Los cánceres de sangre o llamados también enfermedades oncohematológicas, son unas de las principales causas de muerte en el mundo. Entre las más frecuentes se encuentran las leucemias como la mieloide aguda, que es la más común; la linfocítica crónica que representa el 30% de los casos. La mieloide crónica y la linfoblástica aguda, más frecuente en menores de 8 años.
Diana Castañeda
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Los cánceres de sangre o llamados también enfermedades oncohematológicas, son unas de las principales causas de muerte en el mundo. Entre las más frecuentes se encuentran las leucemias como la mieloide aguda, que es la más común; la linfocítica crónica que representa el 30% de los casos. La mieloide crónica y la linfoblástica aguda, más frecuente en menores de 8 años.
Bajo este contexto, el doctor Cristian Rodríguez, hematólogo oncólogo y especialista en trasplante de médula ósea y terapia celular, habló para la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) argumentando que, en las leucemias agudas, que son las más agresivas, se utilizan medicamentos como las quimioterapias, pero, además existen drogas dirigidas a diferentes mutaciones que caracterizan las distintas enfermedades.
“La mayoría de las leucemias agudas van a necesitar una evaluación para trasplante de médula ósea como parte de su tratamiento, solamente los de categoría estándar no lo requiere” aclaró el Dr. Rodríguez.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), aunque existen múltiples aspectos de la biología celular y tumoral que han sido objeto de estudio como potencial diana de los nuevos tratamientos y son innumerables las moléculas que se han desarrollado para actuar sobre estos aspectos, los tratamientos que han alcanzado un éxito suficiente para ser utilizados de rutina o están cerca de este punto, no son muchos y se centran en dos aspectos de la biología del cáncer.
Actualmente, los avances para los tratamientos de la leucemia están evolucionando significativamente. El hematólogo y oncólogo aduce que lo que se busca son mutaciones que definan la enfermedad y qué es lo que lleva a estos pacientes a padecerla, por lo que las investigaciones en cuanto a drogas cada vez son más.
“No necesariamente a través de quimioterapia, sino de bloquear partes en el proceso celular y terapias celulares dirigidas a atacar el cáncer”, agregó.
Por su parte, la SEOM aclara que, otro de los pasos clave de la transmisión de señal proliferativa, que actualmente es utilizado como diana terapéutica, es la proteína llamada mTOR. La proteína mTOR u otra de su misma vía de señalización, la PI3K, están frecuentemente activadas en cáncer, siendo responsables de la supervivencia de las células malignas. Así, varios fármacos inhibidores de mTOR han sido ya aprobado para su uso clínico [everolimus (Afinitor®), temsirolimus (Torisel®)]
Para algunos tumores como el cáncer de próstata o algunos tumores de mama, las hormonas sexuales (la testosterona en el caso de los hombres y los estrógenos y/o la progesterona en el caso de las mujeres) son los factores de crecimientos más importantes. En este contexto, hace años que se desarrollaron los que podríamos considerar los primeros tratamientos dirigidos, como el tamoxifeno o los inhibidores de la aromatasa en el caso del cáncer de mama y la bicalutamida, un antiandrógeno, en el caso del cáncer de próstata, dirigidos a disminuir la producción hormonal o su efecto en los receptores hormonales (de hecho, son en realidad, tratamientos “antihormonales”). Sin embargo, ha sido en estos últimos años, sobre todo en el caso del cáncer de próstata, cuando se han desarrollado nuevas variantes de estos tratamientos ampliándose el abanico de opciones terapéuticas (ver sección “Nuevos tratamientos hormonales”).
El experto en médula ósea recordó que en 2017 se aprobó esta terapia celular para aquellos pacientes que han tenido recaídas en esta enfermedad de leucemia, especialmente en los menores de 26 años.
“Esta innovadora terapia manipula el sistema inmune del paciente, específicamente las células T, para que produzcan un anticuerpo encargado de detectar la enfermedad o la leucemia, pues se activan las células T y estas destruyen el cáncer”, explica el experto en terapia celular.
Aunque la anemia puede ser una manifestación clínica de una leucemia, no significa que un paciente con esta enfermedad tenga más riesgo de padecerla. Para el doctor Cristian Rodríguez hay múltiples razones por las que una persona pueda tener anemia, como causas inflamatorias crónicas que puedan ocasionarla, una evaluación de minerales como el hierro, ácido fólico, entre otras.
“En la leucemia aguda, la gran parte de los pacientes pueden presentar síntomas asociados a que los componentes de la sangre están disminuyendo, por ejemplo, si le disminuyen los glóbulos blancos, el cansancio o debilidad y fatiga por el descenso en los glóbulos rojos. Otra manifestación es el sangrado debido a que las plaquetas se pueden comprometer y aumentar el riesgo de sangrado”, aclaró el especialista.