Este medicamento ha transformado la manera en que se controlan diversas infecciones virales. Aunque no elimina el virus del organismo, su uso regular permite reducir el dolor, acelerar la cicatrización y prevenir nuevos brotes.
Desde su aprobación en los años 80, el aciclovir o acyclovir en inglés, se ha consolidado como uno de los antivirales más recetados en el mundo para tratar infecciones causadas por virus del grupo herpes.
Estas incluyen el herpes labial, herpes genital, varicela (especialmente en adultos) y herpes zóster, también conocida como culebrilla.
A diferencia de los antibióticos, que combaten bacterias, el aciclovir actúa específicamente sobre virus. Pertenece a la clase de medicamentos conocidos como análogos de nucleósidos, cuya función principal es bloquear la multiplicación del ADN viral en las células infectadas.
"El acyclovir no cura el herpes, pero reduce significativamente la intensidad y duración de los brotes, lo que representa un alivio importante para los pacientes", explican especialistas en virología.
El acyclovir en tabletas es ampliamente utilizado para tratar:
Herpes labial y herpes genital: Alivia síntomas como ardor, picazón y llagas, y reduce la duración del brote.
Herpes zóster (culebrilla): Disminuye el dolor, especialmente si se inicia el tratamiento en las primeras 72 horas.
Varicela en adultos y niños: Acorta la duración de la enfermedad y reduce complicaciones.
Brotes recurrentes: En personas con brotes frecuentes de herpes, puede tomarse de forma preventiva durante meses.
Pacientes inmunocomprometidos: Ayuda a evitar que el virus se propague a otras partes del cuerpo.
También se utiliza en contextos clínicos más específicos, como leucoplasia oral vellosa en pacientes con VIH, o encefalitis herpética, que requiere tratamiento intravenoso.
La eficacia del tratamiento depende en gran medida de cómo se administra. Las recomendaciones generales son:
Tomarlo por vía oral, de 2 a 5 veces al día, con o sin alimentos.
Empezar el tratamiento al primer signo de brote (ardor, picazón o enrojecimiento).
Beber abundante agua durante el tratamiento para proteger los riñones.
No suspender el medicamento antes de completar el ciclo, incluso si los síntomas desaparecen.
En niños, las dosis se ajustan según el peso corporal.
Como todo medicamento, el acyclovir puede generar efectos adversos. Los más frecuentes son leves y transitorios:
Náuseas, vómito o dolor de estómago
Diarrea o dolor de cabeza
Mareo o fatiga
Sin embargo, existen efectos más serios que requieren atención médica inmediata, como:
Reacciones alérgicas severas (dificultad para respirar, hinchazón en la cara)
Problemas renales (dolor al orinar, sangre en la orina, disminución de la micción)
Cambios mentales o visuales, más comunes en adultos mayores
Personas con enfermedades renales: Deben recibir dosis ajustadas y mantenerse bien hidratadas.
Pacientes inmunosuprimidos: Como personas con VIH o trasplantes, deben estar bajo seguimiento estricto.
Mujeres embarazadas o lactando: El acyclovir puede usarse si el médico determina que los beneficios superan los riesgos.
Adultos mayores: Pueden ser más sensibles a los efectos renales o neurológicos del medicamento.
Además, es importante evitar el contacto sexual durante un brote activo de herpes, ya que el acyclovir no previene la transmisión del virus. El uso de preservativos de látex puede ayudar a reducir este riesgo.
El acyclovir puede interactuar con:
Medicamentos anticonvulsivos (fenitoína, valproato)
Inmunosupresores (leflunomida, teriflunomida)
Anticoagulantes como warfarina
Otros antivirales como foscarnet
Por eso, es esencial informar al médico sobre todos los medicamentos y suplementos que se estén utilizando antes de iniciar el tratamiento.
