El dispositivo portátil monitorea la salud cardíaca con gran precisión, incluso mientras la persona se mueve. Su diseño, basado en la estructura de las estrellas de mar, y el uso de inteligencia artificial lo convierten en una herramienta revolucionaria en medicina personalizada.
Su diseño, basado en la estructura de las estrellas de mar, y el uso de inteligencia artificial lo convierten en una herramienta revolucionaria en medicina personalizada, los investigadores diseñaron un parche con cinco brazos flexibles conectados a un centro de control.
Esta estructura permite que el dispositivo se adhiera cómodamente al pecho y mantenga un contacto constante, incluso durante actividades físicas como caminar o correr.
El parche recoge tres tipos de señales en simultáneo:
Electrocardiograma (ECG): registra la actividad eléctrica del corazón.
Sismocardiograma (SCG): detecta los movimientos mecánicos del órgano.
Girocardiograma (GCG): mide la rotación del corazón en cada latido.
Esta combinación ofrece una visión integral del estado cardíaco, incluso en movimiento, superando las limitaciones de los monitores tradicionales que requieren reposo para obtener resultados confiables.
Una de las grandes innovaciones del dispositivo es su capacidad de análisis en tiempo real. Gracias a modelos de aprendizaje automático, el parche no solo mide, sino que interpreta los datos para detectar señales de enfermedades como fibrilación auricular, infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca.
Todo esto con una precisión superior al 91 %, sin necesidad de que el paciente se traslade a un centro médico. Este avance tecnológico es un gran paso para la medicina personalizada.
Debido a que permite que cada paciente reciba un seguimiento ajustado a su estilo de vida, ofreciendo información valiosa sobre el comportamiento del corazón en diferentes contextos: durante el ejercicio, el estrés o el descanso.
Aunque el parche ha demostrado ser eficaz en pruebas de laboratorio y con pacientes en entornos controlados, aún debe superar más fases antes de ser comercializado. Sus creadores, liderados por investigadores de la Universidad de Missouri, esperan que esté disponible para uso general en los próximos años.
Además de su función cardíaca, los científicos creen que la misma tecnología podría adaptarse para monitorear otras condiciones de salud, simplemente cambiando los tipos de señales que recoge y analiza el dispositivo.
Por lo mismo, cardiólogos y especialistas en tecnología médica han elogiado el desarrollo, destacando su capacidad para funcionar con precisión durante el movimiento y su potencial para llevar diagnósticos a lugares con acceso limitado a la atención médica. También señalan su utilidad para deportistas, permitiendo monitorear el estado del corazón sin cables ni equipos voluminosos.
