Aunque el 85% de los pacientes ingresan sin signos evidentes de insuficiencia cardíaca, aquellos en los que la ecografía detecta congestión pulmonar presentan un riesgo seis veces mayor de sufrir complicaciones durante su hospitalización.
Investigaciones recientes lideradas por el Servicio de Cardiología del Hospital del Mar de Barcelona, en colaboración con el Hospital Vall d'Hebron y el Hospital Sant Pau, han confirmado que la realización de ecografías pulmonares en pacientes que sufren un infarto agudo de miocardio permite anticipar con mayor precisión posibles complicaciones durante su evolución clínica.
Los hallazgos, publicados en revistas médicas de prestigio como Heart, Journal of the American Heart Association y European Heart Journal: Acute Cardiovascular Care, son de gran ayuda en el manejo de estos pacientes, especialmente en aquellos que ingresan en condiciones aparentemente estables pero que podrían desarrollar complicaciones graves.
Hasta ahora, la evaluación del riesgo en pacientes con infarto se basaba principalmente en la escala Killip, una herramienta que depende de la exploración física y que tiene limitaciones para detectar problemas subyacentes.
Sin embargo, estos nuevos estudios demuestran que la ecografía pulmonar puede identificar de forma temprana la congestión pulmonar, es decir, la acumulación de líquido en los pulmones, un signo clave que precede a complicaciones como la insuficiencia cardíaca o incluso la muerte.
Uno de los hallazgos más relevantes es que, aunque el 85% de los pacientes ingresan sin signos evidentes de insuficiencia cardíaca, aquellos en los que la ecografía detecta congestión pulmonar presentan un riesgo seis veces mayor de sufrir complicaciones durante su hospitalización y 5,4 veces más probabilidades de enfrentar problemas graves en los primeros 30 días después del infarto.
Por esta razón, los expertos mencionan que es necesario incorporar esta técnica de imagen, sencilla y no invasiva, en la evaluación rutinaria de estos pacientes.
Además, según lo publicado en Infosalus, los investigadores desarrollaron una nueva escala de riesgo, denominada "Killip pLUS", que combina los criterios tradicionales de la escala Killip con los datos obtenidos mediante ecografía pulmonar.
Los resultados mostraron que este nuevo sistema es más preciso que la escala clásica, no solo para predecir complicaciones durante el ingreso, sino también para estimar el riesgo de mortalidad y otras complicaciones hasta un año después del infarto.
Este avance permitirá a los médicos identificar con mayor certeza a aquellos pacientes que necesitan un seguimiento más intensivo y, al mismo tiempo, facilitar el alta temprana de quienes tienen un bajo riesgo de complicaciones.
De esta manera, se optimiza el uso de recursos hospitalarios y se mejora la calidad de la atención.