Algunos pacientes pueden entrar en remisión espontáneamente, mientras que otros presentan una progresión rápida hacia la anquilosis. Además, los síntomas pueden aparecer de forma intermitente o con manifestaciones tardías
La artritis psoriásica es una enfermedad autoinmune que causa inflamación crónica en las articulaciones y está asociada con la psoriasis, una afección de la piel. Su curso es muy variable: algunos pacientes experimentan períodos de remisión espontánea, mientras que otros tienen una progresión agresiva.
Como explica el Dr. Sergio Mora, reumatólogo, en el XX Congreso Colombiano de Reumatología en el más reciente episodio del programa ´Expertos en Salud´, esta condición va mucho más allá de una simple afectación articular.
"La artritis psoriásica es una enfermedad compleja que involucra múltiples dominios: las articulaciones por supuesto, pero también la piel, las entesis (puntos donde los tendones se insertan en el hueso), el componente dactilar (inflamación de dedos completos), y en algunos casos, incluso manifestaciones oculares", detalla el especialista.
Esta complejidad anatómica y fisiológica hace que definir y medir la remisión sea particularmente desafiante, ya que un paciente puede mostrar mejoría en un área mientras persiste actividad de la enfermedad en otra.
El Dr. Mora explica que los índices de medición han tenido que evolucionar para capturar esta multidimensionalidad, pasando de simples evaluaciones articulares a instrumentos compuestos que intentan abarcar todos los dominios afectados.
En los últimos años, la comunidad reumatológica ha desarrollado diversos instrumentos para evaluar la actividad de la artritis psoriásica, cada uno con sus fortalezas y limitaciones.
El experto describe este panorama: "Tenemos el DABSA para evaluar actividad general, el SARC para respuesta clínica, índices específicos como el SPARC y el LAY para entesitis, el MAS13, y el ITS para evaluar dactilitis. Sin embargo, el que probablemente tiene mayor uso clínico actualmente es el MDA (Minimum Disease Activity)".
No obstante, el especialista señala importantes limitaciones: "Estos índices varían considerablemente en su composición. Algunos incluyen medidas reportadas por el paciente (PROs) como dolor y fatiga, mientras otros se centran exclusivamente en parámetros objetivos".
Esta variabilidad en los instrumentos de medición y síntomas explica en parte por qué "sólo alrededor de un tercio de los pacientes logran alcanzar lo que se considera remisión, es decir, hay un montón de necesidades insatisfechas todavía en la artropatía psoriásica", menciona el doctor.
Además, en la artritis psoriásica y otras espondiloartropatías, el curso de la enfermedad es más variable.
Algunos pacientes pueden entrar en remisión espontáneamente, mientras que otros presentan una progresión rápida hacia la anquilosis (fusión de las articulaciones). Además, hay casos en los que los síntomas aparecen de forma intermitente o con manifestaciones tardías, como inflamación ocular (uveítis) o lesiones en la piel años después de los primeros síntomas articulares.
Ahora bien, en la entrevista se identifican varios factores que dificultan el logro de la remisión sostenida en artritis psoriásica, resaltando el concepto emergente de "artritis psoriásica difícil de tratar".
"Esta condición se asocia con una carga significativa de comorbilidades que van más allá de la inflamación articular per se", explica. "Vemos frecuentemente síndrome metabólico, obesidad, alteraciones del sueño, síndromes de sensibilización central como la fibromialgia, y osteoartrosis concomitante. Todos estos elementos contribuyen a lo que llamamos 'enfermedad residual', donde el paciente puede tener controlada la actividad inflamatoria pero persiste con síntomas significativos".
La obesidad merece especial mención, ya que, según el especialista, promueve un estado de inflamación de bajo grado que no sólo exacerba los síntomas, sino que puede interferir con la respuesta a los tratamientos. Esto crea un círculo vicioso donde la misma enfermedad y sus comorbilidades asociadas dificultan alcanzar el control óptimo.
Un aspecto particularmente delicado que aborda el Dr. Mora es el riesgo de sobretratamiento en algunos pacientes con artritis psoriásica. Existe un subgrupo de pacientes que, a pesar de mostrar buena respuesta objetiva a los tratamientos (sin signos de inflamación activa), persisten con quejas subjetivas de dolor y malestar, explica.
"En estos casos, podemos caer en la tentación de cambiar frecuentemente de medicamento buscando una mejoría que quizás nunca llegue, porque el origen de los síntomas no es la artritis psoriásica propiamente dicha, sino otras condiciones concurrentes".
El especialista enfatiza en un enfoque integral: "Necesitamos evaluar cuidadosamente cada caso para distinguir entre actividad residual de la enfermedad y síntomas derivados de comorbilidades. Sólo así podemos evitar el sobretratamiento y ofrecer a cada paciente la estrategia más adecuada a su situación particular".
Esta individualización del tratamiento, junto con un manejo agresivo de las comorbilidades, aparece como camino fundamental para mejorar las tasas de remisión en esta compleja enfermedad.