Experta alerta sobre el crecimiento sostenido de casos de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa en todas las franjas etarias de la Isla, atribuido a factores genéticos, cambios en el microbioma y hábitos alimentarios.
En el Conquistador Resort de Puerto Rico, la Asociación Puertorriqueña de Gastroenterología celebró el evento 1st Guide to The Guidelines - GI Guidelines Review, para mirar el manejo de enfermedades digestivas, integrando actividades sociales con un riguroso programa académico.
En una conversación exclusiva con la Dra. Esther Torres, gastroenteróloga, y directora de la Fundación Esther A. Torres Pro Enf. Inflamatorias del Intestino, explica aquellos factores que han incidido en el aumento de las enfermedades inflamatorias del intestino y algunos avances terapéuticos y el apoyo de la inteligencia artificial.
La Dra. Torres señaló que "en los últimos años ha ido a un aumento considerable en la población en Puerto Rico" de pacientes diagnosticados con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, las dos principales formas de enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Lo alarmante para los especialistas es la aparición de casos en grupos etarios que antes eran infrecuentes:
Infantes y niños pequeños: "Antes no lo veíamos nunca; ahora vemos a un niño pequeño, incluyendo infantes" con signos iniciales de inflamación intestinal.
Personas mayores: Aunque tradicionalmente estas patologías afectan a jóvenes entre 15 y 35 años, "vemos que esto se está extendiendo a todo el espectro de edades, incluyendo desde los más chiquitos hasta los más viejos".
Este fenómeno, según la experta, revela un cambio epidemiológico que obliga a la comunidad médica a adaptar protocolos de detección temprana y educación a las familias.
La Dra. Torres explicó que la EII no obedece a un único agente causal: "no tienen una causa clara que se pueda establecer y decir ´esto causa colitis ulcerosa´". En su lugar, intervienen diversos elementos:
Predisposición genética: "Son unas condiciones multifactoriales donde hay un factor genético que es una predisposición".
Disfunción inmunológica: Un sistema inmune que "no tiene una respuesta apropiada, por ejemplo, a las bacterias que están en el intestino".
Microbioma alterado: La composición de los microorganismos intestinales se ve afectada por el uso indiscriminado de antibióticos, "sobre todo antibióticos en la niñez... ya sabemos que esto es uno de los factores que aumentan el riesgo de esta condición".
Estos hallazgos subrayan la importancia de políticas más estrictas en la prescripción de antibióticos y de programas de prevención que promuevan un microbioma saludable desde la infancia.
Vea programa completo aquí:
Cambio en la dieta y la influencia de la industrialización
Más allá de los factores biológicos, el estilo de vida y la alimentación juegan un papel central. La Dra. Torres destacó que "pasamos por la boca la comida" y que en las últimas décadas ha habido una transición hacia productos ultraprocesados:
"Una alimentación que es mucho menos saludable, mucho menos nutritiva... con muchos otros factores que no son beneficiosos... casi toda nuestra alimentación ahora se basa en eso".
El abuso de conservantes y aditivos, unido al ritmo de vida acelerado —trabajo, estudio, actividades— está modificando la flora intestinal y elevando la incidencia de EII.
Si bien el fenómeno es mundial, la especialista señala que coincide con los índices de industrialización de cada región:
"Probablemente en todos los países sigan más o menos la misma ruta... van apareciendo a la vez que los países se van desarrollando".
Incluso en África, donde el desarrollo industrial ha sido más tardío, comienzan a registrarse casos de EII. Este patrón refuerza la hipótesis de que los factores ambientales vinculados al progreso (dietas industrializadas, urbanización, cambios en hábitos de vida) son determinantes.
En las últimas dos décadas, el arsenal médico para tratar la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa ha crecido significativamente. Según la Dra. Torres:
"Se han introducido una serie de medicamentos de avanzada... que han hecho un cambio enorme en el manejo de estas enfermedades, donde se ha logrado el control de síntomas y de enfermedad inflamatoria activa en un porciento considerable de pacientes".
Estos tratamientos biológicos y moléculas pequeñas específicas han permitido ofrecer un "menú" de opciones:
Terapias de primera línea: Fármacos biológicos anti-TNF, moduladores de integrinas.
Alternativas tras fallo terapéutico: Nuevas familias de anticuerpos y moléculas dirigidas que actúan sobre rutas inflamatorias diferentes.
El resultado es una mejora de la calidad de vida y de la productividad de los pacientes, evitando complicaciones a largo plazo.
La directora de la fundación también resaltó el potencial de la inteligencia artificial (IA) para optimizar el diagnóstico y el monitoreo de la EII:
"En estas enfermedades en específico hay varias áreas donde la inteligencia artificial se está desarrollando rápidamente buscando mejorar el diagnóstico... la computadora ve más que el ojo".
Entre las aplicaciones emergentes:
Lectura de imágenes: Análisis automatizado de colonoscopías, resonancias y biopsias con detección de patrones sutiles.
Modelos predictivos: Correlación de marcadores biológicos en sangre con pronóstico de la enfermedad a largo plazo, permitiendo estratificar riesgos y personalizar tratamientos.
Aunque estas herramientas aún están en fase de validación, prometen acelerar los tiempos de diagnóstico y mejorar la precisión.
Pese al avance tecnológico, la Dra. Torres subraya que la esencia de la práctica médica no cambia:
"La relación médico-paciente no se puede sustituir por nada... las herramientas son para ayudarnos a hacer mejor medicina". Concluyó la experta.