El miedo y el rol social de cuidadoras son barreras que impiden el autocuidado, llevando a que muchas mujeres posterguen exámenes preventivos por ansiedad, negación o por priorizar a otros antes que a sí mismas.
En América Latina, donde las mujeres adquieren múltiples roles y responsabilidades, el autocuidado se ha convertido en un acto revolucionario, pero desafortunadamente no todas lo realizan.
Más allá de ser una práctica individual, es un compromiso con la salud colectiva, especialmente en el contexto actual de enfermedades que en gran parte se pueden prevenir con buen estilo de vida.
El autocuidado incluye dimensiones físicas, emocionales y sociales: desde una alimentación balanceada y chequeos médicos regulares hasta la gestión del estrés y la priorización del bienestar mental.
Por lo mismo, en el marco del foro "Eres Mujer, Poder, Prevención y Vida", en Bogotá, Colombia, se evidenció una realidad alarmante: según datos de la Organización Panamericana de la Salud, el cáncer de mama y cuello uterino representan el 25% de todos los cánceres en mujeres latinoamericanas.
Frente a esta situación, la Dra. Marcela Carvajal, ponente del evento y psicóloga, afirmó: "El autocuidado es sobre todo prevención. ¿Qué necesito? Comer bien, ejercitarme, evitar el estrés y realizarme chequeos cada cierto tiempo".
Profundizando en las barreras psicológicas que dificultan la prevención, la Dra. Carvajal analizó un fenómeno recurrente: "El miedo. A veces el miedo nos impulsa a hacer cosas y nos cuida, pero también a veces el miedo nos trae un mecanismo de defensa que se llama la negación. Esto hace que evitemos algo que nos crea ansiedad o angustia".
Este análisis adquiere mayor relevancia al considerar que, un gran porcentaje de los diagnósticos de cáncer femenino se realizan en etapas avanzadas, precisamente por esta tendencia a postergar los exámenes preventivos, bien sea por falta de acceso, por miedo al diagnóstico o por saltar chequeos médicos que deben realizarse anualmente.
La especialista señala que, en estos casos, "lo importante es entenderlo y sobrepasarlo. El miedo que nos paraliza o evita pasar a la acción, hay que trabajarlo", recomendando así la intervención psicoeducativa temprana.
Ahora bien, cuando hablamos de la dinámica social, se evidencia un descuido femenino por el afán de ser madre, de ser profesional, amiga, esposa, cuidadora e incluso el sostén emocional de su entorno. Sin embargo, mientras las mujeres se esfuerzan por cuidar de los demás, descuidan su propio bienestar.
Frente a esta situación, la psicóloga opina: "Yo creo que a veces pensamos que ser mamás o ser buenas esposas o ser buenas mujeres es sacrificarnos... pero si eso implica acabar con nuestra salud, no le estamos haciendo bien al otro".
Esta observación coincide con hallazgos de la OMS que vinculan el autocuidado insuficiente con mayores tasas de enfermedades crónicas en mujeres cuidadoras.
Cerrando su conversación con la Revista MSP, la Dra. Carvajal exhortó a convertir estos conceptos en acciones concretas: "Hay gente que dice que la salud mental es secundaria, pero no es así. Es fundamental porque de ahí parte el motor para hacer todo. Si no hay salud mental, si no hay claridad, no va a haber salud física".
Su recomendación es empezar por la salud mental y llevar buenos hábitos de vida para prevenir complicaciones de salud a futuro. Hablando específicamente de las mujeres, la experta afirma que es necesario "al menos un chequeo anual. Es muy importante y en el momento en que una mujer comienza a tener la regla o comienza a tener actividad sexual, debe empezar con sus chequeos".