La investigación mostró particularidades en la distribución de tipos de ACV: 50.7% isquémicos frente a 41.9% hemorrágicos.
Los accidentes cerebrovasculares (ACV) continúan posicionándose como una de las principales emergencias médicas a nivel global, con un impacto severo en Puerto Rico, donde representan la sexta causa de muerte.
Ante este escenario, la Dra. Glendaliz Noriega desarrolló una investigación enfocada en caracterizar el perfil epidemiológico de los pacientes atendidos por esta condición en el noroeste de la isla.
"El ACV es una emergencia médica que requiere atención inmediata, pero para prevenirla primero debemos entender quiénes son los más vulnerables", explicó Noriega.
El estudio, que analizó 189 casos entre enero 2021 y junio 2024, buscaba responder a la pregunta: "¿Cuál es el perfil clínico y demográfico de los pacientes con accidentes cerebrovasculares atendidos en un hospital de la región noroeste de Puerto Rico?".
Cabe destacar que el diseño metodológico incluyó variables sociodemográficas, comorbilidades y tipos de ACV, utilizando para ello los códigos ICD-10 y herramientas estadísticas como SPSS.
Se calculó el tamaño muestral con un 95% de confiabilidad y 5% de margen de error mediante EPINFO, lo que garantiza representatividad estadística.
Los resultados revelaron patrones preocupantes: "En cuanto al género, el masculino tiene un 54.4%, féminas 48.6%", precisó Noriega. Geográficamente, las zonas rurales concentraron el 53.9% de los incidentes, dato importante al considerar las disparidades en acceso a salud.
La investigación distinguió entre los dos tipos principales de ACV. Por un lado, "el ACV hemorrágico... ocurre una rotura de algún vaso sanguíneo. Ese sangrado se aloja en un lugar que no debería estar en el cerebro, ocasionando el derrame".
Por otro lado, en el ACV isquémico "se puede observar una obstrucción en uno de los vasos sanguíneos que no permite el flujo sanguíneo. Lo que ocurre es una obstrucción, que puede ser por un trombo, puede ser por grasa, aire, etc.".
El estudio evidenció una prevalencia extraordinariamente alta de condiciones crónicas: "La hipertensión fue alta con un 84.7% preocupante y la hipertensión o hiperlipidemia con un 46.6%", señaló la investigadora. Estos índices superan ampliamente los promedios reportados por el CDC para población general.
"Cuando comparamos con los datos del Departamento de Salud que indican 45.2% de hipertensión en la región, entendemos que los pacientes con ACV tienen casi el doble de riesgo", advirtió.
Particularmente preocupante resulta el dato de que el 29.6% de los casos llegaron a emergencias con cefaleas no generalizadas, síntoma frecuentemente subestimado.
Al contrastar los resultados con estudios internacionales como el realizado en Etiopía -que reportó 47.7% de casos en mayores de 65 años- se confirma el patrón de envejecimiento poblacional como factor de riesgo.
Sin embargo, la especialista abordó algunas particularidades locales: "En el estudio de Etiopía, que fue mi estudio base, se encontró que la mayoría fueron adultos mayores de 65 años o más, un 47.7%", comentó. Sin embargo, abordó particularidades locales: "En cuanto a los tipos de ACV, encontramos que en el área noroeste, 50.7% en el químico, 41.9% en el ACV hemorrágico".
Finalmente, la doctora Noriega hizo un llamado a la acción basado en sus hallazgos: "Promover estilos de vida saludable, controlar presión glucosa y tomar mucho líquido, mantener alimentación balanceada, realizar actividades físicas constantes, reconocer signos de alerta de ACV, y educar a los pacientes y las comunidades ".