El medicamento puede causar efectos secundarios leves o graves, por lo que requiere vigilancia clínica, especialmente en pacientes con antecedentes hepáticos o que tomen otros fármacos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha eliminado la contraindicación absoluta del uso de estatinas durante el embarazo, una medida que se considera un cambio importante en la regulación de estos medicamentos ampliamente utilizados para reducir el colesterol LDL o “colesterol malo”.
Las estatinas, entre ellas la atorvastatina, la simvastatina o la rosuvastatina, han sido utilizadas durante décadas para prevenir eventos cardiovasculares graves. Sin embargo, hasta ahora, su uso estaba contraindicado durante el embarazo debido a la posibilidad de efectos adversos en el feto.
La contraindicación es la advertencia más estricta que emite la FDA. La agencia justifica el retiro de esta clasificación señalando que, aunque en la mayoría de los embarazos no se requiere tratamiento con estatinas, hay un subgrupo reducido de mujeres en quienes la suspensión de estos medicamentos podría representar un riesgo mayor que su uso, dadas sus condiciones clínicas severas.
Este medicamento se presenta en tabletas para uso oral y debe tomarse una vez al día, preferiblemente a la misma hora, con o sin alimentos.
Es fundamental seguir las indicaciones del médico de forma estricta, sin modificar la dosis ni la frecuencia por cuenta propia. En muchos casos, el tratamiento se inicia con dosis bajas que se ajustan gradualmente cada dos a cuatro semanas, dependiendo de la respuesta del paciente.
El tratamiento debe continuarse incluso si el paciente se siente bien, ya que los beneficios son preventivos y acumulativos.
Durante el tratamiento con atorvastatina se recomienda seguir una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, así como mantener un plan de ejercicios regular.
No debe consumirse en grandes cantidades jugo de toronja, ya que puede interferir con la metabolización del medicamento y aumentar el riesgo de efectos adversos. El uso de alcohol también debe limitarse, ya que puede potenciar el riesgo de daño hepático.
Las pacientes deben comunicar inmediatamente a su médico si quedan embarazadas o están planificando hacerlo, dado que la atorvastatina no debe utilizarse durante el embarazo a menos que exista un riesgo cardiovascular extremo. En la mayoría de los casos, el tratamiento debe interrumpirse. Además, se desaconseja la lactancia mientras se recibe este medicamento, ya que puede pasar a la leche materna.
Antes de iniciar el tratamiento, se debe informar al médico si se tiene antecedentes de enfermedad hepática, consumo elevado de alcohol, diabetes, trastornos musculares, enfermedad tiroidea o si se están tomando otros medicamentos que puedan interactuar con la atorvastatina.
Se requieren pruebas de laboratorio para evaluar la función hepática, especialmente si hay antecedentes de daño hepático. Asimismo, debe evitarse el uso concomitante de ciertos medicamentos como cimetidina, niacina o suplementos herbales sin previa consulta médica.
Según Medline Plus, la atorvastatina puede causar efectos secundarios, aunque en la mayoría de los casos son leves y transitorios. Entre los más comunes:
-Diarrea
- Acidez estomacal
- Gases
- Dolor en las articulaciones
- Alteraciones leves de memoria o confusión.
- Debilidad muscular severa,
- Dolor en el pecho,
- Fatiga extrema,
- Coloración amarillenta de piel u ojos (ictericia),
- Orina oscura
-Síntomas similares a los de la gripe.
Ante cualquiera de estos signos, se debe buscar atención médica inmediata.
Si se olvida una dosis, debe tomarse tan pronto como se recuerde, salvo que falten menos de 12 horas para la próxima. En ese caso, se debe omitir la dosis olvidada y continuar con el horario habitual. En caso de sobredosis, se debe contactar de inmediato con el centro de control de intoxicaciones o acudir a una sala de emergencias.
La atorvastatina debe guardarse en su envase original, bien cerrado, a temperatura ambiente y fuera del alcance de los niños. No debe almacenarse en lugares húmedos como el baño.
Los medicamentos no utilizados deben desecharse mediante programas especiales de devolución para evitar riesgos en el hogar, sin arrojarlos al inodoro o a la basura común.
Este medicamento, aunque efectivo, requiere una vigilancia clínica cuidadosa, especialmente al iniciar el tratamiento o modificar la dosis. Mantener una lista actualizada de todos los medicamentos, suplementos y productos herbales consumidos es esencial para evitar interacciones.
