Enfermedad inflamatoria intestinal y riesgo cardiovascular

Se asocia de forma independiente con un mayor riesgo de eventos de enfermedad cardiovascular aterosclerótica

Katherine Ardila

    Enfermedad inflamatoria intestinal y riesgo cardiovascular

    Un estudio realizado por la Unidad de Investigación de Gastroenterología de la Universidad de Puerto Rico, basado en datos del Departamento de Salud correspondientes al año 2013, reveló una prevalencia de 181.54 casos de enfermedades inflamatorias del intestino (EII) por cada 100,000 habitantes. 

    Este hallazgo refleja un notable aumento en comparación con 2005, con una prevalencia más de cuatro veces superior. Dentro de las EII, la colitis ulcerosa se identificó como ligeramente más común que la enfermedad de Crohn.

    El análisis también pudo resaltar un crecimiento en el número de casos de Crohn, junto con un aumento significativo de las EII tanto en niños como en adultos. 

    Este estudio, que ha estado en curso desde 1995, ha recopilado datos de aproximadamente 1,365 pacientes, proporcionando una visión integral de la distribución y características de estas condiciones en Puerto Rico.

    Entre los pacientes analizados, el 48% son mujeres y el 52% hombres. Asimismo, el 62% de los casos corresponden a la enfermedad de Crohn, mientras que el 38% están relacionados con colitis ulcerosa. 

    En cuanto a las intervenciones quirúrgicas, se observó que los antecedentes de cirugía son significativamente más comunes en pacientes con Crohn (55%) en comparación con aquellos que padecen colitis ulcerosa (22%).

    Estos hallazgos dejan ver la importancia de continuar con el monitoreo y la investigación de las EII, con el fin de mejorar las estrategias de diagnóstico y  sobre todo, en el tratamiento. 

    Simposio viviendo con crohn y colitis ulcerosa 

    Teniendo en cuenta la data anterior, y en el contexto del simposio organizado por la Fundación Esther A. Torres, el Dr. Marcel Mesa, importante cardiólogo con amplia trayectoria en la atención a pacientes con enfermedades crónicas, habló sobre la relación frecuentemente subestimada entre las enfermedades inflamatorias del intestino (EII) y el riesgo cardiovascular. 

    El Dr. Mesa mencionó que, en efecto, hay una conexión crítica existente entre la inflamación crónica provocada por la EII y los eventos cardiovasculares adversos. 

    Según sus declaraciones, los pacientes que padecen estas condiciones presentan un riesgo elevado de sufrir infartos, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones cardiovasculares derivadas de la inflamación persistente. 

    "Dado que esta es una condición de naturaleza crónicamente inflamatoria, se confiere un riesgo mayor de eventos cardiovasculares como infartos, derrames e incluso mortalidad cardiovascular entre estos pacientes", explicó el especialista.

    Estrategias para evitar consecuencias cardiovasculares 

    A pesar de que la EII es una enfermedad subyacente que no puede ser modificada, el Dr. Mesa mencionó que existen estrategias preventivas que pueden ser implementadas para mitigar los factores de riesgo cardiovascular tradicionales. 

    Así pues, recomendó adoptar un estilo de vida saludable. Entre los consejos que ofreció, se incluyeron la práctica regular de ejercicio, la adopción de una dieta equilibrada y la vigilancia de condiciones secundarias, tales como hipertensión, diabetes y dislipidemia. 

    Esto último, ya que "en lo que acumulamos la data para saber exactamente qué paciente en particular con enfermedad inflamatoria intestinal, merece una intervención específica cardiovascular, lo que queremos es no seguir acumulando factores". 

    "Es imperativo continuar promoviendo hábitos saludables, como una reducción de peso adecuada y realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado cada semana", afirmó.

    Inflamación sistémica y enfermedades cardiovasculares  

    Uno de los puntos más importantes de la salud pública que abordó el doctor, fue la influencia de la inflamación sistémica relacionada con la EII en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, centrándose en el proceso de aterosclerosis. 

    Para esto, describió cómo la inflamación crónica de las arterias se ve agravada en pacientes con EII, siendo el intestino una fuente de inflamación que contribuye a la vulnerabilidad vascular. 

    "Las arterias, al estar expuestas al torrente sanguíneo, experimentan cambios en las células endoteliales, tornándose más permeables. Esto permite la entrada de colesterol, iniciando así un proceso inflamatorio local", explicó. 

    Además, detalló cómo la inflamación sistémica actúa como un potenciador de este proceso: "La inflamación crónica, en términos simples, actúa como un acelerador. El paciente se encuentra en un estado de inflamación constante que exacerba la repercusión en su salud cardiovascular". 

    Efectos secundarios del tratamiento para EII en la salud cardiovascular 

    El Dr. Mesa también explicó que si bien existen terapias prometedoras como los medicamentos biológicos, otros tratamientos comunes, como los esteroides y los inhibidores de la molécula de JAK, pueden tener consecuencias negativas en el sistema cardiovascular. 

    En sus palabras, "hay varios... medicamentos como el nivel de la molécula de JAK, los esteroides, que tienen un efecto directo, efecto secundario en la salud cardiovascular. Pueden subir la presión, pueden aumentar los niveles de infarto, pueden aumentar los niveles de derrame...", advirtió.

    Los esteroides, en particular, son ampliamente utilizados para controlar la inflamación asociada con las EII. 

    Sin embargo, su uso prolongado puede derivar en un incremento de la presión arterial, alteraciones en los niveles de lípidos en sangre y un mayor riesgo de eventos como infartos y derrames cerebrales, tal como lo menciona el experto. 

    Este impacto, según el Dr. Mesa, representa un desafío bastante grande para los pacientes y los médicos, quienes deben encontrar un equilibrio entre tratar la inflamación intestinal y minimizar los riesgos cardiovasculares.

    Cambios en el estilo de vida 

    No obstante, el Dr. Mesa recordó un enfoque positivo al abordar este impacto desde los cambios en el estilo de vida.

    Dijo que la actividad física no solo favorece la salud del corazón, sino que además reduce la inflamación asociada con la enfermedad intestinal. "Una de las formas más accesibles y económicas de mejorar la salud integral del paciente es mediante la práctica regular de ejercicio físico", concluyó.

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