Parálisis facial, visión borrosa y dificultad para hablar: ¿Cómo reconocer un accidente cerebrovascular?

Reconocer los síntomas a tiempo, usando la mnemotecnia CORRE, puede marcar la diferencia durante la ventana terapéutica de 4,5 horas que salva vidas y evita secuelas permanentes.

Laura Guio

    Parálisis facial, visión borrosa y dificultad para hablar: ¿Cómo reconocer un accidente cerebrovascular?

    El ataque cerebrovascular o el accidente cerebrovascular (ACV) también es conocido comúnmente como la trombosis, y es cuando una arteria del cerebro se tapa por un trombo o también cuando hay una hemorragia.

    En una entrevista exclusiva de la Revista Medicina y Salud Pública con la Dra. Paula Cavanzo, neuróloga, explica cómo reconocer los síntomas, cómo actuar ante un ACV y formas de prevenirlo.

    Según la experta, el ACV "puede generar una lesión a nivel del parénquima o del tejido cerebral que puede generar de forma permanente algunos síntomas que pueden llegar a ser discapacitantes el resto de la vida." Advierte la Dra. Cavanzo.

    Tipos de accidentes cerebrovasculares

    Un accidente cerebrovascular puede ser isquémico o hemorrágico. El isquémico ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre al cerebro, impidiendo que llegue oxígeno y nutrientes, lo que provoca la muerte de neuronas en minutos. 

    El hemorrágico sucede cuando un vaso sanguíneo se rompe y causa sangrado, aumentando la presión en el cerebro y dañando las neuronas.

    ¿Cómo reconocer los síntomas de un ACV?

    Las causas que pueden llegar a provocar un ataque cerebrovascular, las principales son las arritmias cardíacas, la hipertensión arterial mal controlada, la obesidad combinada con alguna de estas, y la diabetes mellitus. Estas son las principales causas de un accidente cerebrovascular.

    Según la Dra. Cavanzo, lo primero es reconocer los síntomas, y una vez identificados debemos correr al servicio de emergencias, hay una palabra fundamental para recordar estos síntomas: CORRE

    Cara torcida: Asimetría al sonreír, parálisis facial, o caída de un lado de la boca.

    Ojos:  Pérdida súbita de la visión o visión borrosa, "implica alteraciones de la visión agudas, que de un momento a otro yo dejé de ver".

    Rápida debilidad: Es decir, que pierda rápidamente la fuerza de una extremidad, "del brazo o la pierna, o también la sensibilidad, que deje de sentirse bien o que se sienta adormecido".

    Raro al hablar: Que de un momento a otro empiezo a hablar enredado o no se me entienda".

    Emergencias: Definitivamente, es para consultar a emergencias si hay alguno de estos síntomas o si tenemos una alteración aguda o súbita del equilibrio".

    Vea programa completo aquí:

    Factores de riesgo y estrategias de prevención

    Entre los principales desencadenantes figuran la hipertensión arterial mal controlada, la fibrilación auricular, la diabetes mellitus y la obesidad combinada con sedentarismo. La Guía 2024 para la Prevención Primaria de un ACV de la American Heart Association recomienda:

    • Control estricto de la presión arterial (< 130/80 mm Hg).

    • Tamizaje y anticoagulación en fibrilación auricular.

    • Adopción de la dieta mediterránea (rica en frutas, verduras, cereales integrales y aceite de oliva).

    • Al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada.

    • Cesación del tabaquismo y manejo del estrés psicosocial.

    Importancia de acudir a tiempo a servicios de emergencias

    Según la Organización Mundial de la Salud, el ACV representa más del 10 % de todas las muertes anuales y genera costos superiores a 721 000 millones de dólares, cerca del 0,7 % del PIB global

    Por lo mismo, la especialista explica que "cuando ocurren estos síntomas, tenemos una ventana de tiempo que es de 4.5 horas. ¿Para qué? Para que los neurólogos podamos actuar. Muchas veces necesitamos un equipo como neurocirugía o radiología intervencionista para poder romper ese coágulo o ese trombo que está ahí obstruyendo y generando el problema, o tratar las hemorragias si fuera el caso."

     Definitivamente, es un tiempo que puede salvar la vida y además evitar que una persona quede con una discapacidad motora o sensitiva el resto de la vida.

    ¿Cuáles son las consecuencias de no actuar a tiempo?

    Las secuelas de no actuar a tiempo, en primer lugar puede ser la muerte, y en segundo lugar el paciente puede quedar con una discapacidad definitiva. 

    Algunos ejemplos que mencionó la Dra. Paula fueron: "Que yo pueda quedar con una mitad del cuerpo paralizado o sin poderlo sentir el resto de la vida, que pueda quedar con dificultades para hablar, hablar enredado o incluso sin habla por el resto de la vida, y esto genera una discapacidad permanente en el paciente tanto a nivel motor como cognitivo también." Concluye la experta.


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