Se destaca la importancia de la asesoría médica durante el embarazo para asegurar el bienestar tanto de la madre como del feto, especialmente cuando se utilizan medicamentos anticonvulsivantes.
Desde el Congreso de Ciencias Básicas y Especialidades Clínicas de la Universidad Nacional se abordaron temáticas de gran relevancia médica, como el estatus convulsivo en el embarazo.
"El estatus convulsivo es cuando una paciente o un paciente empieza a convulsionar y la convulsión se prolonga más allá de cinco minutos. En la gran mayoría de los episodios o de los escenarios, la crisis convulsiva se autolimita en los primeros cinco minutos", explicó el Dr. Carlos Fernando Grillo, ginecólogo obstetra.
El especialista enfatizó que se considera estatus convulsivo cuando la actividad convulsiva supera ese umbral de tiempo. Más allá del embarazo, advirtió que este cuadro clínico representa un desafío considerable para el personal de salud.
"Hasta el 20 al 30 % de las personas que padecen un estatus convulsivo fallecen, y solamente el 40 % recupera su capacidad funcional e independencia en los próximos seis meses", puntualizó.
Además, el experto destacó que el estatus convulsivo suele estar relacionado, en gran parte de los casos, con la suspensión o el uso inadecuado de medicamentos anticonvulsivantes. Este factor, según explicó, está presente en aproximadamente el 50 % de los episodios, mientras que el resto se asocia a múltiples causas como trombosis, tumores cerebrales, descompensaciones de enfermedades crónicas o infecciones severas.
"En cerca de la mitad de los casos, el estatus convulsivo se produce porque la paciente o el paciente deja de tomar los anticonvulsivantes, los usa mal o no sigue las indicaciones médicas. El resto de los episodios tiene causas multifactoriales: desde un derrame cerebral hasta una crisis hipertensiva o una infección mal manejada", explicó.
Asimismo, el Dr. Grillo destacó la importancia de la asesoría médica durante el embarazo, subrayando que tanto la mujer como su familia deben consultar con un ginecólogo obstetra y, en algunos casos, un neurólogo. En este contexto, explicó que es crucial considerar la relación riesgo-beneficio.
"En medicina y obstetricia existe una premisa fundamental: si la mamá no está bien, el feto no está bien. Si la madre convulsiona o pone en peligro su vida, la del feto también se ve comprometida," señaló el especialista.
Además, resaltó que aunque los primeros anticonvulsivantes desarrollados en la historia se asociaban con alteraciones cráneo-faciales, anomalías fetales y trastornos del comportamiento, estas complicaciones continúan siendo documentadas en medicamentos de nueva generación, aunque con menor frecuencia.
"Al evaluar los beneficios de tomar la medicación frente a los efectos adversos, la balanza en la mayoría de los casos se inclina a favor de la medicación, ya que no tomarla representa un riesgo mucho mayor que los efectos secundarios de su consumo adecuado durante el embarazo", agregó.
El Dr. Grillo resaltó que nunca es normal tener una convulsión, ya que cualquier alteración del estado de conciencia y crisis convulsivas deben ser motivo para acudir inmediatamente a urgencias. Explicó que, incluso en pacientes con epilepsia, la frecuencia de las convulsiones puede ser indicativa de una patología subyacente, un mal control de la enfermedad base o una dosis inadecuada de medicamentos que requiere ajuste.
"Siempre que un paciente presente alteración del sensorio y movimientos anormales o una crisis convulsiva, debe ser llevado al servicio de urgencias de su atención médica," destacó.
En cuanto al parto, el experto subrayó que, aunque la vía vaginal es generalmente la opción más recomendada, existen escenarios en los que la cesárea es la intervención más segura.
"El parto vaginal es una intervención; la vía natural es siempre la mejor para la madre y el feto. Sin embargo, la cesárea es una intervención que salva vidas cuando existen indicaciones maternas o fetales necesarias. La respuesta es no necesariamente, depende del escenario. La vía vaginal siempre debe ser la elección, pero habrá circunstancias especiales o excepcionales en las cuales el profesional idóneo, el ginecólogo, definirá que para la madre o el feto es más seguro optar por la cesárea," explicó.
Respecto a la lactancia, aclaró que muchos pacientes se preocupan por los efectos de los medicamentos anticonvulsivantes durante la lactancia.
"En general, los medicamentos anticonvulsivantes pasan entre el 3 y el 5 % de su concentración en la leche materna, aunque algunos pueden alcanzar hasta el 30 % de la concentración materna. La respuesta depende del medicamento. Pero en términos generales, son seguros tanto para el feto como para la madre cuando se usan de manera apropiada," indicó. Reiterando la importancia de seguir siempre las recomendaciones del profesional de salud a cargo.
Finalmente, hizo un llamado a las futuras madres para que consulten siempre a su médico sobre cualquier preocupación durante la gestación, especialmente en relación con el uso de medicamentos anticonvulsivantes, antipsicóticos o neurolépticos.
"Cada vez contamos con medicamentos más seguros y efectivos, y siempre los profesionales de la salud tenemos en cuenta el bienestar tanto de la madre como del feto. El feto es importante, la madre también lo es, y velamos por el bienestar de ambos. Por favor, asesórense bien, pregunten, despejen todas sus dudas; para eso estamos, y siempre sigan las instrucciones," concluyó.