Experto explica por qué el bienestar físico del cirujano impacta directamente en la seguridad de la paciente, y efectividad de procedimientos de laparoscopia.
La cirugía laparoscópica permite realizar procedimientos quirúrgicos a través de pequeñas incisiones, lo que reduce el sangrado, el dolor postoperatorio y el tiempo de recuperación, de hecho de la buena ejecución de la técnica del médico depende la salud y el pronóstico de la paciente.
En el marco del Congreso Bienal de Obstetricia y Ginecología la revista Medicina y Salud Pública conversó con el Dr. Henry Rodríguez, ginecólogo, especialista en cirugía endoscópica, ginecológica, y cirugía robótica, coordinador del programa de ginecología y obstetricia de la Fundación Universitaria de la Salud, y miembro de Endomed abordó la importancia de la ergonomía del cirujano al realizar procesos de cirugía laparoscópica.
"La cirugía laparoscópica es la cirugía que podemos realizar mediante la incisión de unas heridas muy pequeñitas y mediante el uso de un gas que se coloca en el abdomen para poder separar los órganos internamente", explicó.
Según el especialista, este método permite tratar patologías como quistes de ovario, miomas e incluso endometriosis profunda, con mejores resultados y menor agresión quirúrgica.
Aunque el enfoque laparoscópico se centra en mejorar la recuperación de las pacientes, poco se habla de los impactos físicos en quienes la realizan.
A diferencia de la cirugía abierta, que permite mayor movilidad del cirujano, la laparoscopia impone posiciones prolongadas, visualización indirecta del campo operatorio (a través de monitores), y movimientos repetitivos con instrumentos rígidos.
"Los que nos dedicamos a la cirugía laparoscópica solemos tener lesiones, al igual que los deportistas. Podemos sufrir contracturas musculares, sobre todo en el cuello, la espalda baja y los codos", afirmó el Dr. Rodríguez.
Estas tensiones acumuladas derivan en dolencias crónicas que afectan no solo la calidad de vida del profesional, sino también la duración y la precisión de los procedimientos.
"Al tener dolor, puede que nuestras cirugías sean más largas, que nuestra misma salud se vea comprometida, y eso impacta directamente en el tiempo quirúrgico y en la seguridad de la cirugía", advirtió.
Errores frecuentes y cómo prevenirlos
De acuerdo con el especialista, muchos errores en ergonomía ocurren desde antes de que comience la intervención: la altura inadecuada de la camilla, una mala colocación del paciente, o una incorrecta ubicación de los monitores.
"Siempre preferimos que los brazos del paciente estén pegados al cuerpo", aclaró. Y subrayó: "La torre de laparoscopia tiene que estar completamente de frente al cirujano. Idealmente debe haber dos monitores: uno para el cirujano y otro para el asistente".
También recalcó la importancia de trabajar a una altura adecuada. "Cuando tenemos camillas que no bajan lo suficiente, eso puede hacer que tengamos tensión de los músculos de los hombros o del codo, y eso generar lesiones", explicó.
¿Cómo es la postura ergonómica recomendada para el cirujano?
El cirujano debe procurar mantenerse erguido, con los hombros relajados y los codos en ángulo recto. "La idea es que la postura sea lo más relajada posible... los hombros a una altura normal, como si estuviéramos caminando, y los codos en una angulación de 90°", detalló.
También sugirió el uso de steps o escalones quirúrgicos como herramienta para disminuir la fatiga: "Cuando las cirugías son muy prolongadas y sentimos mucha tensión sobre la cadera, podemos colocar un escalón y relajar la pierna".
Mantener la cadera alineada con el plano del paciente es otra recomendación fundamental. Inclinaciones continuas o desbalances en el apoyo del peso corporal pueden generar sobrecargas musculares con consecuencias acumulativas.
Esto es fundamental ya que "hay procedimientos que duran sólo media hora, como una esterilización, y otros que pueden extenderse hasta 6 u 8 horas, como en el caso de la endometriosis profunda", señaló el Dr. Henry.
Para el Dr. Rodríguez, la ergonomía no solo mejora la salud del cirujano: también protege al paciente. "Cuando no tenemos una adecuada ergonomía, es posible que haya más temblores en las pinzas", dijo.
Estos movimientos involuntarios, causados por la fatiga muscular, pueden interferir con la manipulación de estructuras delicadas y aumentar el riesgo de errores.
"Si no tenemos una presurización muy fina con los instrumentos, pudiésemos llegar a causar algún tipo de lesión en la paciente", puntualizó.
La preparación física del cirujano se convierte, entonces, en un elemento clave. Rodríguez promueve una rutina de ejercicios de fortalecimiento, especialmente dirigida al cuello, la espalda y los miembros superiores. "Esto nos permite adoptar posturas ergonómicas, o sea, estar completamente rectos", explicó.
Además de una buena condición física, recomendó ajustar cuidadosamente la posición del monitor para no forzar el cuello y realizar pausas activas cuando la duración del procedimiento lo permita.
Frente a este panorama, Rodríguez considera que la ergonomía debe tener un lugar fijo en los programas de formación quirúrgica.
"No cabe duda que debe ser una cátedra dentro de las escuelas de medicina", afirmó. "También la cultura de prevención de lesiones mediante realizar pausas activas, que se pueden hacer incluso durante la cirugía". Concluyó el experto.