Consumo de grasas y azúcares refinados deteriora memoria espacial y cognitiva en adultos jóvenes: Estudio

Los participantes con menor consumo de grasas y azúcares lograron recordar con mayor precisión la ubicación de objetos en un laberinto virtual.

Mariana Mestizo Hernández

    Consumo de grasas y azúcares refinados deteriora memoria espacial y cognitiva en adultos jóvenes: Estudio

    Diversos estudios han demostrado que el consumo excesivo de alimentos ricos en grasas y azúcares refinados se asocia con el desarrollo de trastornos como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y afecciones metabólicas. También se ha vinculado con un aumento de la ansiedad y la percepción del dolor.

    Ahora, como lo señala el medio infobae, una nueva investigación de la Universidad de Sídney advierte que este tipo de alimentación también podría afectar el funcionamiento cognitivo, en particular la memoria.

    El estudio, publicado en la Revista Internacional de Obesidad, evaluó en humanos el impacto de las dietas altas en grasas y azúcares (HFHS, por sus siglas en inglés) sobre la navegación espacial en primera persona, una habilidad que permite aprender y recordar rutas dentro de un entorno.

    Según los investigadores, "estos hallazgos son los primeros en revelar el efecto adverso de la dieta en el aprendizaje y la memoria espacial en una tarea que requería la navegación en un espacio tridimensional".

    El papel del hipocampo en la cognición

    El Dr. Dominic Tran, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sídney y autor principal del estudio, explicó que el deterioro cognitivo observado podría estar relacionado con el funcionamiento del hipocampo, una estructura clave en el cerebro para la formación de la memoria y la orientación espacial. 

    "Es posible que el deterioro cognitivo desencadenado por la ingesta de estos productos se centre en el hipocampo, en lugar de afectar a todo el cerebro", señaló. Sin embargo, también afirmó que estos cambios serían reversibles: "Las modificaciones en la dieta pueden mejorar la salud del hipocampo y, por ende, nuestra capacidad para desenvolvernos en el entorno, como al explorar una ciudad nueva o aprender una ruta de regreso a casa".

    La metodología del estudio

    El equipo reclutó a 55 estudiantes universitarios, de entre 18 y 38 años, para analizar la relación entre los hábitos alimenticios y el rendimiento cognitivo. Los participantes completaron cuestionarios sobre su consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, y fueron evaluados en memoria de trabajo e índice de masa corporal (IMC), con el fin de establecer una línea base.

    Posteriormente, se sometieron a una serie de pruebas en un entorno de realidad virtual. El objetivo era encontrar un cofre del tesoro dentro de un laberinto, en seis ensayos consecutivos. El diseño incluía señales visuales que podían servir como referencia para recordar la ruta. La ubicación del cofre y el punto de partida se mantuvieron constantes, lo que permitió medir la capacidad para aprender y reproducir trayectorias.

    Cada participante disponía de cuatro minutos para completar la tarea. Si no lograban encontrar el cofre en ese tiempo, eran transportados automáticamente hasta su ubicación, donde podían observar el entorno durante diez segundos antes de pasar al siguiente intento. Esta metodología garantizó que todos tuvieran las mismas condiciones para aprender la ruta, independientemente de su desempeño inicial.

    Resultados del experimento

    En una séptima y última prueba, el cofre fue retirado del escenario virtual. Se pidió a los participantes que indicaran el lugar donde creían que había estado ubicado, basándose únicamente en su memoria. Los resultados mostraron que quienes tenían un consumo menos frecuente de grasas y azúcares lograron identificar la ubicación con mayor precisión. En cambio, quienes consumían estos productos con mayor regularidad presentaron más dificultades para recordar el sitio exacto.

    "Después de controlar la memoria de trabajo y el IMC, medidos por separado durante el experimento, la ingesta de azúcar y grasas de los participantes fue un predictor confiable del rendimiento en esa séptima prueba final", señaló el Dr. Tran.

    Implicaciones y conclusiones

    El investigador también destacó la importancia de estos hallazgos: "Esta investigación nos da evidencia de que la dieta es importante para la salud del cerebro en la edad adulta temprana, un período en el que la función cognitiva generalmente está intacta".

    "Es probable que nuestros participantes fueran un poco más saludables que la población general, pero creemos que, si nuestra muestra fuera más representativa del público en general, el impacto de la dieta en la navegación espacial probablemente sería aún más pronunciado", concluyó.



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