El cáncer colorrectal es el segundo más mortífero a nivel mundial, solo detrás del cáncer de pulmón, con casi un millón de muertes anuales.
Los casos de cáncer colorrectal en personas menores de 50 años están en aumento, sin que se comprendan completamente las causas detrás de esta tendencia. En las últimas dos décadas, las cifras se han duplicado en diversos países, afectando incluso a personas jóvenes, sin antecedentes familiares ni factores de riesgo obvios, quienes llegan a los hospitales con metástasis avanzadas.
Un estudio reciente, dirigido por el biólogo computacional Marcos Díaz Gay (Santiago de Compostela, 33 años), sugiere que una toxina bacteriana podría estar detrás de este fenómeno. La investigación, publicada este miércoles en Nature, apunta a que la toxina colibactina, producida por una cepa de Escherichia coli, induce mutaciones cancerígenas en el ADN. "En pacientes jóvenes, de hasta 39 años, vemos ese patrón de la colibactina en uno de cada tres casos", señala Díaz Gay.
Este hallazgo sigue una línea de estudios previos, como el realizado por el biotecnólogo Cayetano Pleguezuelos, quien en 2020 demostró que la colibactina daña el ADN de las células humanas. Más recientemente, otro estudio detectó una firma mutacional asociada a esta toxina en el 13% de los 2.000 pacientes británicos analizados.
"Este estudio es una prueba bastante fuerte de que, probablemente, la bacteria sí esté involucrada en el desarrollo del cáncer temprano", afirma Pleguezuelos.
El nuevo trabajo, como lo indica el medio El País, amplía el análisis, examinando casi 1.000 tumores de pacientes de 11 países, y detectando una mayor prevalencia de dos marcas genéticas vinculadas a la toxina en pacientes menores de 40 años. Díaz Gay plantea que el aumento de infecciones por esta cepa de Escherichia coli en los países industrializados podría estar relacionado con cambios en el estilo de vida.
"En los países más industrializados hay un aumento de los casos de infección por esta cepa de Escherichia coli, lo que nos lleva a pensar en cambios en el estilo de vida", apuntó, quien realizó la investigación en la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) y se ha incorporado recientemente al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, en Madrid.
Desde 2009, se ha observado un incremento en la incidencia de cáncer colorrectal en personas menores de 50 años, especialmente en países como Estados Unidos, donde la tasa crece más de un 1,5% anual. Otros estudios internacionales, como el realizado en Europa, han documentado aumentos significativos entre los jóvenes, especialmente en personas de 20 a 39 años.
"La incidencia de cáncer colorrectal disminuía en las personas mayores, pero aumentaba más de un 1,5% anual en los menores de 50 años", señala Díaz Gay.
El proyecto Mutographs, financiado con 20 millones de libras por Cancer Research UK, busca desentrañar las causas del cáncer, y la colibactina se perfila como una de las principales culpables del aumento del cáncer colorrectal en jóvenes. El consorcio intenta desde 2017 descubrir causas desconocidas del cáncer, gracias al análisis de mutaciones características en el ADN. Díaz Gay subraya que en jóvenes de hasta 39 años, un tercio de los casos presentan mutaciones características de esta toxina.
Aunque se ha detectado un patrón global, la investigación también señala diferencias locales, como las mutaciones únicas halladas en países de América Latina, lo que sugiere la presencia de factores ambientales adicionales aún no identificados. "Vemos que el patrón de la colibactina es global, pero desafortunadamente no tenemos datos de España. La idea ahora es intentar averiguar qué está pasando aquí", explicó Díaz Gay.
Impacto de la colibactina desde la infancia
El análisis de las mutaciones sugiere que el daño genético inducido por la colibactina puede ocurrir desde la infancia, lo que plantea nuevas preguntas sobre el origen de estas alteraciones. Otros factores de riesgo conocidos incluyen una dieta poco saludable, el tabaquismo, el alcohol y la falta de actividad física.
"Entre los factores de riesgo conocidos también figuran la comida basura, las bebidas azucaradas, la obesidad, la hipertensión, la falta de ejercicio y la deficiencia de vitamina D", según el estudio realizado en 2024 con los 2.000 pacientes británicos.
El cáncer colorrectal, que causa cerca de un millón de muertes anuales, es el segundo más mortal a nivel mundial, y se espera que, para 2030, se convierta en la principal causa de muerte por cáncer en personas de entre 20 y 50 años. Kimmie Ng y Marios Giannakis, especialistas en la enfermedad del Instituto Oncológico Dana-Farber, en Boston, han predicho que en 2030 será la principal causa de muerte por cáncer en esta franja etaria.
A pesar de los avances, algunos expertos, como el epidemiólogo británico Julian Peto, advierten que aún no se puede afirmar con certeza que la colibactina sea la causa principal de este aumento. "Observar que las firmas de colibactina son más comunes en los tumores de los pacientes más jóvenes no es una prueba concluyente", señala Peto. Es necesario analizar muestras históricas de tumores para evaluar su papel en décadas pasadas.
Cayetano Pleguezuelos apoya la investigación, aunque reconoce que aún falta evidencia concluyente. "No está probado al 100%, pero este estudio es una prueba bastante fuerte de que, probablemente, la bacteria sí esté involucrada en el desarrollo del cáncer temprano", opina Pleguezuelos. "Son las preguntas que se hace todo el mundo: ¿Por qué se incrementa globalmente el cáncer colorrectal de inicio temprano? ¿Y de dónde viene esta cepa de Escherichia coli? No lo sabe nadie", agrega.
El proyecto de 20 millones de libras cuenta con la colaboración de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, la Universidad de California y el Instituto Wellcome Sanger. La organización californiana ha afirmado en un comunicado que "la exposición durante la infancia a una toxina bacteriana podría estar desencadenando una epidemia de cáncer colorrectal entre los jóvenes".
Ludmil Alexandrov, jefe de Díaz Gay en San Diego, sostiene que este hallazgo cambia la forma de ver el cáncer. "Puede que no se trate solo de lo que ocurre en la edad adulta: el cáncer podría estar influido por sucesos en las primeras etapas de la vida, quizá incluso en los primeros años", concluyó Alexandrov.