Las manifestaciones dermatológicas incluyen desde alopecia hasta lesiones cutáneas, y son producto de la acción de agentes tóxicos que, si bien atacan las células cancerosas, también dañan células sanas.
En el marco de los avances médicos más significativos de las últimas décadas, el manejo del cáncer de seno ha experimentado una transformación radical que va mucho más allá de lo puramente oncológico.
La Dra. Norma Alonso, dermatóloga con una trayectoria de 28 años que incluye práctica privada en el Hospital Auxilio Mutuo y actualmente en Guaynabo, habla en exclusiva con la Revista MSP sobre esta evolución y como los dermatólogos pueden ayudar en la calidad de vida de las pacientes.
Como experta en dermatología, la Dra. Alonso explica que su labor va más allá del cuidado luego de las operaciones. Por un lado, está el cuidado postoperatorio inmediato, pero también existen complicaciones cutáneas derivadas de las terapias sistémicas.
"Nosotros tratamos el cuidado de las cicatrices después de este tipo de cirugía", explica la especialista, para luego añadir: "Pero también tratamos condiciones que ocurren secundarias a las terapias de quimioterapia, radioterapia y biológicos".
Estos efectos secundarios, lejos de ser meramente cosméticos, son verdaderos retos clínicos: "La quimioterapia es un tóxico. Y ese tóxico va a entrar a detener la división celular de las células que son cancerosas. Pero también la división celular de las células que están saludables".
Esto, por ejemplo, explica manifestaciones como la alopecia: " Por eso es que el pelo se cae", y los problemas gastrointestinales: "Lo mismo pasa con las células que están en lo gastrointestinal, que por eso es que nos da diarrea y vómitos, es importante entender que estos efectos secundarios también se evidencias en la piel, el pelo, y las uñas".
Ahora bien, si hablamos sobre el manejo de las cicatrices, la dermatóloga menciona un protocolo que combina diferentes tecnologías: "Siempre se le provee un cuidado después del procedimiento que puede incluir inyecciones con esteroides, el uso de láser y el uso de unos plásticos especiales de silicón que pueden ayudar a reducir las cicatrices".
Sin embargo, hace una importante salvedad sobre los resultados: "Depende de cómo el paciente sane. O sea, no necesariamente un paciente va a tener unas cicatrices mayores que otras".
Asimismo afirma que "hemos progresado en todo lo que tenga que ver con la cirugía de cáncer de seno, en el tratamiento de quimioterapia y en avances en el tratamiento de inmunomoduladores", con esto, deja saber a la audiencia que existe más esperanza y soluciones con menos secuelas para las mujeres.
Quizás uno de los aspectos más conmovedores de la entrevista surge al analizar el impacto psicológico del cáncer de seno. La dermatóloga mencionó: "El diagnóstico de cáncer es algo tan impactante y no solamente psicológicamente sino en la calidad de tu vida. Hay muchos factores que están envueltos y entre ellos el autoestima".
Esta comprensión nuevamente nos transporta a la importancia del apoyo multidisciplinario: "Uno tiene que tener un grupo de apoyo excelente que te pueda dar la mano para seguir en este camino".
Desde su rol como dermatóloga, asume este compromiso con convicción: "Y si yo puedo darle la mano a estos pacientes y apoyarlos para mejorar su calidad de vida, ese es mi propósito", concluyó.