En el 2019 la Dra. María del Carmen González recibió un reconocimiento por sus 35 años de labor como genetista y pediatra por parte de la Asociación de Médicos Pediatras de la Región Este (AMPRE). La doctora es la única mujer que ejerce como genetista y pediatra en la isla, una labor en la que ha logrado múltiples iniciativas y cargos en la isla en pro de la salud de los puertorriqueños.
Daniela Pinto Molinares
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
En el 2019 la Dra. María del Carmen González recibió un reconocimiento por sus 35 años de labor como genetista y pediatra por parte de la Asociación de Médicos Pediatras de la Región Este (AMPRE). La doctora es la única mujer que ejerce como genetista y pediatra en la isla, una labor en la que ha logrado múltiples iniciativas y cargos en la isla en pro de la salud de los puertorriqueños.
En entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) la Dra. González explicó que no se esperaba ese reconocimiento porque ella realiza su trabajo como cualquier persona. También contó que se sintió muy emocionada porque lo recibió de personas y residentes que conoce desde que estaban empezando sus carreras de pediatría.
En la actualidad la Dra. González es la única mujer genetista pediatra en Puerto Rico. En la isla solo otros dos doctores -Dr. Juan Alberto Santiago Cornier y Dr. Carlos- ejercen esta especialidad. “En genética uno ve la familia completa, pero en mi caso hice primero mi especialidad en pediatría y luego genética. Así que por eso estoy ubicada en pediatría y veo mayormente a los casos pediátricos”. También hay otros doctores con esta especialidad en la isla, una especializada en ginecobstetricia y otro en oftalmología.
La Dra. González nació en San Sebastián, en la costa Oeste de Puerto Rico. Es la mayor de diez hermanos y, desde pequeña, sus padres le inculcaron que debía estudiar porque es la herencia que les iban a dejar sus padres. Toda su vida estudió en las escuelas públicas; inicialmente quiso estudiar Arquitectura. Sin embargo, cuando quiso entrar a la Universidad de Puerto Rico, el momento de presentar el examen había pasado por lo que decidió estudiar Biología. Luego de un tiempo no encontró interesantes los cursos que daba, así que decidió solicitar un cambio para Medicina.
“Descubrí un nuevo mundo. Desde que empecé tuve la suerte que siempre me llegaban pacientes con condiciones poco comunes cuando nos tocaba hacer la rotación en tercer año”,
dijo a MSP y agregó que la pasantía clínica de su cuarto año decidió hacerla en pediatría donde también se encontraba con casos únicos.
El Dr. José Miguel García Castro fue su profesor de genética y todos los pacientes que le llegaban a la doctora debía consultarlos con él. “Yo resolvía los casos leyendo y estudiando mucho. De hecho, con el Dr. García Castro realicé una investigación sobre pacientes con hiperglicinemia no cetósica -un error congénito del metabolismo-. Esa fue la primera vez que publiqué en el American Journal of Medicine”, explicó la especialista y agregó que el Dr. García fue de gran importancia académica y la impulsó a estudiar genética.
“Quería regresar a mi pueblo, volver a aportar las cosas que se necesitaban. Sin embargo, me regalan este pequeño perrito para mi primer sobrino y cuando me entregan al pobre perro no tenía más anomalías congénitas porque no podía. Mi profesor García Castro me dijo varias cosas y luego finalizó ‘¿Qué tu esperas? Que del cielo te manden una carta para estudiar genética’”,
expresó.
La Dra. González empezó a llenar solicitudes de tres escuelas en Estados Unidos: la Universidad de California en San Francisco, otra en JacksonVille en Florida y por último, en Nueva Orleans en Luisiana. En todas fue admitida.
“Decidí irme a San Francisco. Estuve allá tres años desde 1981 hasta 1984. Regresé a Puerto Rico en 1984 a trabajar en el Hospital Pediátrico y desde esa época estoy trabajando y haciendo genética médica en la Escuela de Medicina”,
contó a MSP.
