Los CDC advierten que problemas de salud bucal, como caries, encías sangrantes o heridas en la boca, facilitan la entrada de patógenos.
El sexo oral, aunque es una práctica común entre adultos, puede ser una vía de transmisión de diversas enfermedades de transmisión sexual (ETS). Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), existen más de 30 tipos de bacterias, virus y parásitos que pueden infectar al ser humano a través de fluidos como el semen, las secreciones vaginales o la sangre.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) destacan que esta actividad sexual implica riesgos, ya que muchas ETS se propagan cuando se estimulan los genitales con la boca.
De hecho, una encuesta realizada por los CDC reveló que más del 85% de los adultos entre 18 y 44 años ha practicado sexo oral al menos una vez en su vida, lo que demuestra su frecuencia y la importancia de concienciar sobre sus posibles consecuencias para la salud.
Entre las enfermedades que pueden transmitirse a través del sexo oral se encuentra el herpes simple, que provoca llagas dolorosas en la boca o los genitales. La gonorrea y la clamidia también pueden infectar la garganta, aunque en muchos casos no presentan síntomas inmediatos, lo que dificulta su diagnóstico.
El virus del papiloma humano (VPH) es otra infección común que puede causar verrugas genitales o, en casos más graves, aumentar el riesgo de cáncer de garganta. La sífilis, por su parte, puede manifestarse con llagas en la boca o los labios, mientras que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tiene un riesgo de transmisión más bajo en el sexo oral, aunque no es inexistente. Además, las hepatitis A y B pueden contraerse si hay contacto con fluidos corporales infectados.
Varios factores aumentan el riesgo de contagio durante el sexo oral. Los CDC advierten que problemas de salud bucal, como caries, encías sangrantes o heridas en la boca, facilitan la entrada de patógenos.
Asimismo, la exposición al líquido preseminal o al semen eleva las probabilidades de infección en la garganta, los genitales o el recto. Un desafío adicional es que muchas ETS son asintomáticas en sus primeras etapas, lo que retrasa su detección y tratamiento.
Por ello, los especialistas de la Clínica Camelias enfatizan la importancia de usar métodos de barrera, como condones o diques dentales, para reducir el riesgo de transmisión.
Para prevenir estas infecciones, los expertos recomiendan mantener una buena higiene bucal, realizarse chequeos médicos periódicos y utilizar protección durante las prácticas sexuales.
La educación sobre los riesgos asociados al sexo oral y la promoción de medidas preventivas son clave para disminuir la propagación de estas enfermedades. Aunque el sexo oral es una práctica extendida, la concienciación y la responsabilidad individual son fundamentales para proteger la salud propia y la de la pareja.