Episodio migrañoso en menor de 10 años se presenta con pérdida de sensibilidad en extremidades y cefalea

Las migrañas son uno de los trastornos neurológicos más prevalentes en la población pediátrica, con una incidencia que aumenta significativamente después de la pubertad y que muestra claro predominio en el sexo femenino.

Katherine Ardila

    Episodio migrañoso en menor de 10 años se presenta con pérdida de sensibilidad en extremidades y cefalea

    Una niña de 10 años acudió a consulta pediátrica presentando un cuadro clínico inusual que comenzó durante su jornada escolar. Mientras se encontraba en clase, experimentó una sensación de hormigueo en su mano derecha que progresó rápidamente hasta convertirse en una pérdida completa de sensibilidad en toda la extremidad superior derecha. 

    Este síntoma apareció sin ningún factor desencadenante aparente, como traumatismos o posiciones mantenidas que pudieran comprimir nervios periféricos.  

    Aproximadamente quince minutos después del inicio de los síntomas neurológicos, la paciente comenzó a desarrollar un dolor intenso localizado exclusivamente en el hemicráneo derecho. 

    La naturaleza pulsátil del dolor y su asociación con síntomas sensitivos previos hicieron pensar inicialmente en un posible cuadro migrañoso, aunque era la primera vez que la niña presentaba esta sintomatología. El personal escolar, al notar la gravedad del caso, trasladó a la paciente a la enfermería donde se intentó sin éxito recuperar la sensibilidad mediante masajes en la extremidad afectada.  

    Diagnostico: Migraña con aura sensitiva 

    Al ser evaluada por el pediatra, ya se había producido la recuperación completa de la sensibilidad en el brazo derecho, pero persistía la cefalea intensa. El especialista, ante la ausencia de hallazgos neurológicos focales en el examen físico y considerando la historia clínica, optó por manejar sintomáticamente el dolor con ibuprofeno 200 mg. 

    Posteriormente, tras consultar con el médico familiar, se confirmó el diagnóstico de migraña con aura sensitiva, un subtipo de migraña que afecta aproximadamente al 25-30% de los pacientes migrañosos.  

    La evolución del cuadro fue característica: tras cuatro horas de sueño reparador, la paciente experimentó mejoría significativa del dolor, aunque persistió una leve sensación pulsátil residual durante las siguientes 24 horas. 

    A las 48 horas del inicio del episodio, todos los síntomas habían remitido completamente sin dejar secuelas neurológicas. Este patrón temporal, junto con la ausencia de hallazgos anormales en la exploración neurológica, apoyó el diagnóstico final.  

    Discusión 

    Las migrañas son uno de los trastornos neurológicos más prevalentes en la población pediátrica, con una incidencia que aumenta significativamente después de la pubertad y que muestra claro predominio en el sexo femenino. 

    Lo particular de este caso fue la presentación atípica en una paciente prepuberal, donde los síntomas sensitivos (aura) precedieron claramente al episodio doloroso. El aura migrañosa, que afecta aproximadamente a un tercio de los pacientes, puede manifestarse no solo como alteraciones visuales (el tipo más común), sino también como síntomas sensitivos, del lenguaje o motores.  

    El proceso diagnóstico en este caso ilustra las dificultades que enfrentan los profesionales de primera línea ante cuadros de migraña atípicos. La necesidad de tres evaluaciones médicas consecutivas para llegar al diagnóstico correcto refleja un problema sistémico en el reconocimiento de las manifestaciones menos convencionales de la migraña pediátrica. 

    Este retraso diagnóstico, aunque no comprometió el pronóstico en este caso específico, puede tener implicaciones importantes en términos de calidad de vida y manejo terapéutico oportuno.  

    Consideraciones terapéuticas y seguimiento  

    El manejo farmacológico con AINEs (ibuprofeno en este caso) sigue siendo la piedra angular del tratamiento agudo en la población pediátrica, aunque su eficacia es limitada en episodios severos. La respuesta parcial al analgésico y la mejoría con el sueño son características típicas de los episodios migrañosos infantiles. 

    En casos de recurrencia, se podría considerar la implementación de un diario de cefaleas para identificar posibles desencadenantes y evaluar la necesidad de profilaxis farmacológica.  

    Implicaciones a largo plazo y conclusiones  

    Este caso subraya la importancia del reconocimiento temprano de las variantes atípicas de migraña en pediatría. Aunque generalmente benignas, estas condiciones pueden generar importante ansiedad en pacientes y familiares cuando no son diagnosticadas adecuadamente. 

    La ausencia de marcadores biológicos específicos hace que el diagnóstico siga siendo clínico, basado en una historia detallada y una cuidadosa exclusión de otras patologías neurológicas.  

    La investigación actual sigue sin poder explicar completamente la fisiopatología de las migrañas, particularmente en lo que respecta a los mecanismos del aura. Avances en neuroimagen y genética prometen mejores herramientas diagnósticas y terapéuticas en el futuro. 

    Mientras tanto, casos como este dejan en evidencia la necesidad de educación médica continua y de mantener un alto índice de sospecha para estas condiciones en la práctica clínica diaria.



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