Detección temprana de esquizofrenia permite frenar la progresión y preservar la funcionalidad

La terapia ocupacional y recreativa son clave para recuperar habilidades motoras y sociales, y favorecer la reintegración de las personas con esquizofrenia en la comunidad.

Mariana Mestizo Hernández

    Detección temprana de esquizofrenia permite frenar la progresión y preservar la funcionalidad

    Un diagnóstico precoz de la esquizofrenia es vital, al identificar los síntomas iniciales se puede iniciar pronto el tratamiento y la rehabilitación, frenando la progresión de la enfermedad y preservando la vida cotidiana de quienes la padecen.

    "La esquizofrenia suele manifestarse por primera vez entre los 18 y los 30 años, por lo que la detección temprana es clave para mejorar el pronóstico", menciona Dayana Velázquez, directora de servicios clínicos del Hospital San Juan Capestrano.

    Detección de factores de riesgo y derivación

    Asimismo, la especialista, resaltó que cuanto antes se identifiquen los factores de riesgo que alertan sobre un posible desarrollo de esquizofrenia, más pronto podrán derivarse al paciente a los servicios adecuados, desde orientación y acompañamiento hasta la recomendación de un tratamiento médico, para asegurar un seguimiento temprano.

    Educación sobre el trastorno

    Por otra parte, señaló que cuando una persona empieza a mostrar indicios de este trastorno, o ya cuenta con un diagnóstico previo, el primer paso en el abordaje clínico, ya sea por parte del trabajador social, el consejero psicológico o el equipo de manejo de casos en los hospitales de Puerto Rico, es la educación sobre el diagnóstico y sus síntomas. 

    "Conocer en profundidad qué implica el trastorno y cuáles son las manifestaciones delirantes permite al paciente y a su familia reconocer señales de alerta, adherirse al plan terapéutico y saber a dónde acudir en caso de crisis", explicó.

    Impacto en las funciones cognitivas y conductuales

    Velázquez destacó que la esquizofrenia impacta especialmente dos áreas fundamentales: la cognitiva y la conductual. Cuando la función cognitiva se ve afectada, surgen delirios y pensamientos paranoides que alteran la forma de relacionarse con el entorno y deterioran las habilidades necesarias para la vida diaria.

    Terapia cognitiva para el manejo de delirios

    Por ejemplo, un paciente puede llegar a creer que su cuidador ha envenenado su ropa, lo cual le impide realizar actividades básicas como la higiene personal, la alimentación o las labores del hogar. 

    Por ello, explicó que, mediante la terapia cognitiva, "se trabaja en identificar aquellos pensamientos que no se corresponden con la realidad y en desarrollar estrategias que permitan mantener las habilidades de autocuidado y funcionamiento social", de modo que ni la rutina doméstica ni la capacidad laboral se vean comprometidas.

    La terapia ocupacional interviene en las habilidades motoras gruesas y finas, como fregar, agarrar una taza o escribir, que pueden verse mermadas por la sedación de algunos antipsicóticos. Según Velázquez, "a través de la pintura se reentrenan destrezas básicas y se recupera la autonomía del paciente".

    Reintegración social mediante terapia recreativa

    La terapia recreativa, por su parte, contribuye a la reintegración social. Mediante dinámicas grupales se fortalecen competencias comunicativas, la toma de decisiones y el trabajo en equipo, lo que favorece que la persona con esquizofrenia permanezca activa y centrada en su entorno comunitario.

    La experta subrayó que, dentro de los límites que establece la ley de salud mental en Puerto Rico (una normativa robusta que brinda herramientas para el manejo de pacientes psiquiátricos), los familiares deben mantener un contacto y comunicación constantes con los proveedores de salud mental primaria. 

    "Cuanta más información reciba el familiar sobre el proceso y las posibles etapas de la enfermedad, mejores decisiones podrá tomar en situaciones de emergencia y ante una crisis", concluye.



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