Viernes 25 de Abril de 2025 |
La segunda neoplasia (CPT) mostró invasión linfovascular, a pesar de su pequeño tamaño (0,6 cm), lo que implica un comportamiento potencialmente agresivo.
Una paciente de 58 años, con antecedente de hemitiroidectomía izquierda por un carcinoma de células de Hürthle (CHC) de 1,3 cm, previamente tratada con yodo radiactivo y en manejo con levotiroxina, consultó por disfagia y disfonía.
Una biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF) previa no resultó diagnóstica. Sin embargo, una ecografía realizada un mes antes mostró un nódulo lobulado hipoecoico en el lecho tiroideo izquierdo. En las imágenes de seguimiento también se detectó un nódulo isoecoico (lesión en la glándula tiroides que tiene la misma ecogenicidad que la grasa) de 1,0 cm en el lóbulo posterior derecho.
Se realizó una PAAF ecoguiada del nódulo en el lóbulo posterior derecho, que confirmó la presencia de un carcinoma papilar de tiroides (CPT) con invasión linfovascular. Asimismo, la PAAF ecoguiada de los ganglios linfáticos sospechosos identificó linfadenopatía reactiva.
La paciente fue sometida a tiroidectomía derecha. El análisis histopatológico reveló un carcinoma papilar unifocal de 0,6 cm con invasión linfovascular. Las características microscópicas confirmaron que esta neoplasia era distinta al CHC previamente diagnosticado.
El manejo clínico de las neoplasias tiroideas suele guiarse por directrices específicas para cada tipo histológico. No obstante, estas directrices no contemplan adecuadamente los casos de neoplasias metacrónicas distintas que ocurren en un mismo paciente, como el presente caso.
Esta situación clínica como lo indican los autores (Naoun et al) plantea un desafío terapéutico significativo, ya que una estrategia excesivamente agresiva podría aumentar el riesgo de complicaciones sin aportar beneficios adicionales claros.
Dada la diferencia en comportamiento biológico entre el carcinoma papilar (con un pronóstico generalmente favorable) y el carcinoma de células de Hürthle (asociado con mayor riesgo de recurrencia y mortalidad), se resalta la importancia de implementar enfoques individualizados en el tratamiento.
Se requieren investigaciones futuras para establecer protocolos estandarizados que optimicen los resultados clínicos en pacientes con neoplasias tiroideas múltiples y distintas, dada la complejidad pronóstica inherente a estos casos.