Experta revela no solo los avances clínicos en Puerto Rico frente al cáncer, sino también la importancia de la educación médica especializada y el enfoque integral en el cuidado del paciente.
En una entrevista exclusiva de la revista Medicina y Salud Pública la Dra. Maribel Tirado, directora del Programa de fellowship de hematología y oncología de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, abordó cómo preparan oncólogos comprometidos con el avance médico y tres de los cánceres más relevantes en la isla: Gástrico, renal y pulmonar.
Según la Dra. Tirado, el programa de fellowship del RCM es de entrenamiento para doctores que quieren hacer una especialidad en hematología y en Oncología.
“Nosotros aspiramos a que cuando nuestros egresados estén en la comunidad puedan proveer el servicio a todas las malignidades o todos los tipos de cáncer que hay, pero a su vez puedan atender condiciones hematológica que no son necesariamente cáncer Tales como anemia desórdenes de coagulación etc.”
Sumado a eso, para el programa es de vital importancia la investigación clínica, para apostarle a la innovación de tratamientos. Según la experta, “la evaluación que hacemos de sus prácticas pues son exitosas están debidamente certificadas ya que tienden a tener en medicina oncológica y hematología.”
Vea programa completo aquí:
Panorama del cáncer renal en Puerto Rico
En Puerto Rico, se observa una mayor prevalencia en hombres que en mujeres, y el cáncer de células renales es el tipo más común.
“Cerca de 260 hombres y 140 mujeres se diagnostican todos los años con cáncer de riñón y cerca de unos 60 hombres y 40 mujeres fallecen anualmente.” Señala la Dra. Tirado.
De acuerdo con la explicación de la especialista, se ha visto una mejora de sobrevida global de estos pacientes a cinco años, un poco más del 80% de estos pacientes viven más allá de los cinco años, lo cual podría significar los avances en términos quirúrgicos, sin dejar ninguna masa residual.
“Antes eran principalmente quimioterapias y hoy en día utilizamos terapias dirigidas, utilizando inhibidores de tirosina cinasa que en su mayoría son pastillas, y utilizamos la inmunoterapia” explica la Dra. Maribel.
“La inmunoterapia no mata directamente la célula cancerosa, sino que fortalece el sistema inmune para que este lo haga”, añadió.
Respecto a los factores de riesgo, fumar, la obesidad, la hipertensión y antecedentes familiares se perfilan como elementos clave. “Identificar mutaciones hereditarias como el síndrome de Von Hippel-Lindau permite ofrecer cernimiento a otros miembros de la familia”, destacó.
Sumado a eso, el consumo de alimentos ultraprocesados y altos en sodio también se vincula indirectamente con esta enfermedad. “Definitivamente, porque principalmente eso se asocia a obesidad, y la obesidad pues es un factor de riesgo para el cáncer de riñón”.
El diagnóstico suele realizarse una vez aparecen síntomas como hematuria (sangre en la orina) o dolor en los flancos. “El diagnóstico se hace a través de imágenes —sonografía, CT— y se confirma mediante biopsia”.
“El cáncer gástrico en Puerto Rico ha aumentado levemente, pero ha sido un aumento sostenido”, indicó la especialista.
Anualmente, se diagnostican alrededor de 500 a 600 casos, con una sobrevida a cinco años de apenas 30–35%. “Eso quiere decir que poco más de siete de cada diez pacientes fallecen antes de llegar a los cinco años”, lamentó.
La bacteria Helicobacter pylori figura entre los factores de riesgo más relevantes. “Tener esta infección aumenta el riesgo de desarrollar adenocarcinoma gástrico o linfoma MALT. Por eso es importante identificarla y tratarla a tiempo”, dijo. Para su detección, recomendó la endoscopía con biopsia, que permite no solo confirmar la infección, sino descartar o detectar cáncer.
La Dra. Tirado subrayó también la importancia del enfoque multidisciplinario en el tratamiento. “Un paciente de cáncer gástrico debe ser evaluado por oncología, cirugía y radioterapia. Determinar la localización y extensión del tumor es clave para decidir si operamos o iniciamos quimioterapia primero.”
En el ámbito metastásico, destacó nuevas terapias dirigidas según mutaciones específicas: “HER2/neu, PD-L1 y Claudina son algunas de las mutaciones que hoy analizamos para ofrecer medicamentos más efectivos. Esto nos permite personalizar el tratamiento y mejorar la calidad de vida del paciente.”
El cáncer de pulmón, tradicionalmente asociado al tabaquismo, hoy afecta cada vez más a personas no fumadoras.
“En Puerto Rico hemos visto un aumento en estos casos. La mayoría no están relacionados al fumar, sino que corresponden a adenocarcinomas”, explicó.
Factores como la exposición al asbesto, el tabaquismo pasivo y la contaminación ambiental están bajo análisis. “El problema es que los síntomas iniciales, como la tos, son inespecíficos y suelen atribuirse a infecciones comunes. Muchos pacientes se diagnostican en etapas tardías”, advirtió.
Así mismo, la baja implementación del cernimiento con tomografías de dosis baja preocupa a la especialista. “Menos del 30% de los pacientes elegibles están recibiendo este tipo de cernimiento anual, que puede ser crucial para detectar tumores pequeños y operables”, alertó.
En cuanto al manejo de pacientes con enfermedad avanzada, Tirado detalló la importancia de estudiar el perfil molecular del tumor. “KRAS, EGFR, ALK, ROS1, MET, BRAF, HER2, PD-L1… son mutaciones que nos permiten usar terapias dirigidas más efectivas que la quimioterapia convencional.”
“Si el paciente tiene una mutación tratable con pastillas orales, puede continuar con su vida diaria sin necesidad de hospitalizaciones frecuentes”, dijo, destacando el impacto positivo de estos tratamientos en la calidad de vida.
Más allá del tratamiento, la Dra. Tirado hizo un llamado a la conciencia social. “No fumes. Ni cigarrillos ni vapeadores. Ambos son dañinos y carcinogénicos. Si fuéramos diseñados para fumar, nuestro cuerpo sería distinto”, afirmó con firmeza.
Desde el Programa de Hematología y Oncología, enfatizó que su misión es formar especialistas comprometidos con la innovación médica y la atención centrada en el paciente.
“Preparamos oncólogos que no solo conocen los últimos tratamientos, sino que entienden el valor de la prevención, el diagnóstico temprano y el trabajo en equipo", concluyó.