Actualmente, existen nueve medicamentos en fase 3 para el lupus, tras 40 años sin avances significativos en su tratamiento.
Desde el Congreso Panamericano de Reumatología, PANLAR 2025, la Revista Medicina y Salud Pública realizó una cobertura exclusiva en la que se abordaron temas relevantes como las enfermedades autoinmunes, entre ellas el lupus.
En este contexto, el Dr. Guillermo Valenzuela, reumatólogo, destacó la importancia de una formación especializada en esta condición.
"Agradezco que fui entrenado en el ámbito del lupus. Siempre me ha interesado. Es una condición que suscita muchas emociones, porque sabes que el paciente con lupus es un paciente que muchas veces no viene reconocido en forma temprana, y lamentablemente el diagnóstico siempre ocurre, o clásicamente ocurría, siempre tarde".
Asimismo, manifestó que uno de los principales objetivos actuales en el tratamiento del lupus es la intervención temprana para prevenir daños irreversibles.
"Cuando tratas a un paciente con lupus, los daños que pueden llegar a tener muchas veces son irreversibles. Entonces queremos evitar esa irreversibilidad mediante la intervención temprana, para que ese daño no ocurra y no persista por el resto de la vida", sostuvo.
En este marco, el especialista destacó los avances en terapias emergentes, incluyendo tratamientos celulares y nuevas moléculas en fase de investigación. Entre ellas, mencionó a Cenerimod, una droga en desarrollo que actúa como modulador del receptor de esfingosina fosfato.
Según explicó, su mecanismo busca evitar la dispersión de linfocitos (células responsables de causar daño en órganos distantes) mediante su retención en los órganos linfáticos, modulando así el sistema inmunológico sin destruir células.
"Yo creo que, si bien todavía la droga no ha sido aprobada y está en fase de experimentación, drogas con este tipo de enfoque son las que vamos a poder usar quizá en fase temprana en pacientes con lupus, para evitar ese daño inicial, que muchas veces no es perceptible, como por ejemplo el daño en los riñones, que a veces los pacientes no saben porque no tienen sintomatología, pero ya es tarde", explicó.
El enfoque terapéutico, reiteró, apunta a intervenir de manera temprana para prevenir el daño acumulado y mejorar el pronóstico de los pacientes.
Respecto a los resultados preliminares, comentó que los datos no han mostrado cambios significativos en términos de seguridad en comparación con placebos, lo cual es un avance importante en el perfil de riesgo de las nuevas opciones terapéuticas.
Finalmente, recordó que durante décadas el tratamiento del lupus no presentó avances significativos. "Por 40 años, desde los años 40 hasta hace 12 años, no hubo desarrollo de drogas para el lupus. Hoy en día tenemos nueve drogas en fase 3 y alrededor de 90 en fases experimentales", concluyó.
Gracias a una mejor comprensión de los mecanismos de la enfermedad, actualmente se vislumbra un panorama mucho más alentador en el desarrollo de terapias dirigidas.