Su enfoque considera no solo el diagnóstico y tratamiento médico, sino también el acompañamiento al paciente y sus cuidadores durante todo el proceso de salud. Reconoce que cada intervención médica tiene un impacto en la vida de las personas.
En el panorama de la gastroenterología, donde los avances tecnológicos compiten con la necesidad de mantener un enfoque humanista, la trayectoria del Dr. Vasco Eguía es un ejemplo de equilibrio profesional.
Nacido en Guaynabo - Puerto Rico, en 1980, su formación académica -que incluyó estudios en la Academia San José de Caparra y el Colegio de San Ignacio- sentó las bases para lo que sería un camino marcado por la excelencia y la dedicación.
Tras completar un doble bachillerato en Premédica y Filosofía en Boston College, su regreso a Puerto Rico para estudiar medicina en la Universidad de Puerto Rico demostró su compromiso con su tierra natal.
Fue durante su residencia en el Hospital St. Vincent de Nueva York donde el Dr. Eguía descubrió su verdadera pasión. "Allí, me relacioné con los gastroenterólogos, con el Departamento de Gastroenterología, y me atrajo mucho la especialidad", recuerda.
Este primer contacto no fue casual, sino el resultado de una mente curiosa y meticulosa que pronto comenzó a investigar en el área de reflujo esofago-gástrico, sentando las bases para lo que sería una carrera dedicada a las complejas patologías del sistema digestivo.
El salto cualitativo en su carrera llegó cuando decidió especializarse en endoscopia intervencional en el Columbia Presbyterian Hospital, bajo la tutela de la reconocida Dra. Amrita Seth. Este periodo no solo perfeccionó sus habilidades técnicas, sino que moldeó su visión integral del paciente:
En la sala de endoscopia donde se especializó, aprendió que las pantallas HD muestran úlceras pero no muestran miedos. "Aunque gran parte del tiempo se pasa en sala de endoscopia haciendo estos procedimientos, mantenemos el trato humano viendo a los pacientes antes y después, con un equipo que facilita la comunicación constante".
Afirma que "es un trabajo en donde no tan solo es hacer el procedimiento, sino que conlleva manejar a la familia, cuidadores, manejar al paciente en el proceso de su diagnóstico y también ayudar al paciente a navegar en el sistema de salud".
Con más de dos décadas de experiencia, el Dr. Eguía ha venido formando una perspectiva única sobre la medicina. "Al principio uno está absorbiendo y aprendiendo y poco a poco va adquiriendo una experiencia y esa experiencia te ayuda a ver el cuadro completo del paciente", afirma.
"Cuando el paciente viene a donde nosotros, además de hacer un procedimiento, nosotros tenemos una oportunidad de ayudarlos a lograr sentirse mejor. A medida que pasa el tiempo vas aprendiendo sobre el cuadro completo del paciente, su entorno social, sus bases de apoyo y con seguimiento tienes la oportunidad de ayudarlo".
El experto evidencia con claridad sus prioridades, donde si bien está el manejo y diagnóstico de ciertas condiciones, también comprende que "hay otras cosas envueltas en el bienestar de esa persona y esas otras cosas que conforman ese bienestar también tienen que atenderse".
El camino no ha estado exento de obstáculos. El Dr. Eguía confiesa haber enfrentado momentos de duda: "Fueron muchísimas veces. Yo creo que desde que empezaba a romper noches, cuando el cansancio te ataca empiezas a preguntarte ´¿Por qué escogiste esto?´".
Sin embargo, estos momentos de crisis fueron transformándose en oportunidades de crecimiento a medida que avanzaba: "Esos momentos de duda también son acompañados de momentos de satisfacción profesional y también satisfacción como ser humano, ciudadano, como miembro de una sociedad que necesita el servicio, eso es lo que lo motiva a uno a seguir".
"Saber que lo que estás haciendo está ayudando a alguien, hace que valga la pena continuar", asegura.
Consejos para las nuevas generaciones: más allá de la especialización
Para los jóvenes que consideran seguir sus pasos, el Dr. Eguía recomienda: "Tome su tiempo en estudiar y tome tu tiempo en aprender en la fase que está ahora mismo".
Esta recomendación nace de la convicción de que "la persona se enfoca en una especialidad y quizás ignora las otras áreas", cuando en realidad el conocimiento integral es fundamental incluso para los especialistas.
Finalmente, el Dr. Eguía comparte su filosofía sobre el autocuidado médico, un tema indispensable en profesiones tan demandantes: "Definitivamente, eso fue lo primero que yo aprendí en mi primera rotación de medicina interna en el New York", menciona "Tienes que cuidarte tú primero para poder cuidar a los demás", un principio que aplica tanto en lo físico como en lo emocional, y que completa el círculo de su enfoque humanista de la medicina.
De hecho, menciona que aunque se trabaja mucho, siempre hay tiempo para hacer ejercicio, siempre hay tiempo para comer bien y asistir también a chequeos, "yo tengo mis médicos, yo no soy mi propio médico". El experto concluye con una reflexión: "nosotros también somos pacientes, y esa experiencia de paciente nos ayuda a completar ese cuadro y a entender a nuestros pacientes mejor para poder ayudarlos".