Alexandra Franco O'Connell es una adolescente puertorriqueña de 14 años que hizo historia como la estudiante más joven en entrar al Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
Alexandra Franco O'Connell es una adolescente puertorriqueña de 14 años que hizo historia como la estudiante más joven en entrar al Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Además, es la hispana más joven en Estados Unidos en ingresar a una escuela de medicina acreditada por este país.
La Revista Medicina y Salud Pública (MSP) llevó a cabo un diálogo exclusivo con esta proeza puertorriqueña. Allí conocimos sus retos, esfuerzos, experiencias y cómo gracias a su dedicación hoy es reconocida en América Latina y el mundo.
“Yo soy del tipo de persona que prefiero que me llamen Alexandra y no vengan y digan: 'esta es la niña genio'. Me ha pasado una que otra vez, empiezan a hablarme como de tipo 'ah, la niña genio, tiene que ser algo especial, como algo más allá’, yo digo: mira yo soy como cualquier otro estudiante, yo tuve que trabajar para esto, yo tuve que estudiar igual que ustedes, no es como que soy esta persona que de repente me sé ya todo el proceso sin yo tener la menor idea, sin haber estudiado ni nada, yo soy una persona totalmente normal”
afirmó la menor.
Una prueba psicométrica a los dos años fue la que determinó que Alexandra tendría capacidades cognitivas y motoras más avanzadas que los niños del común. Es por eso que desde esa edad el apoyo de sus padres fue fundamental en su desarrollo.
“Esa prueba decía que yo tenía una capacidad de un niño de seis años, pero mis padres querían que yo tuviera una vida normal. En vez de estar puramente en el colegio, también tenía otras actividades que a mí me interesaron como estar en el coro, pintar, bailar y cosas así”.
Al indagar a Franco acerca de sus logros académicos y estudiantiles dejó entrever que el mérito por el que hoy es reconocida no ha sido fácil. Ha sido el resultado de años de estudio, entrega, esmero y mucha dedicación.
“Yo había hecho un internado cuando tenía entre 11 y 12 años, antes de entrar a noveno grado. Para ese tiempo yo fui aquí para ser asistente de cátedra en odontología”. (…) Yo estuve involucrada en una ley para estudiantes dotados que da una beca para estudiantes que quieran hacer lo mismo que yo. Estar en High School y en universidad a la misma vez, que eso fue lo que yo hice hasta el año pasado -2018- que ya me gradué de ambos”
mencionó Alexandra.
Se llegaría a pensar que Alexandra es una adolescente que no disfruta su juventud, que quizá por sus dotes cognitivos no tiene tantos amigos y que quizá no es muy abierta al ámbito social, pero no es así, por el contrario. La futura galena es muy extrovertida y considera que debe haber un balance entre lo académico, lo profesional y lo personal.
“Yo no puedo estar tanto tiempo como antes haciendo diferentes actividades, pero yo siempre lo que hago es que uno se organiza y pues uno estudia, pero uno siempre tiene tiempo para poder disfrutar”.
Una de las características de Alexandra es que es una apasionada por la innovación e investigación en diferentes aristas del conocimiento, la mayoría de ellas están relacionadas con la medicina.
“Me encanta la investigación. Una de mis metas es poder estar involucrada en algún tipo de investigación durante este verano y también los próximos. Seguir la investigación una vez que me gradúe. Igual me gustaría hacer algún tipo de internado antes de graduarme de medicina”.
Alexandra ya casi completa su primer año en el RCM, lo que le ha permitido adquirir múltiples experiencias, habilidades y conocimientos que le dan las facultades para evidenciar cuáles son los retos que la medicina enfrenta y enfrentará en el futuro.
“Me he dado cuenta que recientemente nos estamos moviendo más y más hacia una medicina que también involucra la genética, una medicina más especializada hacia cada paciente, no tanto como ejemplo: ¿tú tienes diabetes? pues yo te voy a dar lo mismo que a los demás pacientes que yo tengo que tienen diabetes, te voy a dar insulina y ya. Ahora vamos a poder utilizar eso para poder eventualmente hasta curar los cánceres, yo creo que eventualmente se va a poder curar utilizando esa genética”
mencionó esperanzada la estudiante Alexandra Franco.
Por lo general, los estudiantes superdotados, al reconocer que sus habilidades son más desarrolladas a diferencia de los demás, piensan en explotar su potencial en el extranjero, este no es el caso de Alexandra Franco.
“Me decidí estar aquí en Puerto Rico porque yo siempre desde chiquita he dicho yo quiero ser médico y siempre pensaba que el sitio que yo quería estar era el Recinto porque yo quiero ayudar a la gente aquí en Puerto Rico, a mi país, a mi pueblo”.
Igualmente, Alexandra tiene un pensamiento enfocado en la labor social y considera que el estado debería promover más programas y leyes que beneficien a otros estudiantes con habilidades y destrezas.
“El sistema debe mejorar completamente y ser más abierto a estudiantes dotados y estudiantes normales que tienden a tener dificultades y estudiantes que tengan discapacidades, problemas de aprendizajes necesitan ayuda”,
dijo Alexandra Franco a MSP.
Esta es la historia de una pequeña que a su corta edad ha dejado en alto el nombre de su país, ha demostrado que para triunfar no se necesita ser grande, y que con esfuerzo, esmero, responsabilidad y entrega se pueden lograr grandes cosas. Además, es un vivo ejemplo para las futuras generaciones que quieren cumplir sus sueños.