¿Cómo se ve el herpes?

Aunque no tiene cura, los antivirales (aciclovir, valaciclovir) reducen la duración y gravedad de los brotes. La prevención incluye evitar contacto durante brotes, usar preservativos y educación sobre su transmisión (incluso asintomática).

Katherine Ardila

    ¿Cómo se ve el herpes?

    El herpes es una infección cutánea causada por el virus del herpes simple (VHS), que se manifiesta mediante ampollas dolorosas y recurrentes en diversas zonas del cuerpo. Su apariencia varía según la localización, pero comparte características clínicas clave que permiten su identificación.  

    Tipos de virus del herpes simple  

    Existen dos variantes principales del virus. El VHS-1, tradicionalmente asociado al herpes oral, afecta predominantemente la región bucal, aunque también puede causar herpes genital. 

    Por otro lado, el VHS-2 se relaciona principalmente con infecciones genitales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, estas infecciones presentan una alta prevalencia global y afectan a millones de personas.  

    Cuadro clínico característico del herpes    

    Los pacientes suelen presentar un pródromo consistente en hormigueo, ardor o picor en el área afectada, seguido por la aparición de vesículas agrupadas en racimo sobre una base eritematosa. 

    Estas lesiones evolucionan de la siguiente manera: inicialmente se observan pápulas que progresan a vesículas tensas llenas de líquido claro, las cuales posteriormente se rompen formando úlceras dolorosas que finalmente se cubren de costras.  

    El primer episodio suele ser el más severo, acompañado frecuentemente de síntomas sistémicos como fiebre, malestar general y linfadenopatía regional. Los brotes recurrentes tienden a ser menos intensos y de menor duración.  

    Manifestaciones según localización anatómica:  

    Herpes orofacial  

    Las lesiones típicamente aparecen en el vermellón labial, aunque pueden extenderse a mucosa oral, encías o paladar. En casos de gingivoestomatitis herpética primaria, se observan múltiples úlceras pequeñas en mucosa oral acompañadas de dolor intenso, halitosis y dificultad para deglutir.  

    Herpes genital  

    En mujeres, las vesículas pueden localizarse en labios mayores, vagina o cuello uterino, mientras que en hombres predominan en el glande, prepucio o cuerpo del pene.

    Durante un brote de herpes genital, las mujeres tienden a experimentar síntomas urinarios más intensos que los hombres, debido a la anatomía de la uretra y la cercanía de las lesiones al orificio urinario. 

    Es común que sientan una fuerte sensación de ardor o dolor al orinar, lo que puede llevar incluso a la retención urinaria por miedo o incomodidad. Además, muchas presentan inflamación en los ganglios linfáticos de la ingle, los cuales se agrandan y se vuelven dolorosos al tacto como respuesta del sistema inmune a la infección viral activa. 

    Estos síntomas pueden ir acompañados de fiebre, malestar general y aparición de úlceras visibles en la zona genital.

    Asimismo, las lesiones rectales y perianales son comunes en ambos sexos, particularmente en personas que practican sexo anal.  

    Panadizo herpético  

    Esta presentación, frecuente en niños que se chupan el pulgar y profesionales de la salud, se caracteriza por vesículas dolorosas en los dedos, acompañadas de edema y eritema marcado. Además también se pueden propagar al lecho ungueal (la piel debajo de la uña).

    Suele confundirse con infecciones bacterianas, por lo que el diagnóstico diferencial es crucial.  

    Suelen aparecer múltiples úlceras que tienden a unirse y convertirse en una ampolla grande similar a un panal en el término de una semana. 

    Queratitis herpética  

    Los pacientes refieren dolor ocular intenso, fotofobia y visión borrosa. El examen con lámpara de hendidura revela úlceras dendríticas características en la córnea.  

    Sin tratamiento, la infección puede dejar cicatrices en el ojo, causando visión borrosa o hasta pérdida de la vista.

    Abordaje diagnóstico y terapéutico: aciclovir, valaciclovir o famciclovir

    El diagnóstico es principalmente clínico, aunque puede confirmarse mediante PCR o cultivo viral en casos atípicos. El tratamiento se basa en antivirales como aciclovir, valaciclovir o famciclovir, que reducen la duración y severidad de los brotes.  

    Las medidas preventivas incluyen abstinencia de contacto durante los brotes, uso de preservativos y profilaxis antiviral supresiva en casos de recurrencias frecuentes. 

    Es fundamental educar a los pacientes sobre el carácter crónico de la infección y su potencial transmisibilidad, incluso durante períodos asintomáticos.  

    Pronóstico y consideraciones especiales  

    Aunque el herpes no pone en peligro la vida en adultos inmunocompetentes, puede causar complicaciones graves en neonatos y pacientes inmunodeprimidos. El manejo adecuado y el asesoramiento médico personalizado son esenciales para minimizar el impacto psicosocial de esta condición crónica.




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