La paciente fue diagnosticada con un tumor de células gigantes grado II, lo que implicó un tratamiento quirúrgico extenso y una evolución favorable a los seis meses, recuperando movilidad y sensibilidad en los miembros inferiores.
Paciente femenina de 37 años, ingresó al servicio de urgencias tras ser trasladada desde un centro de salud de menor complejidad. Se reporta un antecedente de tumor medular seis meses antes.
Presentó un cuadro clínico de siete días de evolución con disnea de moderados esfuerzos, tos con expectoración blanca, fiebre no cuantificada, paraparesia, pérdida de control de esfínteres y pérdida de peso.
La exploración física reveló tensión arterial de 110/60 mmHg, frecuencia cardiaca de 104 lpm, frecuencia respiratoria de 20 rpm, temperatura de 38ºC y saturación de oxígeno del 95%.
Se observaron fascias pálidas, mucosas secas, atrofia muscular en miembros inferiores y abdomen blando. Los estudios de imagen mostraron un tumor paraespinal derecho en mediastino posterior a nivel de las vértebras torácicas T8-T9, con calcificaciones y lesiones osteolíticas expansivas.
La resonancia magnética evidenció una masa de 9,9x10x9,4 cm con infiltración al canal medular y compromiso de la región posterior de la novena costilla.
Se realizó toracotomía posterolateral derecha con lobectomía inferior derecha, resección parcial de pared costal y esqueletización de los cuerpos vertebrales T8-T9. Posteriormente, se realizó corpectomía con disectomía en T7-T9, colocación de malla con sustituto óseo y cierre de la pared torácica con malla de polipropileno.
La paciente ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) hemodinámicamente inestable con soporte vasopresor. Fue extubada al cuarto día postoperatorio y, aunque presentaba paraparesia, evolucionó favorablemente.
El estudio histopatológico confirmó un tumor de células gigantes grado II con proliferación neoplásica de células estromales mononucleares, bajo recuento mitótico y presencia de células gigantes multinucleadas. La inmunotinción fue positiva para Ki-67 (5%), CD68 y vimentina. A los seis meses, la paciente recuperó la movilidad y sensibilidad en miembros inferiores.
El tumor de células gigantes óseo es una neoplasia inusual y localmente agresiva que afecta principalmente la región epifisaria de huesos largos y, en casos excepcionales, las vértebras torácicas. Su incidencia es mayor en mujeres entre 30 y 40 años.
La clasificación histológica según Sanerkin divide estos tumores en grado I (benigno), grado II (benigno con atipia moderada) y grado III (maligno). En este caso, como lo señalan los autores (Macías-Jara) el tumor correspondía a un grado II con compromiso vertebral y pulmonar, lo que requirió una resección en bloque.
La literatura sugiere diferentes enfoques terapéuticos según la clasificación de Campanacci, con abordajes quirúrgicos desde curetaje intralesional hasta resecciones radicales. En este caso, se optó por corpectomía radical y estabilización complementaria debido a la extensión tumoral y el compromiso estructural.
La recurrencia en estos tumores es variable, con tasas de hasta el 46% en casos tratados con cirugía y radioterapia. En este caso, no se indicó radioterapia complementaria debido a la ausencia de características sarcomatoides en el estudio anatomopatológico.