Si la mujer tiene una enfermedad activa, los riesgos de tener un bebé de bajo peso o un parto prematuro son mucho más altos.
La mayoría de las mujeres que padecen la enfermedad inflamatoria intestinal (Ell) se encuentran en edad fértil con un pico de incidencia situado entre los 15 y los 35 años. Algunas mujeres pueden preocuparse por si el embarazo afectará su condición o si los medicamentos que están tomando afectarán al feto.
En el marco del evento 14° Simposio viviendo con crohn y colitis ulcerosa, la revista de Medicina y Salud Pública entrevistó a la doctora Irene Villamil, gastroenteróloga, quien es facultativa de la sección de gastroenterología de la escuela de medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico quien reveló la influencia que puede tener las Ell y su tratamiento sobre el embarazo y el efecto que la gestación puede producir sobre el curso de la enfermedad.
"Este tema es muy importante porque no es algo que solemos tratar comúnmente con nuestros pacientes", señaló Villamil. "Los médicos generalmente se concentran en cómo tratar la condición y mejorar la salud del paciente en general, pero los temas relacionados con la salud reproductiva son igualmente cruciales. Afectan tanto la planificación familiar como la vida emocional y sexual de nuestros pacientes", afirmó la especialista.
Uno de los puntos clave de la conversación fue la importancia de planificar un embarazo en momentos de remisión de la enfermedad. La Dra. Villamil destacó que cuando la enfermedad está activa, los riesgos para el bebé aumentan considerablemente, incluyendo bajo peso al nacer y parto prematuro. "Cuando la madre está en remisión, el embarazo debería ser igual al de cualquier otra mujer de la población general", explicó la médica.
Sin embargo, para las pacientes con EII activa, la planificación del embarazo debe ser meticulosa. Los riesgos para la salud del bebé y de la madre aumentan cuando la enfermedad está activa, por lo que es fundamental esperar a los momentos en los que la enfermedad esté controlada.
"Si la mujer tiene una enfermedad activa, los riesgos de tener un bebé de bajo peso o un parto prematuro son mucho más altos, por eso siempre se dice que se debe planificar el embarazo para los momentos donde estamos en remisión."
Terapias y medicamentos en el embarazo: lo que se debe saber
Otro tema relevante tocado por la Dra. Villamil fue el uso de terapias durante el embarazo. A medida que el conocimiento sobre estas enfermedades y los medicamentos disponibles ha crecido, se ha vuelto más claro qué tratamientos son seguros para las futuras madres. La especialista mencionó que medicamentos como adalimumab, vedolizumab y upacitinib pueden continuar usándose sin problemas durante la gestación.
"Es importante que las pacientes que ya están bajo tratamiento no interrumpan sus medicinas de golpe si quedan embarazadas", advirtió la Dra. Villamil. "Si una paciente está usando alguno de estos medicamentos y queda embarazada, lo primero que debe hacer es consultar a su médico. Es fundamental tomar decisiones de manera controlada y en conjunto con el equipo médico".
Garantizando un embarazo seguro
Para las mujeres con EII activa, Villamil insistió en la necesidad de no interrumpir la terapia médica. "Las terapias que son seguras durante el embarazo deben mantenerse para controlar la enfermedad. Esto ayuda a la madre a absorber los nutrientes necesarios y asegurar que el bebé reciba las vitaminas y minerales que necesita", afirmó.
La adherencia tanto a las terapias como a las citas médicas es esencial para tener un embarazo exitoso. "Lo más importante es seguir el tratamiento de manera constante y acudir a todas las citas médicas, ya que esto garantizará la salud tanto de la madre como del bebé", concluyó la Dra. Villamil.