La influenza puede parecer una enfermedad común, pero puede ser grave y potencialmente fatal, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
La hematuria, ya sea visible o microscópica, puede aparecer de forma intermitente y confundirse con infecciones urinarias u otras condiciones benignas, lo que retrasa el diagnóstico.
El registro de los episodios de dolor y del uso de fármacos es clave para detectar este problema y permitir que el tratamiento se enfoque en reducir el consumo y modular el dolor de manera progresiva.
La tomografía computarizada identificó el crecimiento acelerado del aneurisma, gas perivascular e inflamación severa, hallazgos que permitieron diagnosticar una rara fístula entre la arteria ilíaca y el colon.
Las lesiones asociadas incluyen principalmente quemaduras, pero también amputaciones y lesiones por explosión, y su gravedad aumenta cuando se combinan con factores como el consumo de alcohol y el uso en espacios inapropiados.
La luxación congénita de rodilla grave en una recién nacida fue corregida sin cirugía, a pesar de tratarse de una hiperextensión cercana a 100 grados y de encontrarse en una zona remota con recursos limitados.
Atienden más de 20,000 llamadas, gestionando casos complejos de acceso a servicios médicos. Funcionan como enlace crítico entre pacientes, médicos y sistemas de salud, optimizando tiempos de espera.
El médico de familia tiene un rol continuo y decisivo, antes, durante y después de la lesión. No solo educa y previene, sino que acompaña al paciente en la crisis y, sobre todo, en el largo proceso posterior: rehabilitación, salud mental, visitas domiciliarias y reintegración social.
La pólvora es un problema predecible de salud pública, cada temporada festiva se repiten emergencias como quemaduras profundas, amputaciones, lesiones oculares y daño auditivo, muchas veces con consecuencias permanentes.
La ausencia inicial de dolor es engañosa. Hace que tanto pacientes como médicos subestimen el problema.
Los orzuelos son infecciones bacterianas, generalmente causadas por Staphylococcus aureus, que afectan las glándulas del párpado. No deben reventarse, ya que esto puede agravar la inflamación o generar complicaciones.










