El diagnóstico se basa en dos exámenes sencillos: creatinina en sangre (que mide la capacidad de filtración) y microalbuminuria en orina (para detectar pérdida de proteínas).
Según la Sociedad Internacional de Nefrología, se estima que alrededor del 10% de la población mundial padece algún grado de deterioro renal, aunque la gran mayoría lo desconoce.
Esta condición, distinguida por la pérdida progresiva e irreversible de la función renal, además de comprometer la calidad de vida de quienes la padecen, significa una carga económica para las familias y los sistemas de salud.
De acuerdo con el Dr. Camilo Alberto González, director médico de Nefrología de la Unidad Renal de Colsanitas, "La principal causa de enfermedad renal crónica a nivel mundial es la diabetes mellitus", sin embargo, añade que "en Colombia también figura la hipertensión arterial... Después de ella aparecen las enfermedades glomerulares, las enfermedades químicas y la enfermedad obstructiva".
Esto evidencia la estrecha relación entre las enfermedades metabólicas y el deterioro renal, un vínculo que se ha fortalecido con los cambios en los estilos de vida modernos.
Para comprender la magnitud del daño renal, es necesario analizar los procesos biológicos que ocurren a nivel celular. La exposición prolongada a altos niveles de glucosa en sangre, característica de la diabetes mal controlada, desencadena un efecto dominó de eventos destructivos en el delicado sistema de filtración renal.
Simultáneamente, la hipertensión arterial ejerce presión constante sobre las estructuras renales, generando un daño acumulativo que puede pasar desapercibido durante años.
El Dr. González explica este proceso: "En el contexto de la diabetes, la exposición a niveles elevados de glucosa en la sangre y los procesos inflamatorios que ello acarrea a nivel renal genera varios procesos diferentes".
"La hipertensión arterial igualmente, su mecanismo principal está relacionado con esas fuerzas de presión sobre el glomérulo y el engrosamiento y aterosclerosis de las paredes de los vasos en el contexto del riñón", complementa el especialista, mencionando cómo estas dos condiciones actúan sinérgicamente para acelerar el deterioro renal.
La naturaleza de la ERC es ser asintomática, sobre todo en etapas tempranas. "Los síntomas solo aparecen cuando la enfermedad ya está muy avanzada, cuando la función renal se ha reducido más de un 50% de lo normal", explica el nefrólogo.
Cuando finalmente se manifiestan, los signos pueden variar: "dependiendo de la cantidad de proteínas que voten y el grado de compromiso de la eliminación de toxinas, pueden presentar retención de líquidos, que se ve como la aparición de inflamación, ganancias en las extremidades o en la cara... Síntomas relacionados con el cúmulo de toxinas, como pérdida de apetito, debilidad y dolores de cabeza".
Para este punto, advierte que "cuando la función del riñón está por debajo del 15% suele aparecer piquiña en la piel, resequedad junto con dificultad de orinar, o la presencia de sangre visible en la orina".
Dado que estas características son tan inespecíficas, frecuentemente se atribuyen erróneamente a otras condiciones.
En materia de diagnósticos tempranos y estrategias preventivas, existen modelos integrales como "Keralty", en palabras del médico: "En el caso de Colombia, contamos con atención en todos los programas, atenciones en diferentes etapas de la vida, personalizando según el estado, tamizajes y las indicaciones de las guías de práctica clínica".
El modelo incluye programas específicos para diferentes condiciones, como explicó el experto: "Tenemos una clínica de obesidad, programas específicos para el tratamiento de la diabetes según el grado de complejidad, que son integrales de tal manera que se permiten hacer una evaluación nutricional, de su red social y de su red psicológica".
"Para enfermedad renal crónica contamos con varios centros de atención en nefroprotección que se encargan de un seguimiento completo con una intervención también de índole nutricional ámbito social y mental", añadió.
Uno de los aspectos más innovadores es su aproximación a la enfermedad renal avanzada. El nefrólogo comentó: "Existe un espacio adicional que llamamos pre diálisis, porque la idea no es llevar a la diálisis de ninguna manera, sino que son encargados de ese proceso de la enfermedad en su grado más avanzado".
Este enfoque "se encarga de evitar el ingreso a diálisis y la falla renal, se encarga del manejo de la enfermedad renal crónica avanzada, para asegurar que el riñón mantenga unos huesos saludables, una buena salud cardiovascular, un estado de hidratación adecuado y el manejo integral también del riesgo cardiovascular".
Si bien, el manejo de la ERC necesita una visión integral que trascienda el tratamiento farmacológico, "lo más importante es la detección temprana. Así se permiten hacer intervenciones que retrasen la progresión y mejoren la calidad de vida", concluye el nefrólogo.