El impacto del sedentarismo en la salud hormonal y metabólica: Aumenta el riesgo de mortalidad un 30%

Según datos de la OMS, las mujeres son una media de cinco puntos porcentuales menos activas que los hombres, particularmente durante la menopausia, el donde el sedentarismo exacerba síntomas como fatiga y acumulación de grasa abdominal.

Katherine Ardila

    El impacto del sedentarismo en la salud hormonal y metabólica: Aumenta el riesgo de mortalidad un 30%

    En el marco del Día Mundial de la Salud, resulta fundamental conversar de uno de los mayores riesgos para la salud pública en la actualidad: el sedentarismo. Este estilo de vida inactivo, caracterizado por largas horas sentados o con mínima actividad física, se ha convertido en una amenaza para personas de todas las edades y condiciones sociales. 

    Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 31% de los adultos y el 80% de los adolescentes no cumplen con los niveles recomendados de actividad física para mantener un buen estado de salud, lo que termina a menudo en el desarrollo de enfermedades crónicas y un riesgo de mortalidad de un 20% a un 30% superior a las que son suficientemente activas. 

    Teniendo en cuenta este contexto, la doctora Leticia Hernández Dávila, endocrinóloga y especialista en obesidad, advierte sobre las graves consecuencias del sedentarismo en la regulación hormonal y el metabolismo. Con un estilo de vida cada vez más dominado por la inactividad física, debemos entender cómo esta condición afecta no solo el peso corporal, sino también el equilibrio hormonal, la salud ósea y la longevidad.  

    Sedentarismo: más que un problema de movimiento  

    El sedentarismo se define como un estado en el que las personas pasan más de nueve horas al día sin realizar actividad física, ya sea durante el trabajo o en momentos de ocio. Según la Dra. Hernández, "está asociado a condiciones como la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, el hígado graso, pero también a la pérdida de masa muscular y hueso". 

    Esta inactividad prolongada además de incrementar el riesgo de enfermedades metabólicas, también "puede tener efectos en nuestra longevidad y calidad de vida a corto y largo plazo".  

    Resistencia a la insulina y diabetes: un vínculo riesgoso con el sedentarismo  

    En relación a los efectos más críticos del sedentarismo está su vínculo con la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2. 

    La especialista explica que "el tejido graso que desarrollamos como consecuencia de la obesidad es metabólicamente activo, pero está asociado a inflamación y resistencia a la insulina". Este proceso desencadena un círculo vicioso: "Empezamos a producir niveles aumentados de insulina para contrarrestar esta resistencia, pero llega un momento en que las células beta del páncreas no pueden soportar la carga y se pierden". Cuando se pierde entre el 50% y 80% de estas células, aparece la diabetes tipo 2.  

    Lo más alarmante, según la Dra. Hernández, es que "los daños asociados a la diabetes no ocurren solo al diagnosticarla, sino desde el momento en que se desarrolla la resistencia a la insulina". La hiperglucemia y la hiperinsulinemia ya están causando estragos en los vasos sanguíneos y tejidos mucho antes de que la enfermedad sea evidente.  

    Efectos en la tiroides y el síndrome metabólico  

    Aunque el sedentarismo no causa directamente hipotiroidismo, la experta señala que "puede elevar los niveles de TSH (hormona estimulante del tiroides) como una respuesta fisiológica al aumento de las demandas metabólicas". Sin embargo, aclara que "esto no significa que se desarrollará hipotiroidismo, y los niveles suelen normalizarse al perder peso".  

    Lo que sí es cierto es que la inactividad física contribuye al síndrome metabólico: "El sedentarismo es una causa adicional para la obesidad, que a su vez está ligada a componentes como la hipertensión, el colesterol HDL bajo, los triglicéridos elevados y la resistencia a la insulina". 

    En este contexto, la obesidad abdominal —definida como una circunferencia de cintura mayor a 35 pulgadas en mujeres y 40 en hombres— es un marcador clave de riesgo metabólico.  

    El sedentarismo en las mujeres y su impacto en la salud emocional 

    Ahora bien, según datos de la OMS, las mujeres son una media de cinco puntos porcentuales menos activas que los hombres, particularmente durante la menopausia, el donde el sedentarismo exacerba síntomas como fatiga y acumulación de grasa abdominal. 

    La doctora explica que "a partir de los 30 años comenzamos a perder masa ósea, y a los 40, masa muscular. El sedentarismo acelera este proceso, afectando la salud metabólica".

     Además, científicamente se ha comprobado que el ejercicio mejora la salud mental: "El sedentarismo está marcadamente asociado a lo que es nuestra salud emocional, sabemos que la actividad física nos ayuda a disminuir el riesgo de depresión, el riesgo de ansiedad y nos ayuda también en el manejo del estrés con niveles elevados de cortisol". 

    Por esta razón, las Directrices de la OMS sobre actividad física sugieren que los adultos de 18 a 64 años dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. 

    "Debemos fomentar el ejercicio desde edades tempranas para mitigar estos efectos", insiste la experta.  

    Un llamado a la acción: pequeñas estrategias, grandes cambios  

    Finalmente, la Dra. Hernández hace un llamado urgente a adoptar hábitos activos con 2 sugerencias principales: "En términos de nuestro trabajo deberíamos tratar de utilizar ya sean aplicaciones o programas que nos recuerden hacer algún tipo de pausa activa cada media hora o cada 60 minutos", también están los escritorios ajustables para trabajar de pie, o programas cortos de ejercicio durante la hora de almuerzo. 

    Asimismo, menciona que "Debemos velar por nuestra alimentación, asegurarnos de tener una ingesta adecuada de los diversos nutrientes sin llevar una dieta restringida". También recomienda manejar el estrés, dormir 6-8 horas y mantenerse hidratados.  

    Su mensaje final es claro: "Lo que hagamos hoy determinará nuestra calidad de vida futura. Comencemos poco a poco, sin compararnos, pero con la determinación de mejorar nuestro estilo de vida. Nuestra salud futura depende de las decisiones que tomemos ahora".  



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