Se habla bastante del innegable riesgo de COVID-19 al que se enfrentan los médicos y enfermeras. Sin embargo, en muchos países no se ha visibilizado hasta el momento a las personas encargadas de la limpieza y desinfección de hospitales, clínicas y centros de salud.
César Fuquen Leal
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
El COVID-19, el virus pandémico que ha infectado a más de un millón de personas no distingue raza, etnia, estrato socioeconómico y mucho menos sistema inmunológico. Es por eso que todo el personal que trabaja en los centros de salud están altamente expuestos al contagio del virus, tal es el caso del personal de aseo y desinfección de estas instituciones de salud.
Se habla bastante del innegable riesgo de COVID-19 al que se enfrentan los médicos y enfermeras. Sin embargo, en muchos países no se ha visibilizado hasta el momento a las personas encargadas de la limpieza y desinfección de hospitales, clínicas y centros de salud.
La Fundación Internacional MARYOS, liderada por los médicos colombianos Marlen Huertas, epidemióloga y auditora junto a su esposo, Oscar Suárez, anestesiólogo con especialización en epidemiología clínica, crearon uniformes antifluidos para el personal de aseo de un hospital en Colombia. La Dra. Huertas le contó a la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) todo sobre estos trajes de bioseguridad.
“La Fundación MARYOS diseñó unos uniformes antifluidos especiales para esta epidemia de coronavirus. Se han hecho doscientos, la idea es llegar a trescientos uniformes que vamos a entregar al personal de servicios generales porque es una población muy vulnerable, no tienen los recursos para su alimentación, su transporte y sus gastos básicos. Por eso pensamos en esta población que es indispensable en todos los hospitales y las instituciones de salud. Iniciamos en una institución en Cundinamarca, ahora vamos a iniciar en Boyacá y aquí en Bogotá (ciudades en Colombia)”, expresó la galena.
Durante sus labores diarias, el personal de aseo se enfrenta a múltiples agentes infecciosos que podrían incidir negativamente en su salud. Según la doctora Huertas, el uniforme es de un material resistente que no se rompe, resiste temperaturas altas y evita la exposición a virus y bacterias.
“El uniformes está hecho de un material antifluido, es decir, que al tener contacto con las botas o fluidos, no va a tener contacto con la piel de las personas. Es un overol, con un gorro, que llega más o menos a la frente y evita que tenga contacto con esta parte del cuerpo, más la otra protección que les va a dar la institución: tapabocas, gafas y caretas faciales. En los pies va la parte libre, si le quieren poner caucho para mayor comodidad, si lo quieren dejar así o utilizar sus zapatos de trabajo”, explicó la epidemióloga.
Quizá se esté preguntando, cómo se evidenció que los trajes son resistentes a infecciones y demás agentes infecciosos. La doctora Huertas aseguró que se trabajó con materiales ya conocidos y que rinden frutos en la prevención de virus y bacterias.
“Son uniformes que por lo general siempre usan en otros colores los médicos, son antifluido, son de forro grueso y ya han sido usados por mucho personal de salud, pero por lo general los usan en otros colores, no en overol, sino los usan como uniforme para trabajar normal. Estos se diseñaron blancos. Hay mucha escasez de material, entonces decidimos que fuera un material que ya se conoce, que ya se ha usado. Importantísimo, porque el uniforme no solamente evita que se contagien, sino mantener todas las normas de bioseguridad que ellos ya ya conocen: lavados de manos y sus dos uniformes: uno para estar dentro de la institución, el otro para estar fuera de la institución”, determinó la especialista.
Imágenes de los uniformes antifluidos.
Actualmente, en diferentes UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) de los diferentes centros de salud en el mundo se encuentran en hacinamiento a causa del COVID-19. Al ver esta situación de salud pública, los doctores actuaron en pro de evitar el contagio y propagación de este mortal virus.
“Los uniformes están enfocados a las personas que van a los centros de salud porque allá se va a colapsar toda la atención de los pacientes. Están en mayor riesgo que las personas que están haciendo sus oficios como barriendo las calles, preparando alimentos. Ellos no van a estar en tanto contacto como las personas de servicios generales que obligatoriamente si hay un derrame de un líquido, ellos tienen que entrar a hacer el proceso de limpieza y desinfección. Lo que le interesa a la fundación en este momento es que esas personas que trabajan en esas instituciones estén protegidas para que cuando lleguen los enfermos puedan atenderlos bien”, expresó con orgullo la codirectora de la fundación.
Combatir el COVID-19 es una tarea multidisciplinar en la que diversas profesiones convergen para contrarrestar este virus pandémico. Entender que hay varias personas tras bambalinas trabajando en pro de la comunidad es indispensable; la doctora Huertas precisó su conversación con MSP con un contundente mensaje.
“Yo le quiero decir a toda la comunidad de todo el mundo que tenemos que ser conscientes que las instituciones no solamente están conformadas por médicos, especialistas y enfermeras, sino es todo un equipo de trabajo, un apoyo logístico, personas que tienen que estar limpiando, desinfectando, personas que tienen que estar pendientes de los equipos médicos, personas que tienen que estar pendientes de toda la parte económica, entonces es un equipo de salud y todo el equipo de salud tiene que protegerse. Ante esta dificultad y crisis de pandemia que tenemos en todo el mundo, pues vemos que muere muchísima gente y todas las instituciones de todo el mundo están en escasez. No pensaron en algún momento que pudiera pasar esto con esta tecnología y con todas las cosas que existen, pero estamos todos en aislamiento entonces tenemos que ser conscientes que tenemos que cuidar nuestra salud, ya que no hay recursos más que estar en la casa”, concluyó.