Desarrollan antídoto universal capaz de neutralizar múltiples venenos de serpientes mortales

Diseñado para ser administrado por vía intramuscular, podría ser aplicado de inmediato sin necesidad de identificar la especie de serpiente, lo que facilita su uso en zonas rurales con acceso limitado a atención médica.

Mariana Mestizo Hernández

    Desarrollan antídoto universal capaz de neutralizar múltiples venenos de serpientes mortales

    Cada año, entre 81.000 y 138.000 personas mueren en el mundo por complicaciones derivadas de mordeduras de serpiente. La mayoría de estas muertes ocurren en zonas rurales de América, Asia y África, lejos de centros hospitalarios y con acceso limitado a tratamiento. El antiveneno que se utiliza hoy no ha cambiado sustancialmente desde que el médico francés Albert Calmette lo desarrolló en 1895: un suero obtenido a partir de animales inmunizados.

    Más de un siglo después, un grupo de científicos en Estados Unidos ha dado un paso relevante. Según un estudio publicado en la revista Cell, se ha probado con éxito en ratones un nuevo antiveneno capaz de neutralizar el veneno de especies altamente letales como la mamba negra, la cobra real y la serpiente de cascabel. 

    Su origen resulta, cuanto menos, singular: fue desarrollado a partir de los anticuerpos de Tim Friede, un exmecánico de Wisconsin que ha dedicado 18 años a inmunizarse voluntariamente mediante más de 200 mordeduras y 700 dosis autoadministradas de veneno.

    El aporte científico de un experimento autodidacta

    Aunque sin formación científica, Friede ha convertido su cuerpo en un experimento de resistencia inmunológica. De esos anticuerpos surgió una fórmula que combina dos de ellos con un inhibidor de moléculas pequeñas, lo que abre la puerta a la creación de un antídoto más universal. El desarrollo ha sido liderado por Jacob Glanville, director ejecutivo de la empresa biotecnológica Centivax.

    "Contacté a Tim Friede y le pregunté si podíamos obtener un poco de su sangre para empezar a buscar en su memoria inmunológica", cuenta Glanville, autor principal del estudio. Para su éxito fue clave la experiencia de Peter Kwong, profesor de Ciencias Médicas de la Universidad de Columbia y miembro de los Institutos Nacionales de Salud de EE UU. Ambos científicos se conocieron en la Fundación Gates porque habían recibido subvenciones para el gran desafío de crear una vacuna universal contra la gripe. "Los datos iniciales que Jake [Glanville] tenía sobre el inhibidor no eran muy alentadores", mencionó Kwong.

    Una combinación que multiplica la eficacia

    En la sangre de Tim Friede, el equipo liderado por Jacob Glanville identificó el anticuerpo LNX-D09, que en pruebas iniciales protegió a ratones frente al veneno de seis de las 19 especies más peligrosas de serpientes elápidas, conocidas por sus efectos neurotóxicos sobre el sistema nervioso. Sin embargo, los resultados mejoraron significativamente al incorporar dos nuevos elementos: la molécula varespladib —un inhibidor de toxinas ampliamente estudiado— y un segundo anticuerpo también obtenido de Friede, denominado SNX-B03.

    Con esta combinación, el antídoto experimental logró una protección total frente a 13 especies y parcial frente a las demás. Según explica Glanville, aunque existen más de 650 especies de serpientes, sus venenos comparten un número relativamente limitado de toxinas. Esto ha permitido diseñar una fórmula terapéutica capaz de neutralizar múltiples tipos de veneno al mismo tiempo.

    Consideraciones éticas y riesgos personales

    Tim Friede se ha expuesto voluntariamente a situaciones de alto riesgo durante años, lo que ha puesto su vida en peligro en múltiples ocasiones. Por esta razón, los científicos subrayan que su comportamiento no debe ser replicado. El estudio se desarrolló bajo un marco ético similar al de las investigaciones sobre VIH, donde se estudia a personas en situación de riesgo sin incrementar su exposición. "Nunca le dimos antídoto, solo le extrajimos sangre", aclara Glanville.

    Hacia un antídoto universal y accesible

    A diferencia del suero tradicional, que puede provocar efectos adversos graves y cuya eficacia depende de la especie de serpiente y de la región geográfica, el nuevo antídoto fue diseñado para ser administrado por vía intramuscular. Esto facilitaría su uso en zonas rurales, donde el acceso a atención médica especializada es limitado. "No requiere identificar con precisión la especie de serpiente y podría aplicarse de inmediato", explica Glanville, quien creció en una comunidad maya de Guatemala donde el contacto con serpientes es habitual.

    Potencial en América Latina y desafíos pendientes

    María Elena Barragán, directora de la Fundación Herpetológica Gustavo Orcés (Ecuador), considera que el estudio representa un avance importante. Sin embargo, advierte que su implementación en América Latina aún es lejana. "Países como Estados Unidos, Australia o Inglaterra lideran estos desarrollos con laboratorios especializados en nanotecnología, algo que todavía no está al alcance en nuestra región", señala.

    En Ecuador, por ejemplo, se han identificado 18 especies de Bothrops (víboras equis) y otras 18 de Micrurus (corales), pertenecientes a los grupos estudiados. Para adaptar una solución como esta, estima que serían necesarios al menos diez años de investigación, validación y difusión. "Claramente, puede ser un punto de partida", concluye.

    Los científicos reconocen que el experimento tiene limitaciones. En las pruebas se utilizó una dosis de veneno cuatro veces superior a la letal, pero en casos reales esta cantidad puede variar e incluso ser mayor. "Planeamos repetir los experimentos con dosis más altas para detectar otras toxinas relevantes", afirma Glanville. Además, el equipo trabaja en el desarrollo de un antídoto específico para las víboras, la otra gran familia de serpientes venenosas.

    Próximo paso: ensayos en perros

    Tras los resultados en ratones, el equipo científico planea evaluar el antiveneno en perros atendidos en clínicas veterinarias de Australia, país con alta incidencia de mordeduras por serpiente tanto en humanos como en animales. Los canes, al compartir exposición con las mismas especies, representan un modelo adecuado para ensayos clínicos controlados.

    Una de las ventajas es que los venenos de estas serpientes suelen causar parálisis progresiva sin generar daño tisular, lo que permite evaluar con mayor claridad la respuesta al tratamiento. "Si no funciona, se puede recurrir al antídoto tradicional sin poner en riesgo a la mascota", explica Glanville. Estos ensayos permitirían observar la eficacia del cóctel en un contexto clínico real, antes de avanzar hacia estudios en humanos.

    Un avance científico que necesita respaldo comercial

    Para esa siguiente fase, el reto ya no es solo científico, sino comercial. "Necesitas una empresa que junte todo esto y cree un producto que se pueda vender a la gente", señala Peter Kwong, aludiendo a la necesidad de inversión privada para continuar con el desarrollo.

    El objetivo es ampliar la eficacia del tratamiento a más especies de serpientes y reducir la mortalidad por envenenamiento en distintas regiones del mundo. "Lo que presentamos en la publicación es una hoja de ruta: un método para combinar, uno a uno, distintos anticuerpos y otros componentes que neutralicen las toxinas. Hemos comenzado ese proceso", concluye Glanville.



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