Una investigación en roedores muestra que el inhibidor de Bcl-2 navitoclax, actualmente en ensayos clínicos para cáncer, mejora la eficacia de los antibióticos tradicionales contra la tuberculosis y reduce el daño pulmonar.
La tuberculosis sigue siendo la principal causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1,25 millones de muertes y 10,8 millones de casos nuevos en 2023, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo tuberculoso, una bacteria que suele afectar a los pulmones. Se transmite por el aire cuando una persona enferma tose, estornuda o escupe.
Un estudio liderado por el Centro Pediátrico Johns Hopkins y publicado en Nature Communications sugiere que un fármaco experimental desarrollado originalmente para tratar el cáncer podría revolucionar el tratamiento de la tuberculosis (TB).
Al combinar navitoclax, un inhibidor de Bcl-2, con los antibióticos estándar (rifampicina, isoniazida y pirazinamida), los investigadores observaron una reducción del 40 % en las lesiones pulmonares necróticas y una mayor eficacia bactericida en ratones infectados con Mycobacterium tuberculosis.
Durante las etapas iniciales de la infección por tuberculosis, las células infectadas mueren mediante un proceso natural llamado apoptosis, que ayuda a contener la enfermedad.
Sin embargo, en etapas avanzadas, la bacteria promueve la necrosis, una forma de muerte celular descontrolada que daña los tejidos y facilita la propagación de la infección. La bacteria induce la producción de proteínas Bcl-2, que bloquean la apoptosis.
Navitoclax inhibe estas proteínas, restaurando el equilibrio y permitiendo una muerte celular más controlada y menos dañina, funciona bloqueando estas proteínas Bcl-2, lo que induce a las células cancerosas a morir.
Impacto potencial y próxima fase del estudio
Aunque el navitoclax por sí solo no tiene efecto sobre la bacteria, su combinación con los fármacos antituberculosos tradicionales aumentó la eficacia del tratamiento hasta 16 veces, reduciendo la diseminación del patógeno a órganos como el bazo.
Sumado a eso, el enfoque podría prevenir la enfermedad pulmonar post-tuberculosa, una condición crónica que afecta a millones de personas que han superado la infección. Los científicos advierten que se necesitan ensayos clínicos en humanos para validar estos hallazgos.
En Colombia, la enfermedad también mantiene una alta prevalencia, y los expertos señalan la necesidad de tratamientos más eficaces y cortos que puedan reducir costos y secuelas en los pacientes.