La Dra. González nunca sintió una barrera por su género pero sí por ser puertorriqueña mientras estudiaba en San Francisco. Sus mentores la apreciaban y la ayudaban. Era una ciudad donde todas las personas eran diferentes. Sin embargo, tuvo un problema con un residente:
“Por más bien que yo hable el inglés siempre voy a tener un poco de acento y me pasó una situación en donde yo fui a contestar una consulta en un intensivo estaba este residente y me dice que él no va a aceptar lo que yo estoy escribiendo ahí porque tenía ir a un attending de genética a verificar si lo que yo estaba diciendo y haciendo era correcto. Fui una situación un poquito difícil, la enfermera que estaba a cargo del paciente se quedó un poco desconcertada y sé que algo pasó con el residente porque lo próximo que me pidieron fue que diera una conferencia a todos los residentes hablando sobre el tema del paciente que yo estaba evaluando”,
dijo a MSP.
Desde que regresó a la isla la Dra. González se encuentra laborando en el Hospital Pediátrico Universitario desde el Dpto. de Pediatría que está afiliado a la Escuela de Medicina. Es directora de la sección de Genética Médica del Dpto. de Pediatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, es catedrática y asesora para el Programa de Cernimiento Neonatal del Dpto. de Salud de Puerto Rico.
La especialista también se encarga de la evaluación de los resultados de los neonatos que se hacen pruebas genéticas y evalúa en los laboratorios que se hacen en el cernimiento neonatal. “A parte de eso pues estoy a cargo de las clínicas como tal. Tenemos tres clínicas a la semana, dos de pacientes de seguimiento y una de pacientes nuevos. Estoy a cargo de contestar todas las consultas que llegan de genética del Hospital Pediátrico. Esas son consultas que llegan de toda la isla”.
Pero su labor no acaba allí. La Dra. González también se encarga de la enseñanza de genética clínica a los estudiantes de Medicina desde primero a cuarto año y a los residentes de pediatría de primer a tercer año a los que están haciendo los fellowships de neonatología, psiquiatría pediátrica, neurología pediátrica.
Es mentora de estudiantes y pediatras, hace parte de un programa que se creó entre padres de pacientes con fenilcetonuria -alteración congénita del metabolismo-. También es parte de la Clínica de Adultos de Desórdenes Metabólicos que se creó por la legislatura hace dos años y medio en la isla. Ahí ve a pacientes de 21 años con desórdenes metabólicos.
“Cada niño es único, diferente e irrepetible por eso cada uno tiene una historia de familia que es única”, cuenta la especialista. Ella se envuelve con las familias y muchos pacientes los sigue atendiendo en su edad adulta pues ante cualquier consulta médica como una gripa los pediatras o doctores primarios deciden llamarla para estar seguros que el tratamiento que van a recetar no complique su condición genética.
“Una cosa importante en medicina es aprender a ponerse en los zapatos de la persona que tiene al lado, siempre escuchar con el corazón abierto porque a veces detrás de estas ‘quejas’ que le traen uno siempre hay una razón para que tu puedas ayudar a esa persona que tienes delante de ti. Y siempre trata a tus pacientes como si fueran parte de tu familia. Como a ti te gustaría que trataran a tu familia trátalos a ellos de esa manera”,
dice a la doctora a todos los médicos y residentes pues de esta manera ellos pueden ayudar a los pacientes y qué podría estar causando esos síntomas.
Con respecto a genética, la Dra. González concluye que es una de las especialidades más hermosas que existe porque tiene la capacidad de identificar cosas que no son comunes. “Puedes hacer prevención, puedes ayudar a manejar condiciones difíciles que antes pensábamos que no tenían cura y hoy en día con todo lo que se está aprendiendo podemos curarlo. Tú poderle decir a un papá mira tu bebé tiene esta condición pero con este medicamento nuevo va a tener una vida completamente normal, cuando esos niños antes tenían muchos daños o no iban a sobrevivir, eso da una alegría en el corazón inmensa”. De esta forma cambia completamente la vida de ese niño y de esa familia, una recompensa suficiente para la única mujer genetista pediatra en Puerto Rico.