La inflamación es un mecanismo para todas las enfermedades. Incluso la enfermedad cardiovascular sin enfermedad autoinmune tiene una parte inflamatoria muy importante en las arterias.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 había en el mundo 18 millones de personas con artritis reumatoide, una de las enfermedades reumáticas más comunes. De estas, alrededor del 70% son mujeres, y el 55% son mayores de 55 años.
Además, otras enfermedades reumatológicas autoinmunes, como el lupus, el síndrome antifosfolípido, la esclerosis sistémica y la espondilitis anquilosante, también afectan de manera desproporcionada a la población femenina. Estas condiciones además de impactar la calidad de vida de estas mujeres también conllevan riesgos significativos para la salud en general.
En el más reciente segmento de expertos en salud, nos enfocamos en la salud de la mujer y tuvimos la oportunidad de conversar con la doctora Vibian Angélica Coy Urrea, reumatóloga e internista de la red del Hospital Universitario Mayor Mederi. Durante la entrevista, la especialista se dedicó a visibilizar estas enfermedades, explicarnos su impacto y promover un manejo integral que aborde no solo los síntomas, sino también las complicaciones asociadas.
La doctora Coy comenzó explicando que las enfermedades reumáticas, como el lupus y la artritis, son más comunes en mujeres que en hombres. "Desafortunadamente, en este aspecto, las mujeres tenemos una incidencia mayor de estas enfermedades", afirmó.
Aunque las causas exactas no están completamente claras, se cree que factores hormonales, podrían influir en la mayor tolerancia del sistema inmune, lo que facilita la aparición de procesos inflamatorios y autoinmunes.
En palabras de la experta: "Desde el punto de vista biológico, hay muchas hipótesis, pero no hay una causa específica. Algunas hipótesis tienen que ver con el aumento de nuestros estrógenos, que pueden hacernos un poquito más tolerantes, y en esa tolerancia, permitir que algunos autoanticuerpos y algunos procesos de inflamación se den".
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Ciertamente, las condiciones reumatológicas también están asociadas a procesos cardiovasculares, otro punto bastante importante de la conversación. Para esto, la especialista aseguró que la inflamación crónica, característica de estas condiciones, además de afectar las articulaciones, también afecta órganos vitales como el corazón y los riñones.
Sin embargo, aclaró que "la inflamación es un mecanismo para todas las enfermedades. Incluso la enfermedad cardiovascular sin enfermedad autoinmune tiene una parte inflamatoria muy importante en las arterias".
Asimismo, la doctora Coy advirtió que las mujeres con enfermedades autoinmunes tienen un mayor riesgo de eventos cardiovasculares a edades más tempranas. "Si una mujer normalmente tiene eventos cardiovasculares después de los 50, en las mujeres con enfermedad autoinmune o con inflamación crónica puede aparecer mucho antes", explicó.
Por tanto, resaltó que hoy día, "el llamado es que tenemos que ser más estrictos con nuestros pacientes en el control de los factores de riesgo tradicionales, además de tratar la enfermedad de base".
El tabaquismo, la mala alimentación, la falta de actividad física, el consumo de alcohol, la hipertensión, la diabetes y la obesidad, son factores que podemos controlar para prevenir un posible evento cardiaco.
Finalmente, en cuanto al manejo de estas enfermedades, la especialista mencionó el uso de herramientas como la medición de la proteína C reactiva (PCR) para evaluar el riesgo cardiovascular.
"Nosotros, al tener una condición inflamatoria con estas enfermedades, hacemos una inflamación en la íntima, en las paredes de los vasos, más acelerada que el paciente normal", detalló.
"Si nosotros tenemos enfermedades que todo el tiempo tienen la PCR tradicional elevada, sabemos que son pacientes que tienen mayor riesgo cardiovascular. Por eso, han validado las escalas del riesgo en pacientes con autoinmunidad y a veces hay factores de corrección para que nuestro riesgo sea apropiado para estos pacientes, o sea, no aplicar las mismas escalas igual que en un paciente tradicional", explicó la reumatóloga.
Así pues, un diagnóstico adecuado y una intervención temprana, como el uso de estatinas o aspirina, podría prevenir eventos cardiovasculares. "Estas enfermedades tienen un 360. Existe el dolor, que es como la bandera roja, pero detrás del dolor hay muchos procesos", concluyó la especialista.