Experto abordó los crecientes riesgos de enfermedades cardiovasculares en la población de edad avanzada en Puerto Rico, y subrayó la urgencia de mejorar la prevención desde la atención primaria.
Según datos recientes del Censo de CENAL, la población de Puerto Rico está envejeciendo rápidamente. En solo una década, la edad promedio pasó de 37 a 45 años, un cambio demográfico que trae consigo nuevos retos para el sistema de salud.
Por lo mismo, en una entrevista del programa Expertos en Salud, el Dr. Oscar Soto, reumatólogo y editor de la revista Medicina y Salud Pública, conversó en exclusiva con el Dr. Jorge González, reconocido cardiólogo sobre algunos factores que pueden aumentar el riesgo de esta tendencia.
Al hablar sobre las condiciones cardiovasculares más frecuentes en la vejez, el Dr. González fue claro: "La causa más común de discapacidad y muerte a nivel mundial (especialmente en los países desarrollados) son las enfermedades cardiovasculares". Infartos, derrames cerebrales y fallos cardíacos lideran la lista.
Más allá del diagnóstico, el especialista hizo hincapié en la falta de atención a los factores de riesgo: "Lo más importante aquí es lidiar con los factores de riesgo, que están bastante descuidados. Y a veces, por intereses de la industria farmacéutica o de quienes producen dispositivos médicos, se favorece la intervención sobre la prevención".
El cardiólogo destacó que entre esos factores prevenibles se encuentran la hipertensión, diabetes, colesterol elevado, obesidad, sedentarismo, apnea del sueño y fibrilación auricular. "Si queremos hacer la diferencia, debemos trabajar con eso", añadió.
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El sistema de salud: Un modelo de negocios que ignora la prevención
El Dr. González también criticó el actual enfoque del sistema sanitario puertorriqueño: "Ahora mismo se ha organizado, o más bien desorganizado, como un modelo de negocios, olvidando lo que realmente importa: el trabajo del médico primario en la detección y manejo temprano de estas condiciones".
"La prevención es la intervención más significativa", insistió. Y advirtió que una vez que el paciente ha sido tratado por un evento cardiovascular, "aunque esté bien, nunca volverá a su estado previo. Lo que se hizo fue adecuado en el momento, pero fue deficiente en la prevención".
Fibrilación auricular: Una amenaza silenciosa pero prevenible
Una de las arritmias más comunes en la vejez es la fibrilación auricular, y su detección oportuna puede salvar vidas.
"Esta no suele causar muerte súbita, pero sí es una de las principales causas de derrames cerebrales", advirtió el cardiólogo. "Lo ideal es prevenirla o detectarla temprano, la prevención es la intervención más significativa".
González alentó a todos los profesionales de la salud —no solo cardiólogos— a involucrarse en la detección: "Incluso un oftalmólogo puede hacerlo. A veces, en una consulta de rutina se puede detectar una fibrilación que el paciente desconocía".
Sumado a eso, resaltó el valor de la tecnología para alertar sobre ritmos irregulares: "Existen aplicaciones móviles, relojes inteligentes y otros dispositivos que ayudan... No diagnostican por sí solos, pero pueden alertarnos y permitir un diagnóstico más certero con pruebas específicas".
Más allá de los anticoagulantes: Nuevas opciones y advertencias
Sobre los tratamientos disponibles, el Dr. González mencionó que además de los anticoagulantes, existen otros procedimientos como la ablación o el uso de dispositivos intracardíacos.
Sin embargo, advirtió sobre su uso inapropiado: "Estos dispositivos no deben ofrecerse como primera opción a alguien que simplemente no quiere anticoagularse. Están indicados sólo si hay una contraindicación absoluta para anticoagulación oral crónica".
Y concluyó con un mensaje claro: "Mucha gente prefiere no saber para evitar medicamentos, pero eso no es lógico. La edad por sí sola es un factor de riesgo, incluso sin hipertensión, diabetes, colesterol alto ni obesidad".