Ceguera funcional, espasmos oculares y alineación ocular: Uso oftalmológico de la toxina botulínica

El uso de Botox no está exento de riesgos, especialmente si se administra en exceso o en lugares no certificados, ya que puede provocar efectos como parálisis no deseada, caída del párpado (ptosis) o visión doble.

Katherine Ardila

    Ceguera funcional, espasmos oculares y alineación ocular: Uso oftalmológico de la toxina botulínica

    Desde el Congreso de Ciencias Básicas y Clínicas de la Universidad Nacional, en Colombia,  la doctora María Amparo Mora, especialista en oftalmología, reveló los múltiples usos médicos de la toxina botulínica, un tratamiento que muchos asocian exclusivamente con procedimientos estéticos pero que en realidad tiene aplicaciones terapéuticas fundamentales en el campo de la salud visual.  

    El Botox (toxina botulínica) fue aprobado por primera vez por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) como opción terapéutica para el tratamiento del estrabismo, una condición caracterizada por la desalineación ocular. 

    Sin embargo, con el paso del tiempo, ha sido una opción para otro tipo de afecciones oculares. Se utiliza para corregir la alineación ocular al relajar los músculos del ojo, aliviar espasmos faciales como el blefaroespasmo y el espasmo hemifacial, proteger la superficie ocular mediante tarsorrafia química, y tratar complicaciones de la parálisis facial como la incapacidad de cerrar el párpado.

    Además, ha mostrado efectividad en condiciones como la queratitis filamentosa refractaria, el lagrimeo excesivo (epífora) y el entropión, ofreciendo una alternativa no quirúrgica o temporal a la cirugía en pacientes con limitaciones médicas o tiempos de espera prolongados.

    Un tratamiento versátil con origen bacteriano    

    Ante las cámaras de la Revista MSP, la experta explicó la naturaleza de esta sustancia: "Esta toxina es un agente químico, es producida por una bacteria y se usa para paralizar músculos, entonces sirve para usos estéticos y funcionales". 

    La doctora Mora mencionó sus diversas aplicaciones: desde el conocido uso cosmético para atenuar arrugas hasta tratamientos para condiciones neurológicas complejas. "El uso más conocido es el de paralizar músculos para atenuar o eliminar arrugas, también en pacientes que tienen movimientos anormales, lo que la gente llama comúnmente tics o tienen espasmos por alguna parálisis o algún accidente cerebrovascular", precisó.  

    Aplicaciones específicas en oftalmología  

    Cuando la conversación se centró en su especialidad, la oftalmóloga detalló casos concretos donde esta toxina marca la diferencia:

    "En oftalmología, cuando hay alguna situación funcional de un espasmo de los párpados, en que los músculos se contraen de manera involuntaria, entonces los pacientes quedan ´ciegos´ porque al realizar alguna actividad los párpados se les cierran", describió. 

    Además, mencionó su uso para proteger la córnea en casos de orbitopatía tiroidea y, por supuesto, su aplicación estética para suavizar las llamadas "patas de gallina".  

    Riesgos y consideraciones importantes de la aplicación de toxina botulínica

    Frente a la seguridad de este procedimiento, la doctora Mora aclaró: "No es totalmente seguro, tiene riesgos porque una sobredosis o una aplicación en un sitio no certificado, puede causar parálisis de algo que no se quiere". 

    Entre las posibles complicaciones mencionó: "puede por ejemplo causar caída del párpado superior, lo que se denomina ptosis, puede causar que se vaya a un músculo de los ojos y puede causar visión doble". 

    No obstante, aclaró que estos efectos adversos no son frecuentes cuando el procedimiento lo realiza un especialista calificado.  

    El procedimiento paso a paso y durabilidad de la toxina botulínica 

    Concretando la explicación, la experta relató a la audiencia el proceso de aplicación: "El procedimiento se realiza en consultorio, mediante inyecciones con jeringas muy pequeñas. En los sitios a tratar, los esterilizan previamente con isodine o con alcohol". 

    Sobre la duración del efecto, mencionó: "el efecto es variable, pero en promedio dura tres meses, hay pacientes a los que les dura un poco menos o un poco más", y recomendó que no debe repetirse antes de ese período.  

    Poblaciones con restricciones  

    Respecto a quienes pueden utilizar este tratamiento, la experta concuerda en que hay algunas poblaciones específicas donde no se recomienda su uso: "No es aconsejable usarlo ni en el embarazo, ni en la lactancia".

    También mencionó otros grupos de riesgo: "los que tienen alguna enfermedad neurológica del tipo de la miastenia gravis, o están en un tratamiento largo con antibióticos que llamamos aminoglucósidos, es aconsejable esperar a que el tratamiento termine".

    Recomendaciones post-tratamiento  

    Para quienes consideran este tratamiento, se aconseja: "es mejor que al menos en las primeras 72 horas no hagan ejercicio intenso. El uso estético asociado a actividades físicas muy intensas, como en atletas, disminuye el efecto". 

    Sobre el consumo de alcohol, aunque no hay estudios concluyentes, recomendó precaución: "no se ha comprobado, pero hay hipótesis de que el alcohol, por ejemplo, no deja crecer a la bacteria. Entonces, es aconsejable no consumir alcohol durante el tratamiento".

    Diferencias con otros tratamientos  

    Ahora bien, ante la confusión común entre toxina botulínica y rellenos comerciales, la especialista fue contundente: "los rellenos son diferentes a las toxinas y también comercialmente hay muchas marcas de toxinas. Botox es una de esas y es una de las más usadas, pero no quiere decir que sea la única". 

    Explicó que "los rellenos provocan, como su nombre lo dice, aumento del volumen en un área deprimida, en una arruga, en un pliegue, pero no paralizan el músculo", como si lo hace esta toxina.  

    Para finalizar, la oftalmóloga hizo un enfático llamado a buscar atención calificada: "es el profesional el que está autorizado para aplicarlo, es decir, debe ser médico y especialista en alguna rama de las que manejamos esta toxina, ya sea oftalmólogo, neurólogo, cirujano plástico, dermatólogo, fisiatra". Su mensaje dejó claro que, aunque la toxina botulínica es una herramienta poderosa, su aplicación requiere conocimiento experto para garantizar resultados seguros y efectivos.



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