Las plantillas inteligentes utilizan sensores avanzados y energía solar para monitorear en tiempo real la postura, la presión y la marcha de los usuarios, abriendo nuevas posibilidades en el autocuidado de la salud y la prevención de enfermedades.
El desarrollo de plantillas inteligentes, diseñado por científicos de la Universidad Estatal de Ohio, marca un avance crucial en la integración de tecnología y bienestar.
Estas plantillas incorporan 22 sensores de presión altamente sensibles, colocados estratégicamente dentro del calzado, que permiten detectar patrones únicos de movimiento en cada individuo.
El sistema funciona gracias a pequeños paneles solares instalados en la parte superior del zapato, cuya energía es almacenada en baterías de litio de tamaño reducido. Esta tecnología asegura un suministro constante y no intrusivo de energía durante el uso diario.
"El caminar de una persona es tan único como una huella digital", destacó Jinghua Li, profesor asistente de Ciencia de Materiales e Ingeniería y coautor del estudio. Según Li, este dispositivo puede decodificar señales corporales vitales para promover un autocuidado más eficaz.
A diferencia de prototipos previos, que sufrían de problemas energéticos y bajo rendimiento, las nuevas plantillas ofrecen alta resolución, detección espacial precisa y capacidad de autoalimentación. Además, se integran con algoritmos de aprendizaje automático para interpretar los datos recogidos.
"Nuestro dispositivo representa un salto significativo en términos de durabilidad, flexibilidad y precisión", afirmó Qi Wang, estudiante de doctorado y coautor del proyecto.
Los datos recogidos por las plantillas se transmiten vía Bluetooth a un smartphone, brindando retroalimentación inmediata y facilitando un monitoreo continuo del estado físico del usuario.
Las plantillas inteligentes prometen aplicaciones clínicas de amplio alcance. Los investigadores señalan su utilidad para la detección temprana de problemas como úlceras diabéticas, trastornos musculoesqueléticos, y enfermedades neurológicas como el Parkinson.
El sistema, que soportó 180.000 ciclos de prueba sin pérdidas de funcionalidad, también está siendo entrenado para reconocer de manera precisa distintos gestos y tipos de movimiento, gracias al uso de inteligencia artificial.
De acuerdo con el equipo de investigación, se espera que el producto pueda llegar al mercado en un plazo de tres a cinco años. Las próximas etapas del proyecto incluyen ampliar las pruebas a poblaciones más diversas para perfeccionar su capacidad de adaptación.
La Universidad Estatal de Ohio concluye que estas plantillas inteligentes representan una nueva frontera en la medicina personalizada. En línea con la tendencia creciente hacia los dispositivos wearables, su adopción podría transformar la prevención, diagnóstico y manejo de múltiples condiciones médicas.