Las enfermedades reumáticas, muchas de ellas de origen autoinmune, no solo afectan las articulaciones, sino que comprometen también el bienestar físico, emocional y social de los pacientes.
En Puerto Rico, miles de personas viven con enfermedades reumáticas sin saberlo, atribuyendo síntomas como el dolor matutino, la rigidez o el cansancio a factores del envejecimiento o del estrés cotidiano.
Sin embargo, estas señales pueden ser el inicio de condiciones autoinmunes crónicas que, si no se diagnostican y tratan a tiempo, pueden llevar a daño articular irreversible y discapacidad.
Por lo tanto, la revista Medicina y Salud Pública, creó un espacio multidisciplinar para dialogar y comprender mejor las condiciones reumáticas con ayuda de expertos y profesionales de la salud.
En el conversatorio "Jornada vida activa con enfermedades reumáticas: Aprendiendo a cuidarnos mejor", la Dra. Ileana Rivera, reumatóloga del Hospital Damas de Ponce, hizo énfasis en la necesidad de detectar signos tempranos para evitar la progresión de enfermedades como la artritis reumatoide y la polimialgia reumática, dos condiciones que pueden generar discapacidad si no se tratan adecuadamente.
Uno de los grandes retos del diagnóstico temprano es que muchos pacientes no reconocen los síntomas iniciales como señales de una enfermedad reumática. Según la Dra. Rivera, los pacientes suelen consultar al reumatólogo cuando ya presentan dolor persistente, rigidez o inflamación evidente en las articulaciones, lo cual indica una etapa más avanzada del cuadro clínico.
"Usualmente, cuando llegan a nuestra clínica, el mayor número de quejas está relacionado con dolor, entumecimiento y limitación en su rango de movimiento. Pero es bien importante identificarlos desde temprano porque las manifestaciones no solo son articulares; pueden comprometer otros sistemas del cuerpo", explicó.
Uno de los síntomas más frecuentes y reveladores de condiciones inflamatorias como la artritis reumatoide es el entumecimiento al despertar, que puede durar más de 30 minutos.
"El paciente usualmente menciona mucho entumecimiento mañanero. Observa sus articulaciones más agrandadas, eritematosas, y se siente limitado en su movimiento y en su vida diaria", describió la especialista.
Este tipo de rigidez no solo interfiere con las actividades básicas, sino que también indica que la enfermedad está activa, lo que requiere intervención médica inmediata para evitar el deterioro de las articulaciones.
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Si no se diagnostica y trata a tiempo, la enfermedad entra en una fase de progresión clínica, caracterizada por erosiones articulares, mayor inflamación y dolor continuo.
"Si ya tiene esa fase clínica, esa progresión va a generar erosiones, y esas erosiones causan más dolor. Es un ciclo donde el dolor se perpetúa. Si no lo identificamos a tiempo, continúa su curso y puede llegar a provocar daño articular irreversible e incapacidad permanente", advirtió.
En este sentido, la Dra. Rivera insistió en que el diagnóstico temprano no solo mejora el pronóstico, sino que también permite aplicar tratamientos menos agresivos y con menos efectos secundarios.
El enfoque de la Dra. Rivera se basa en el modelo de atención centrado en el paciente, que reconoce que las enfermedades autoinmunes reumatológicas afectan múltiples dimensiones de la vida del individuo.
"Nosotros nos basamos en lo que es Patient-Centered Care, que implica escuchar al paciente en ese primer encuentro. Un diagnóstico reumatológico no solo afecta al paciente, afecta a todo su entorno familiar. Por eso, el cuidado debe ser integral", señaló.
Este enfoque también considera la salud emocional del paciente, quien puede experimentar ansiedad, frustración o miedo tras recibir un diagnóstico de por vida.
"Tener una comunicación constante es fundamental. El historial clínico que nos cuenta el paciente es vital para el diagnóstico. Además, cuando el paciente se siente escuchado, se adhiere mejor al tratamiento", afirmó.
En cuanto al tratamiento, la reumatóloga aclaró que existen múltiples opciones eficaces disponibles en Puerto Rico, adaptadas al tipo de enfermedad y perfil inmunológico del paciente. Sin embargo, lamentó que en muchos casos el acceso se ve limitado por trabas administrativas de los planes médicos.
"Hay varios tratamientos según el tipo de citoquina que predomina en el diagnóstico del paciente. Aunque a veces hay limitaciones con los seguros médicos, los tratamientos están disponibles y pueden marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad", indicó.
En enfermedades como la polimialgia reumática, los corticosteroides como la prednisona suelen ser efectivos en la fase aguda, pero su uso prolongado conlleva riesgos.
"Cuando le damos una dosis de prednisona a estos pacientes, el cambio es inmediato. Pero debemos estar atentos a las comorbilidades, como la diabetes, y comenzar lo antes posible con medicamentos conocidos como corticosteroid-sparing drugs que nos ayuden a disminuir esa dosis", explicó.
Más allá de los tratamientos médicos, la Dra. Rivera subrayó la importancia de empoderar al paciente, brindándole educación sobre su enfermedad, acompañamiento emocional y herramientas para tomar decisiones informadas.
"El paciente debe salir de la clínica sin dudas, empoderado para manejar su condición. Así puede continuar su día sin limitaciones y sin miedo", concluyó.
La actividad, que reunió a pacientes, médicos y cuidadores, reafirmó la necesidad de promover una cultura de diagnóstico temprano, educación continua y atención multidisciplinaria en las enfermedades reumáticas, que afectan a miles de puertorriqueños y cuya carga emocional y funcional aún es subestimada en la práctica médica.