La hidratación no solo influye en la producción de orina, sino también en la regulación de la temperatura corporal y la circulación sanguínea.
Los riñones cumplen una función esencial en el organismo: filtrar las toxinas y los desechos del metabolismo para eliminarlos a través de la orina. Sin embargo, para que este proceso se lleve a cabo de manera eficiente, es necesario que haya un flujo sanguíneo adecuado y un volumen de líquidos suficiente en el cuerpo.
Así lo explicó el Dr. Josué Castresana, nefrólogo y presidente de la Sociedad de Nefrología e Hipertensión de Puerto Rico, quien en una entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública por el Día Mundial del Riñón, señaló que una adecuada ingesta de líquidos es fundamental para mantener una buena salud renal, especialmente en climas cálidos y en personas mayores.
"El riñón necesita una buena perfusión para funcionar correctamente", explicó el Dr. Castresana. "Si hay una disminución del volumen intravascular, la presión en la membrana del riñón baja y la filtración de toxinas se ve afectada". Esto es especialmente crítico en personas de edad avanzada, ya que su piel pierde capacidad de retener agua y, en climas cálidos, la deshidratación puede ocurrir con mayor rapidez.
Y es que la hidratación no solo influye en la producción de orina, sino también en la regulación de la temperatura corporal y la circulación sanguínea. Sin embargo, y a pesar de que con regularidad se discute sobre la cantidad de agua que se debería consumir a diario, el especialista recuerda que esto varía según la edad, el nivel de actividad y el clima al que se exponga con regularidad el paciente.
"Aunque se ha hablado mucho de la cantidad ideal de agua, lo cierto es que no hay un consenso exacto", señaló el especialista. Una manera de evaluar si se está consumiendo suficiente líquido es el volumen de orina: "Producir más de 800 mililitros de orina al día es un buen indicio de hidratación adecuada".
Ahora, si bien mantenerse hidratado es un factor fundamental para el cuidado de los riñones, y de la salud en general, el consumo excesivo de agua también puede ser perjudicial.
"En algunos casos, como en pacientes neuropsiquiátricos, el consumo excesivo de líquidos puede provocar una disminución peligrosa del sodio en la sangre, causando síntomas neurológicos como desorientación, edemas cerebrales e incluso convulsiones".
Por lo tanto, el Dr. Castresana comentó que para mantener un equilibrio y evitar complicaciones por falta o exceso de agua, se debe asegurar una producción de agua que permita una producción de orina entre 800 y 1.200 mililitros por día.
Detectar problemas renales en sus primeras etapas no siempre es fácil, ya que muchas veces la enfermedad avanza de manera silenciosa. Según el especialista, los análisis de laboratorio son herramientas clave para identificar señales tempranas de daño renal.
"Uno de los primeros signos que vemos en los exámenes de orina es la presencia de sangre o proteínas", explicó. "Cuando aparecen estos marcadores, sabemos que algo no está funcionando bien en los riñones".
Otro indicador importante es la tasa de filtración glomerular (GFR, por sus siglas en inglés), que mide qué tan eficientemente los riñones están filtrando la sangre.
"Aquí, en Puerto Rico, los laboratorios están obligados por ley a reportar la función de filtración renal", mencionó. "Si el GFR está por debajo de 60, ya estamos hablando de enfermedad renal en estadio 2 y es un motivo de alerta".
El Dr. Castresana resaltó que la presencia de sangre o proteínas en la orina, así como niveles anormales de creatinina, son indicios de posible enfermedad renal. También mencionó que los pacientes con condiciones preexistentes, como diabetes o hipertensión, deben monitorear regularmente su función renal.
"La mejor manera de prevenir el daño renal es mantener un control adecuado de estas condiciones y realizar chequeos regulares", recomendó. "La hidratación es solo una parte del cuidado renal, pero es un hábito fundamental para proteger la función de los riñones a lo largo de la vida".