Artritis reumatoide y vasculitis: enfermedades reumatológicas que pueden dañar los nervios periféricos

Las neuropatías autoinmunes pueden causar daño progresivo e irreversible en los nervios periféricos si no se detectan a tiempo, y su origen está en una respuesta inmunológica anómala que ataca estructuras del propio sistema nervioso.

Katherine Ardila

    Artritis reumatoide y vasculitis: enfermedades reumatológicas que pueden dañar los nervios periféricos

    En el marco de la Convención de Verano de la Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico, se abordó un tema de creciente relevancia médica: la relación entre las enfermedades autoinmunes reumatológicas y su impacto en el sistema nervioso periférico. 

    El Dr. Carlos Luciano, neurólogo y catedrático del Recinto de Ciencias Médicas, explicó en exclusiva para la Revista MSP sobre cómo estos procesos inflamatorios pueden generar daños neurológicos progresivos, muchas veces irreversibles si no se detectan a tiempo.  

    Mecanismos inmunológicos que dañan los nervios  

    Para comprender la gravedad de estas afecciones, es fundamental entender que en las neuropatías autoinmunes el propio sistema inmunológico, diseñado para proteger al organismo, comienza a atacar estructuras nerviosas vitales. El Dr. Luciano lo explicó: 

    "Son fenómenos donde el sistema inmunológico de forma errónea empieza a identificar componentes del nervio periférico como extraños, entonces se crea una respuesta inmunológica aberrante con daño a distintos componentes del sistema nervioso periférico o del axón".  

    Este proceso destructivo puede manifestarse de diversas formas, desde neuropatías desmielinizantes que afectan la cubierta protectora de los nervios, hasta vasculitis que comprometen el suministro sanguíneo al tejido nervioso. 

    Ciertamente lo más alarmante, según mencionó el especialista, es que estos cuadros pueden presentarse tanto de forma aguda como crónica, con patrones de progresión variables que dificultan su diagnóstico temprano.  

    La intersección entre reumatología y neurología  

    Ahora bien, la asociación entre patologías reumatológicas y neuropatía periférica está bien establecida, siendo el síndrome de Sjögren el paradigma más estudiado. Sin embargo, otras entidades como la artritis reumatoide y las vasculitis primarias muestran una importante afectación del sistema nervioso periférico.

    "Vemos neuropatía periférica en condiciones como la vasculitis primaria o secundaria, el  síndrome de Sjögren, como puede ocurrir en la artritis reumatoide. También en enfermedades como Wegener (granulomatosis con poliangitis) o en Churg-Strauss (la granulomatosis eosinofílica), donde hay inflamación de los vasos que irrigan los nervios, lo que provoca daño neurológicol", señaló el experto.  

    Esta relación llama a un manejo interdisciplinario para un diagnóstico oportuno, ya que muchos pacientes son referidos inicialmente a reumatólogos por síntomas articulares o sistémicos, sin sospechar el componente neurológico que podría estar desarrollándose de manera paralela.  

    Síntomas que demandan atención inmediata  

    El cuadro clínico de estas neuropatías puede ser engañoso, ya que frecuentemente los pacientes atribuyen sus síntomas a problemas circulatorios o al simple cansancio. Sin embargo, el Dr. Luciano advirtió sobre señales específicas que deben activar todas las alarmas:  

    "Más allá de la queja usual de dolor en el cuerpo de muchas de estas condiciones, uno tiene que estar alerta a síntomas como ardor, quemazón, cosquilleo, debilidad en una mano, porque eso puede ser una señal de que hay una manifestación adicional que está afectando el sistema nervioso periférico", advierte el neurólogo. 

    "Yo le tengo que explicar a mis pacientes que vas a ver cambios en la coloración de la piel, vas a ver problemas con los pulsos, pero cuando un paciente se está quejando de ardor quemazón, cosquilleo, aun si es por un problema circulatorio, es el nervio periférico el que se está afectando. Uno siempre tiene que explorar la pregunta de si es una condición que es neurológica o reumatológica".

    Estos síntomas asimétricos, que aparecen repentinamente en una extremidad específica, contrastan con el patrón más difuso de las neuropatías metabólicas y son una clara indicación para profundizar en estudios diagnósticos.  

    Abordaje diagnóstico: Un proceso multidimensional  

    Ante la sospecha de una neuropatía autoinmune, el Dr. Luciano describió un protocolo de evaluación que combina varias herramientas:  

    "Usamos pruebas serológicas, por ejemplo, muchas de estas neuropatías autoinmunes asociadas o no asociadas a enfermedades reumatológicas, vamos a ver biomarcadores no específicos como aumento en el set rate, en el CRP, pero también en muchas de ellas pueden haber anticuerpos que son distintivos de algunos de los tipos de neuropatías autoinmunes".  

    Además de los marcadores inflamatorios, los estudios electrofisiológicos juegan un papel determinante, permitiendo diferenciar entre daño axonal y desmielinizante, así como identificar patrones característicos de ciertas vasculitis.  

    Tratamiento para una neuropatía autoinmune 

    En cuanto a su tratamiento, "es muchas veces el tratamiento que usan también los reumatólogos, desde corticoesteroides, nosotros usamos mucho también la inmunoglobulina intravenosa, se usa en algunas condiciones plasmaféresis, particularmente las agudas, y usamos inmunosupresores como el metotrexate, el micofenolato, las atriopinas". 

     Añade que "en tiempos más recientes, están apareciendo nuevos tratamientos como anticuerpos monoclonales para bloquear el FC receptor y reducir la producción de la inmunoglobulina patogénica".  

    Sin embargo, el especialista aclaró que el factor tiempo resulta determinante: "hay algunos tipos de neuropatía que si el daño particularmente al axón o hay una destrucción de la estructura del nervio, pues entonces la recuperación va a ser mucho más lenta e incompleta".

    Finalmente, el neurólogo cierra la entrevista advirtiendo que "identificarlos a tiempo es crucial, porque una vez establecido el daño axonal, las posibilidades de recuperación completa se reducen significativamente".



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