Lejos de una fórmula milagrosa, el éxito de las dietas depende de la planificación, la calidad de los nutrientes y la adaptación gradual del cuerpo.
En un entorno donde abundan soluciones "milagrosas" para la pérdida de peso, modalidades como el ayuno intermitente y la dieta cetogénica destacan por su promesa de resultados rápidos y "técnicamente poco esfuerzo".
Por lo mismo, en un podcast exclusivo de la revista Medicina y Salud Pública con el Licenciado José Seda, dietista clínico en el Hospital Menonita de Cagua, señala la importancia de la selección y planificación de alimentos, así como la supervisión profesional para evitar deficiencias y efectos adversos en dietas.
Estas dietas de moda juegan con restricciones de tiempo o de macronutrientes, y prometen adaptaciones metabólicas aceleradas. Pero, ¿qué hay detrás de la aparente simplicidad de "comerse el mundo" en pocas horas de alimentación o de sustituir carbohidratos por grasas para entrar en cetosis?
Modalidades y adaptación
El ayuno intermitente, el más popular en el Caribe, se ofrece en varias versiones: desde 18 horas de ayuno y 6 de alimentación hasta OMAD ("one meal a day", una sola comida) o incluso protocolos de 20/4.
El Licenciado explica que:"Para muchas personas puede ser una herramienta para ayudarnos a perder peso. No es la única, tampoco diría que es la más efectiva para todo el mundo... todas tienen algo de sentido"
Durante los primeros días se reportan efectos de adaptación:
Hipoglucemia: "Puede haber un bajón de azúcar, como lo llamaríamos de forma coloquial."
Malestares gastrointestinales: Puede presentarse reflujo, gases y estreñimiento por la mayor concentración de alimento en menos ingestas.
Selección de alimentos
El verdadero éxito no reside sólo en "respetar esos lazos de tiempo", sino en lo que se coloca en el plato:
"Todavía resulta ser bastante importante la cantidad de alimento por comida y la selección de alimento, porque eso puede llevarnos a un mejor resultado fuera de solamente limitar el tiempo", indicó.
Alimentos ricos en fibra, baja densidad calórica y alto contenido proteico (que prolonga la saciedad al tardar más en digerirse) deben primar para evitar que el ayuno se convierta en un "comedero express" que anule la restricción calórica.
Aunque esfuerzos se centran en horas y macronutrientes, los micronutrientes no deben descuidarse:
Magnesio: "Magnesio no es muy común, pero puede darse el caso de que quizás estemos consumiendo un poquito menos de lo usual. Está bastante presente en ciertas nueces, en ciertos vegetales y también en algo de proteínas."
Sodio y electrolitos: Al exagerar la ingesta de agua sin reponer electrolitos, surge riesgo de hiponatremia (sodio bajo), fatiga y desorientación.
Vitaminas del complejo B y hierro: Cruciales cuando las dietas eliminan grupos enteros de alimentos; deben sustituirse con fuentes alternativas (carnes magras, legumbres, suplementos) si es necesario.
El cuerpo reacciona ajustando el gasto energético: menos "fidgets" (movimientos involuntarios), somnolencia y variaciones en el ritmo respiratorio son señales de su intento por conservar energía.
La dieta cetogénica, que busca inducir cetosis —"este proceso en donde el cuerpo comienza a producir o comienza a enviar formas de grasa a la sangre para usarse como energía, que serían esos cuerpos cetónicos"—, obliga al organismo a quemar ácidos grasos en lugar de glucosa.
Riesgos de hiperlipidemia
"Pasando ese proceso de adaptación, algo bastante común con la cetogénica... es bien fácil caer en algo que se llama hiperlipidemia. Demasiados ácidos grasos, demasiadas grasas en sangre.", agregó el Lcdo. Seda.
En predispuestos, niveles elevados de triglicéridos y colesterol pueden derivar en pancreatitis aguda, pues el páncreas "por estar trabajando demasiado con mucha grasa entrante empieza a quedarse corto en este trabajo de poder suplir las suficientes enzimas digestivas".
Paradójicamente, el consumo elevado de grasas obliga a almacenar más si no se ajusta la ingesta total de calorías. El cuerpo adapta su balance entre metabolizar y guardar grasa, dificultando mantener la cetosis de manera sostenible sin control médico.
Todos estos procesos de restricción requieren más que buena voluntad:
"Si se hace sin supervisión... podemos restringirla lo suficiente como para que no hayan ciertos nutrientes esenciales y eso traiga algún problema metabólico o incluso clínico-médico."
Para minimizar riesgos y el temido "efecto rebote":
Planificación personalizada: Adaptar horarios de comida según estilo de vida, salud y nivel de actividad física.
Monitoreo de marcadores sanguíneos: Glucemia, lípidos y electrolitos para ajustar la dieta antes de que aparezcan complicaciones.
Redistribución de nutrientes: Cambiar tiempos, combinaciones y fuentes de macronutrientes para mantener el déficit calórico sin sacrificar micronutrientes esenciales.
Lejos de ser soluciones universales, ayuno intermitente y cetogénica son herramientas poderosas que, bien entendidas y supervisadas, pueden contribuir a la pérdida de peso y la mejora metabólica. Como lo recuerda el experto:
"Recordemos que mi cuerpo es una máquina bien inteligente y va a intentar sobrevivir sobre cualquier otra cosa..." Por lo mismo, el equilibrio entre restricción y nutrición, más que la moda dietética, es la fórmula para resultados duraderos y saludables.