"Se cree que por un carácter de alergia, los eosinófilos infiltran el esófago y causan inflamación"

Hasta un 80 % de los pacientes con esofagitis eosinofílica también presentan otras enfermedades alérgicas como rinitis, asma o dermatitis atópica.

Maria Camila Sánchez

    "Se cree que por un carácter de alergia, los eosinófilos infiltran el esófago y causan inflamación

    Una inflamación crónica del esófago puede tener origen alérgico y pasar desapercibida durante años, hasta que la persona termina en una sala de emergencias por atragantamiento. 

    Se trata de la esofagitis eosinofílica, una enfermedad que, aunque poco conocida, cada vez se diagnostica con más frecuencia, también en adultos. Así lo explicó el Dr. Wilfredo Cosme Blanco, alergista e inmunólogo, quien se ha especializado en el abordaje multidisciplinario de esta condición.

    "La esofagitis eosinofílica es una enfermedad inflamatoria crónica del esófago que se caracteriza por la infiltración de eosinófilos, unas células que normalmente no deberían estar ahí", indicó.

    ¿Qué son los eosinófilos y por qué invaden el esófago?

    El doctor Cosme explicó que los eosinófilos son células del sistema inmunológico que suelen activarse en presencia de parásitos o como respuesta alérgica. En el caso de la esofagitis eosinofílica, "se cree que, por un carácter de alergia, estas células se infiltran en el esófago, liberan mediadores proinflamatorios y causan que ese tubo se inflame y se reduzca su espacio", dijo.

    Esta inflamación, si no se trata, puede llevar a que el esófago pierda elasticidad, se endurezca e incluso se estreche de forma peligrosa. "Una de las complicaciones más graves es la perforación del esófago durante procedimientos como la dilatación, lo que sí puede causar la muerte", advirtió.

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    Síntomas que van más allá del reflujo

    Aunque se ha relacionado principalmente con la infancia, el especialista aseguró que los casos en adultos están en aumento, y los síntomas varían por edad. 

    "En niños, puede presentarse con vómitos, dolor abdominal y diarreas, síntomas que fácilmente se confunden con reflujo. En adolescentes y adultos, lo más común es la dificultad para tragar, el atragantamiento y la necesidad de tomar mucho líquido al comer", dijo. "Es común que el paciente llegue a la emergencia porque se atragantó comiendo carne u otro alimento seco. En muchos de estos casos, el diagnóstico correcto llega muy tarde".

    Diagnóstico y retos: biopsia obligatoria

    Para confirmar el diagnóstico, el paciente debe someterse a una endoscopia con toma de biopsias en tres zonas del esófago. "Solo mediante biopsia se puede detectar si hay más de 15 eosinófilos por campo de alta magnificación. Ese es el criterio diagnóstico", explicó.

    Sin embargo, según el especialista, aún no hay marcadores no invasivos y los planes médicos limitan la cantidad de endoscopias que se realizan. Esto dificulta tanto el diagnóstico, como el seguimiento a los pacientes. 

    Alergia alimentaria tardía y dificultad en el tratamiento

    Aunque al principio se pensaba que esta condición podía tratarse como una alergia típica, la evidencia ha demostrado que no es tan simple. "Antes, a todos los pacientes se les mandaba a hacer pruebas de alergia para diseñar dietas de eliminación. Pero estas pruebas solo detectan reacciones rápidas. En la esofagitis eosinofílica, la alergia es de tipo tardío".

    Por eso, muchas veces se recurre a una dieta de eliminación empírica que excluye alimentos como leche, huevo, trigo, soya, frutos secos y mariscos. Desafortunadamente, la adherencia a estas dietas suele ser complicado y requiere de repetir las endoscopias para monitorear el progreso de recuperación, y muchos pacientes no están dispuestos a pasar por esto.

    Pero no todo es malo, pues el experto mencionó que  "se ha visto que hasta un 65% de los pacientes mejora significativamente eliminando productos lácteos, particularmente la proteína de leche de vaca".

    Nuevos tratamientos

    Para los pacientes que no responden a dieta ni a medicamentos convencionales, existe una opción más reciente: el medicamento biológico Dupilumab.

    "Este medicamento, que ya se usa para condiciones como dermatitis atópica o asma, ha demostrado ser eficaz en pacientes con esofagitis eosinofílica refractaria. Puede llevar a la remisión, aunque es un tratamiento crónico", señaló.

    A pesar de estos avances, el objetivo final sigue siendo identificar el alimento desencadenante y evitar el uso permanente de medicamentos. "Por eso se necesita un equipo que incluya alergista, gastroenterólogo y nutricionista", recordó.

    Llamado a no ignorar los síntomas

    El mensaje del especialista es claro: estar atentos a los signos, y no normalizar el malestar.

    "Si usted o su hijo tiene síntomas que no mejoran con antiácidos y le han dicho que es reflujo, no lo deje pasar. Consulte con un especialista, idealmente un gastroenterólogo que pueda hacer la endoscopia y confirmar o descartar el diagnóstico".

    Además, es fundamental plantear cambios progresivos y realistas en la dieta para evitar mayores afectaciones en su calidad de vida.  "No se puede pedir a un paciente que elimine de un día para otro todos los lácteos sin apoyo", continuó.  "Primero hay que controlar la inflamación y luego trabajar, poco a poco, en identificar el alimento responsable".



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