La esclerosis múltiple puede afectar el nervio óptico, cerebro o la columna espinal; dependiendo de donde se halle la lesión cada paciente puede presentar distintos síntomas.
La esclerosis múltiple es un padecimiento que ataca al sistema nervioso afectando al cerebro y la médula espinal, lesionando la capa aislante de la mielina, que es el material que rodea y protege las células nerviosas. La lesión procede a hacer más lentos o bloquea los mensajes entre el cerebro y el cuerpo, provocando síntomas como desestabilidad al caminar hasta la pérdida del habla a los pacientes que sufren esta condición.
Al respecto, la Dra. Rhaisa Castrodad Molina, neuróloga especialista en esclerosis múltiple, explicó en exclusiva para la Revista Medicina y Salud pública, explicó que se trata de una condición autoinmune, crónica y neurodegenerativa para la que, lamentablemente, hasta el momento, no existe cura.
"La condición es básicamente el sistema inmune atacando una estructura en la neurona mielina afectando la conducción nerviosa y, dependiendo donde esté ubicada la lesión, el paciente va a presentar los distintos síntomas", afirmó la Dra. Castrodad.
La esclerosis múltiple no solo afecta el sistema nervioso periferal, sino el nervio óptico, cerebro y columna espinal. Dependiendo del lugar donde se presenten las lesiones, el paciente puede manifestar los siguientes efectos:
En el nervio óptico: Se produce una neuritis óptica que es una pérdida dolorosa de la visión.
En el lóbulo parietal: Se puede presentar una debilidad en la cara o el cuerpo, pérdida de sensación.
En el lóbulo frontal: Se pueden afectar las piernas y el control de la vejiga
En la columna espinal: El colón, la vejiga, los esfínteres.
En el cerebelo: Afecta la coordinación, el balance y el habla.
Síntomas de la esclerosis múltiple
"Le dicen la enfermedad de las mil caras porque cada paciente la presenta de una forma distinta" expresó la especialista.
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Agregando a lo anterior, los síntomas pueden consistir desde pérdida de visión, problemas en el habla, vértigo, desestabilidad al caminar, pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, problemas para evacuar u orinar, sensaciones como entumecimiento, picazón o pinchazos y problemas con el pensamiento y la memoria.
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"Lo más fuerte es que afecta la a la población adulta joven productiva que están normales y de momento se les quita la habilidad de ser funcionales, por ello, es importante hacer conciencia de la enfermedad y poder diagnosticarla lo antes posible", expresó la Dra. Castrodad.
Ahora bien, hay distintos tipos de esclerosis múltiple, como:
Esclerosis múltiple remitente- recurrente: El paciente presenta recaídas de esclerosis múltiple y periodos de estabilidad entre las recaídas. Las recaídas suelen ser episodios de nuevos síntomas o empeoramiento de los mismos, es decir, un curso estable se acentúa por episodios de síntomas nuevos o empeoramiento de estos mismos.
Esclerosis múltiple secundaria progresiva: Este tipo, viene después de la esclerosis múltiple remitente recurrente, la discapacidad aumenta gradualmente con el tiempo, con o sin evidencia de actividad de la enfermedad, no obstante, en esta etapa también pueden ocurrir recaídas ocasionales, así como períodos de estabilidad.
Esclerosis múltiple primaria progresiva: En esta etapa o tipo de esclerosis múltiple, hace que el cerebro y la función nerviosa se agraven sin períodos notables de remisión y recaída, empeorando la función neurológica (acumulación de discapacidad).
"Lo ideal es diagnosticar la enfermedad en etapas tempranas, para que el tratamiento logre controlarla y evitar el progreso del padecimiento", agregó la médico.
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Según el portal Mayo Clinic, existen múltiples factores de riesgo de la esclerosis múltiple:
Edad: La enfermedad puede presentarse a cualquier edad, pero su aparición suele ocurrir entre los 20 y 40 años.
Sexo: Las mujeres tienen de 2 a 3 veces más probabilidades que los hombres de presentar esclerosis múltiple recurrente-remitente.
Antecedentes familiares: La enfermedad también puede ser un factor hereditario.
Determinadas infecciones: Diversos virus se asocian a la esclerosis múltiple, entre ellos, el de Epstein-Barr, el cual provoca la mononucleosis infecciosa.
Vitamina D: La insuficiencia de vitamina D y una baja exposición a la luz solar se relaciona con un mayor riesgo de esclerosis múltiple.
Obesidad: Se encontró una relación entre la obesidad y la esclerosis múltiple en mujeres.
Determinadas enfermedades autoinmunitarias: El tener otros trastornos autoinmunitarios pueden aumentar los riesgos de la esclerosis múltiple, como enfermedad tiroidea, anemia perniciosa, psoriasis, diabetes tipo 1 o enfermedad inflamatoria intestinal.
Fumar: Los fumadores que presentan un síntoma inicial que podría indicar esclerosis múltiple tienen más probabilidades que los no fumadores de presentar un segundo evento que confirme la esclerosis múltiple recurrente-remitente.
Sin embargo, la especialista resalta que la dieta y ejercicio, son vitales para los pacientes de esclerosis múltiple, fortaleciendo habilidades que por la enfermedad pueden perder.
