Durante la menopausia, estos problemas se ven acentuados por los cambios hormonales, específicamente por la disminución de estrógenos.
El uso de tacones altos durante la menopausia puede empeorar problemas articulares y aumentar el riesgo de lesiones en las rodillas. El doctor Manuel Leyes, jefe de Servicio de Traumatología de Olympia Quirónsalud en Madrid, ha explicado por qué, en general, el uso de tacones altos puede ser perjudicial para las mujeres durante la etapa de la menopausia.
Según el experto, existen diferencias anatómicas y biomecánicas entre las rodillas de hombres y mujeres que hacen a estas últimas más vulnerables a lesiones, especialmente en esta fase de la vida.
Las mujeres presentan una pelvis más ancha que los hombres, lo que provoca que sus piernas se angulen hacia afuera generando un mayor ángulo en la alineación de las rodillas. Esta particularidad anatómica está asociada con un mayor riesgo de lesiones, como la rotura del ligamento cruzado anterior.
Además, las mujeres tienen en promedio menos masa muscular en las piernas y una mayor laxitud ligamentosa, lo que afecta directamente la estabilidad articular. También presentan patrones de movimiento distintos, como una mayor tendencia a la pronación o a la flexión excesiva de las rodillas, factores que aumentan el riesgo de problemas articulares.
Los tacones elevados cambian la alineación natural del cuerpo al alterar la postura, desplazando el centro de gravedad hacia adelante, donde el impacto al caminar aumenta porque el pie no puede distribuir el peso de manera uniforme, lo que agrava la tensión en las articulaciones.
Durante la menopausia, estos problemas se ven acentuados por los cambios hormonales, específicamente por la disminución de estrógenos. Estas hormonas influyen directamente en la salud del cartílago articular, ayudando a mantener su integridad y capacidad para resistir el desgaste.
Con la reducción de estrógenos, aumenta el riesgo de artrosis de rodilla, inflamación y dolor articular, además de observarse una disminución de la fuerza muscular.
El doctor Leyes menciona que durante la menopausia las mujeres tienden a ganar peso y a perder densidad ósea, lo que hace que los huesos se vuelvan más frágiles y susceptibles a fracturas.
La artrosis de rodilla es más común en mujeres, especialmente después de la menopausia, también por factores hormonales, anatómicos, de mayor laxitud ligamentosa y a una mayor predisposición al sobrepeso.
En contraste, los hombres tienden a desarrollar artrosis de rodilla a una edad más temprana, especialmente si tienen un estilo de vida físicamente activo o han sufrido lesiones articulares previas.
Las estadísticas revelan que las mujeres tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de sufrir una rotura del ligamento cruzado anterior en comparación con los hombres que practican los mismos deportes. Las fluctuaciones hormonales, especialmente durante la fase ovulatoria, pueden hacer que los ligamentos sean más vulnerables.
También influyen los patrones de movimiento, como los aterrizajes con las rodillas más extendidas y juntas, y una menor fuerza muscular en los músculos que estabilizan la rodilla.
Ante esta situación, el especialista recomienda evitar el uso de tacones altos durante la menopausia para prevenir mayores complicaciones en las articulaciones. La combinación de los cambios propios de esta etapa con el uso de calzado inadecuado puede acelerar el desgaste articular y aumentar el riesgo de lesiones.
Es fundamental que las mujeres en esta fase de la vida presten especial atención al cuidado de sus articulaciones, mantengan un peso saludable y realicen ejercicios que fortalezcan la musculatura que soporta las rodillas.
El doctor Leyes concluye que entender estas diferencias anatómicas y los efectos de los cambios hormonales es necesario para prevenir problemas articulares.