Pacientes piden hospitales más silenciosos, con mayor privacidad y menos tiempo de espera

Un informe revela que el 94 % de las personas confía en la tecnología sanitaria para reducir las hospitalizaciones, pero también exige una atención más humana, menos esperas, confort y privacidad en los centros médicos.

Laura Guio

    Pacientes piden hospitales más silenciosos, con mayor privacidad y menos tiempo de espera

    Según el I Estudio de la Tecnología Sanitaria Aplicada a la Experiencia del Paciente, elaborado por Philips en colaboración con la agencia Omnicom Group, la mayoría de los encuestados cree que la tecnología es clave para mejorar su experiencia como pacientes y reducir los tiempos de hospitalización.

    El informe, basado en una encuesta a 600 personas que han visitado un hospital o clínica en el último año, revela una confianza general en el sistema sanitario, con una valoración media de 7,14 sobre 10. Sin embargo, también saca a la luz carencias importantes en aspectos clave como la privacidad, el confort y los tiempos de espera.

    Satisfacción general, pero con margen de mejora

    Un 62 % de los participantes valoran su experiencia hospitalaria de forma positiva: para un 34 % fue "buena", para un 25 % "muy buena" y solo un 3 % la califica de "excelente". Esta valoración mejora entre los mayores de 65 años, quienes suelen tener un mayor contacto con el sistema sanitario.

    No obstante, existen sombras en este panorama. Nathalia Rizzo, directora de Marketing de Philips Ibérica, recalcó durante la presentación del estudio que "aunque la confianza es alta, aún hay muchos desafíos". Los principales: los largos tiempos de espera para recibir un diagnóstico y la falta de privacidad en los centros.

    Espacios más humanos con menos ruido y más empatía

    La necesidad de humanizar los espacios hospitalarios ha cobrado protagonismo. Paloma Dorao, jefa de Cuidados Intensivos Pediátricos en el Hospital La Paz de Madrid, explicó que en su unidad trabajan para minimizar los sonidos constantes y molestos, como los pitidos de las máquinas, especialmente en las UCIs.

    Miguel Ángel López, del Hospital Niño Jesús, ha impulsado la transformación de espacios pediátricos en entornos más acogedores. Habitaciones con decoración temática —como una selva— y salas de resonancia magnética con inteligencia artificial permiten reducir el tiempo de las pruebas y, con ello, el estrés de los pacientes infantiles. "El objetivo es que el niño no tenga que estar paralizado tanto tiempo", apuntó López.

    Estos cambios no son menores: el 94 % de los encuestados considera que los elementos interactivos pueden mejorar significativamente la experiencia pediátrica. Además, un 71 % cree que los recursos audiovisuales pueden ayudar a reducir la ansiedad en áreas de tratamiento, sobre todo entre los pacientes de 55 a 70 años.

    El papel activo del paciente: escuchar para mejorar

    Durante la mesa redonda que acompañó a la presentación del informe, diferentes expertos coincidieron en la importancia de tener en cuenta la voz del paciente.

    Manuel Arellano, vicepresidente segundo de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), fue aún más contundente: "Somos protagonistas de nuestra vida, nadie sabe más de nuestra enfermedad que nosotros". Además, alertó sobre el impacto emocional de la espera: "La incertidumbre por un diagnóstico nos roba calidad de vida".

    En este sentido, la media de diagnóstico en enfermedades raras —alrededor de cuatro años— es un ejemplo de cómo la eficiencia del sistema puede tener consecuencias directas en la salud física y emocional de los pacientes.

    Confianza según género y región: diferencias notables

    El estudio también revela que existen diferencias de percepción entre hombres y mujeres: ellas confían más en el sistema sanitario (7,66 puntos frente a los 7,02 de ellos), aunque también se muestran más críticas con los tiempos de espera.

    A nivel geográfico, los madrileños son los ciudadanos más satisfechos, mientras que los andaluces otorgan más peso al confort de las estancias y reclaman más espacios para acompañantes. En Cataluña, las experiencias inmersivas ganan terreno como herramientas para mejorar el bienestar del paciente.


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