asimismo, la especialista señaló que, si bien existen patrones identificables en los grupos más afectados, el lupus puede manifestarse en cualquier persona, independientemente del sexo o de la edad, incluso en hombres o en adultos mayores de 50 o 60 años, por lo que no debe descartarse en estos casos.
"Hay una cifra que a mí siempre se ha quedado conmigo porque me alerta mucho. Es una cifra de Estados Unidos realmente, pero en mujeres jóvenes con lupus, entre los 16 a 26 años, es la octava causa de muerte a nivel de Estados Unidos. O sea, que es una importante causa de mortalidad en mujeres jóvenes y por eso le ponemos tanta atención", añadió el Dr. Oscar Soto, reumatólogo, Presidente de la Fundación FER y editor jefe de la Revista Medicina y Salud Pública.
El especialista también enfatizó que uno de los principales desafíos del diagnóstico radica en la capacidad del lupus para afectar múltiples sistemas del cuerpo. Esta característica ha llevado a que se le conozca como "la enfermedad de las mil caras" o "el gran imitador", ya que sus manifestaciones pueden confundirse con otras condiciones, incluidas algunas de origen maligno.
Por otra parte, la doctora Alejandro destacó que el lupus es una condición sumamente heterogénea, lo que implica que no hay dos pacientes iguales. Cada persona puede presentar síntomas distintos y diferentes órganos comprometidos.
La especialista añadió que el espectro de órganos que pueden verse afectados es amplio y va desde la piel, los ojos y las articulaciones, hasta órganos vitales como el corazón, los pulmones, los riñones y el sistema nervioso central. "Cuando uno ve la lista de síntomas, del pie a la cabeza, uno puede... arterias, venas... o sea, es una condición que puede afectar todos los órganos", puntualizó.
"Y no es realmente que se está regando por el cuerpo como el cáncer, por eso es que se confunde mucho con cáncer, sino que puede esa inflamación de ese ataque del sistema inmune se puede manifestar en cualquiera de estos órganos", agregó el Dr. Soto.
La reumatóloga explicó que el diagnóstico de lupus puede ser un desafío debido a la gran variedad de síntomas que presenta, lo que obliga a descartar otras condiciones con síntomas similares.
"Nos toma tiempo a veces diagnosticar a los pacientes porque son muchos síntomas, y necesitamos pruebas adicionales, como biopsias de riñón o piel, para confirmar el diagnóstico", indicó. Además, destacó que los laboratorios de sangre disponibles a menudo no son completamente confiables, ya que pueden generar falsos positivos.
Según los últimos criterios definidos por la Academia Americana, uno de los primeros indicios de lupus es un marcador de anticuerpos antinucleares (ANA, por sus siglas en inglés) positivo con valores superiores a 1.80, aunque esto no equivale a un diagnóstico definitivo. A partir de ahí, se deben evaluar síntomas específicos, resultados de laboratorios y pruebas adicionales, como biopsias o estudios de imagen (MRI, CT scans).
"Tenemos que tener todas esas piezas del rompecabezas para poder determinar el diagnóstico, y al final del día, se requiere el juicio clínico del reumatólogo", añade.
La experta explicó que los estudios muestran que hasta un 20% de las mujeres sanas pueden presentar un ANA positivo sin que esto signifique que padecen lupus. Además, destacó que algunos anticuerpos pueden aparecer en la sangre hasta 10 años antes de que se manifieste la enfermedad, lo que hace que el diagnóstico no dependa únicamente de un análisis de laboratorio. "Requiere el conocimiento de un especialista", afirmó.
El lupus es más común en mujeres, aunque su causa exacta sigue siendo incierta. "Pensamos que las hormonas, como el estrógeno, juegan un rol importante en el sistema inmune, pero nadie sabe con certeza por qué afecta más a las mujeres", indicó.
Sin embargo, también hay hombres afectados por la enfermedad, quienes suelen presentar casos más graves y complicados, especialmente en los riñones. "Cuando veo un hombre con lupus, me asusto porque suele ser una condición más severa", señaló la especialista.
"Y eso es una de las cosas importantes en lupus, hablar de los riesgos o de las cosas que confieren un riesgo mayor de severidad y de complicaciones, porque son cosas que el paciente con lupus debe entender. Cuando presentan, obviamente ya discutimos una, que son los hombres. El hombre tiene mayor riesgo de severidad, pero cuando presentan ya con varios órganos envueltos", agregó el Dr. Soto.
Además, la Dra. Alejandro explicó que el lupus puede clasificarse en tres niveles de gravedad: leve, moderado y severo. En los casos en los que hay involucramiento renal, la condición se considera severa, y es necesario iniciar un tratamiento agresivo.
"Si tienes envolvimiento renal, ya estamos hablando de una condición severa, donde a veces se deben utilizar dos o tres inmunosupresores al mismo tiempo para controlar la inflamación rápidamente, porque si no, el paciente puede sufrir daño renal permanente", subrayó.
El Dr. Oscar Soto subrayó que los síntomas del lupus no siempre reflejan el nivel real de inflamación en el cuerpo. Esto es especialmente relevante en órganos como el riñón, que puede estar comprometido sin manifestar signos evidentes. "En el riñón no te da síntomas. Y es importante que el paciente entienda eso, porque hay algunas cosas que no dan síntomas", explicó.
Además, recordó que los síntomas del lupus pueden ser intermitentes, lo que puede dar una falsa sensación de estabilidad. "Puedes tener un mes bien, otro mes mal. Pero eso no significa que la condición no esté activa... es importante que aunque sigan sus citas de seguimiento y que continúen sus medicamentos para prevenir otra exacerbación que podría ser peor que la anterior", advirtió.
En los últimos años, el tratamiento del lupus ha experimentado avances significativos, especialmente tras la pandemia de COVID-19. La reumatóloga señaló que este periodo impulsó el desarrollo e investigación de nuevos fármacos, lo que ha ampliado las opciones disponibles para los pacientes.
"Antes teníamos un medicamento aprobado por la FDA. Ahora tenemos dos, tres, cuatro tratamientos y muchos en pipeline que están siendo investigados y que próximamente van a estar aprobados", indicó la especialista.
La reumatóloga a su vez advirtió que, aunque la prednisona oral sigue siendo una herramienta clave en el manejo del lupus, su uso prolongado conlleva importantes efectos secundarios.
"Estos medicamentos tienen otras repercusiones. Te da diabetes tipo 2, te sube la presencia de hipertensión, osteoporosis en los huesos, necrosis vascular de las coyunturas", explicó, y enfatizó que muchas de estas complicaciones no provienen directamente de la enfermedad, sino del tratamiento mismo.
En casos con manifestaciones cutáneas o articulares, se puede optar por terapias que bloquean proteínas inflamatorias como el interferón, lo cual ha demostrado ser especialmente útil en estos escenarios.
Los avances más recientes en investigación apuntan hacia terapias innovadoras que trascienden los tratamientos convencionales. La Dra. Alejandro explicó que se están explorando estrategias utilizadas en oncología, como la terapia CAR-T (originalmente desarrollada para tratar linfomas) para modificar y reprogramar el sistema inmunológico en personas con lupus severo. Esta aproximación busca "repoblar" el sistema inmune, de forma similar a un trasplante de médula ósea.
El Dr. Soto complementó que estas terapias tienen como objetivo "reprogramar" las células inmunitarias desde su origen, en la médula ósea, con el fin de eliminar aquellas que desencadenan la enfermedad. Se trata de "darle un reinicio al sistema inmune con células muy específicas", una estrategia prometedora que hasta ahora ha sido evaluada en pacientes con formas graves de la enfermedad.