Las metástasis renales de cáncer de mama son poco comunes, con una incidencia de alrededor del 12%. El mecanismo se relaciona con el abundante flujo sanguíneo renal, que facilita el depósito de células tumorales circulantes.
La paciente, una mujer de 49 años sin antecedentes familiares oncológicos, presentó un cuadro clínico insidioso caracterizado por dolor abdominal difuso, lumbalgia persistente y edema con fóvea (hinchazón que se produce por la acumulación de líquido en los tejidos) marcado en miembros inferiores, acompañado de oliguria (reducción en la producción de orina) progresiva durante más de un mes.
Los estudios de laboratorio iniciales revelaron datos de insuficiencia renal aguda con creatinina sérica en 1054 µmol/L (valor normal: 53-97 µmol/L) y anemia severa (hemoglobina 76 g/L), junto con alteraciones electrolíticas secundarias a la falla renal.
La ecografía renal mostró hidronefrosis bilateral con dilatación de los sistemas colectores y uréteres proximales, además de un patrón ecogénico anormal en el espacio retroperitoneal adyacente a la aorta abdominal, altamente sugestivo de proceso fibrótico.
Los estudios de imagen avanzados, incluyendo tomografía computarizada y resonancia magnética abdominal, confirmaron engrosamiento difuso del tejido retroperitoneal con atrapamiento bilateral de uréteres, compatible con fibrosis retroperitoneal.
Sin embargo, el hallazgo inesperado fue la presencia de múltiples lesiones infiltrativas perirrenales y en la fascia renal, con características atípicas que sugerían posible infiltración neoplásica.
La biopsia renal guiada por imagen del polo inferior derecho reveló dos hallazgos histopatológicos principales: necrosis tubular aguda secundaria a la obstrucción urinaria, y la presencia de células epiteliales atípicas con disposición en cordones y patrón infiltrativo.
El estudio inmunohistoquímico mostró un perfil peculiar con positividad fuerte para GATA3 (3+) y CKpan (3+), negatividad para E-cadherina y P120, y expresión intensa de receptores de estrógeno (ER 90%) y progesterona (PR 90%), patrón altamente sugestivo de metástasis de carcinoma lobulillar de mama.
Ante estos hallazgos histológicos, se realizó una evaluación mamaria. El examen físico reveló cambios cutáneos notables en ambas mamas con aspecto de "piel de naranja" y retracción bilateral de pezones.
La ecografía mamaria mostró patrones de eco reducido difuso bilateral (clasificado como BIRADS 4a), mientras que la resonancia magnética mamaria no pudo realizarse debido a la contraindicación de medios de contraste por la insuficiencia renal.
La PET/TC con 18F-FDG demostró múltiples focos de hipermetabolismo patológico: en las mamas (SUVmax 4.7), riñones (SUVmax 8.2), espacio retroperitoneal (SUVmax 3.3) y múltiples lesiones óseas (SUVmax 2.9). El patrón de captación difusa bilateral en mamas era altamente sugestivo de carcinoma lobulillar infiltrante bilateral, mientras que las lesiones renales y retroperitoneales correspondían a metástasis tumorales.
La confirmación histológica mediante biopsia mamaria bilateral estableció el diagnóstico definitivo de carcinoma lobulillar infiltrante grado II, con expresión hormonal fuerte (ER 90%, PR 50%), HER2 negativo, Ki-67 del 15%, y perfil inmunohistoquímico característico (E-cadherina negativo, P120 positivo ++).
El estudio genético identificó una mutación germinal en el gen BRCA1, lo que añadió mayor complejidad al caso. La fibrosis retroperitoneal se interpretó como secundaria a la infiltración metastásica del carcinoma mamario, mecanismo poco frecuente pero documentado en la literatura.
El manejo terapéutico requirió un abordaje multidisciplinario. Inicialmente se colocaron catéteres doble J ureterales para aliviar la obstrucción urinaria, con mejoría parcial de la función renal.
El tratamiento oncológico sistémico se inició con nab-paclitaxel (0.3 mg) una vez descartadas contraindicaciones, habiendo completado hasta el momento 11 ciclos con buena tolerancia y sin progresión radiológica evidente.
El caso (Lele Song, et al), es un ejemplo del porqué considerar metástasis atípicas en pacientes con cáncer de mama, especialmente del subtipo lobulillar, que puede presentar patrones de diseminación inusuales a riñón y espacio retroperitoneal.
La PET/TC se posicionó como herramienta diagnóstica fundamental en este contexto de contraindicación para contrastes iodados, permitiendo no solo la identificación del tumor primario sino también la evaluación completa de la enfermedad metastásica.
El cáncer de mama es una de las neoplasias más prevalentes en la población femenina a nivel global, representando el 24.5% de todos los casos de cáncer en mujeres.
Dentro de este espectro, el cáncer de mama bilateral (BBC) presenta una incidencia particularmente baja, oscilando entre el 1.4% y 12% de los casos, pudiendo manifestarse de forma sincrónica o asincrónica según el intervalo temporal entre la aparición de las lesiones.
En el presente caso, la paciente presentaba una mutación germinal en el gen BRCA1, factor de riesgo conocido que incrementa la probabilidad de desarrollar cáncer de mama entre los 30 y 50 años, y que confiere características clínicas particulares, incluyendo mayor agresividad biológica y frecuente patrón triple negativo.
Esta condición genética no solo influye en el comportamiento tumoral, sino que también tiene implicaciones terapéuticas relevantes, ya que las portadoras de mutaciones BRCA1 pueden beneficiarse de agentes específicos como cisplatino u olaparib, lo que subraya la importancia del estudio genético en el manejo integral de estas pacientes.
La fibrosis retroperitoneal maligna, que en aproximadamente 8% de los casos se asocia con neoplasias, puede resultar de una reacción desmoplásica a células tumorales o de la acción de citocinas proinflamatorias secretadas por el tumor.
En este contexto, la PET/TC con 18F-FDG se utilizó como herramienta diagnóstica fundamental, permitiendo no solo identificar el tumor primario mamario bilateral, sino también evaluar la extensión de la enfermedad metastásica a nivel renal, óseo y retroperitoneal.
Las metástasis renales de cáncer de mama son poco comunes, con una incidencia reportada alrededor del 12%. El mecanismo fisiopatológico probablemente se relaciona con el abundante flujo sanguíneo renal, que facilita el depósito de células tumorales circulantes.
Si bien las metástasis renales suelen manifestarse como masas circunscritas múltiples, en este caso se observó un patrón atípico de infiltración difusa sin lesiones focales definidas, lo que planteó importantes desafíos diagnósticos iniciales. La correlación entre los hallazgos de imagen (especialmente la captación significativa de 18F-FDG en riñones) y el estudio histopatológico fue crucial para establecer el diagnóstico definitivo.