Controlar la presión arterial podría reducir el riesgo de demencia, según estudio

Un estudio revela que una intervención intensiva para reducir la hipertensión disminuye en un 15 % el riesgo de demencia y en un 16 % el deterioro cognitivo.

Laura Guio

    Controlar la presión arterial podría reducir el riesgo de demencia, según estudio

    Reducir la hipertensión no solo protege el corazón: también podría preservar la mente según los Investigadores del Southwestern Medical Center, en Dallas (EE. UU.), quienes han demostrado que controlar la presión arterial disminuye significativamente el riesgo de desarrollar demencia, de acuerdo con un ensayo clínico de fase 3 publicado en Nature Medicine.

    El estudio incluyó a 33 995 pacientes con hipertensión en áreas rurales de China y muestra que una intervención médica estructurada, incluyendo medicación y cambios en el estilo de vida, puede marcar una diferencia sustancial en la salud cognitiva a largo plazo.

    Médicos comunitarios y cambios de vida

    El equipo liderado por el epidemiólogo Jiang He logró llevar atención sanitaria a más de 160 comunidades rurales con la ayuda de "médicos de aldea", personas sin formación médica formal que fueron capacitadas para medir y controlar la presión arterial en pacientes mayores de 40 años.

    El grupo de intervención, compuesto por más de 17 000 personas, recibió fármacos antihipertensivos, orientación sobre el control de la presión en casa y recomendaciones sobre alimentación, reducción del sodio, pérdida de peso y consumo moderado de alcohol. El grupo de control, en cambio, solo fue evaluado en centros sanitarios.

    Tras cuatro años, los resultados fueron claros: los pacientes que siguieron la intervención lograron mantener su presión arterial por debajo de 130/80 mm Hg y redujeron un 15 % el riesgo de demencia y un 16 % el deterioro cognitivo.

    La hipertensión como riesgo oculto

    Aunque la relación directa entre demencia e hipertensión aún se investiga, el estudio refuerza la idea de que una presión arterial elevada puede agravar otros factores de riesgo como el tabaquismo o la diabetes.

    "La hipertensión prolongada puede provocar alteraciones vasculares que disminuyen el riego sanguíneo al cerebro, comprometiendo la conexión entre neuronas", explica Ricardo Martínez Murillo, investigador del Instituto Cajal-CSIC. "Esto, con el tiempo, puede desembocar en deterioro cognitivo e incluso demencia".

    Un problema creciente para el futuro

    Se estima que los casos de demencia en el mundo podrían triplicarse para 2050, pasando de 57 millones a más de 150 millones, especialmente en países de ingresos bajos y medios. Prevenir la hipertensión se presenta así como una estrategia clave para frenar esta tendencia.

    "Será esencial observar si estos efectos se mantienen más allá del periodo de seguimiento de cuatro años y si se replican en otras poblaciones", señala James Leiper, director de Investigación de la Fundación Británica del Corazón.




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