El Palacio no especificó cuáles fueron los efectos secundarios que sufrió el rey este jueves, pero una fuente de la corona le dijo a BBC News que se trató de un "un pequeño bache en un camino que avanza en la dirección correcta".
El rey Carlos III de Inglaterra fue ingresado este jueves en un hospital londinense después de presentar efectos secundarios derivados de su tratamiento contra el cáncer, según informó el Palacio de Buckingham en un comunicado oficial.
El monarca de 75 años, a quien se le diagnosticó cáncer en febrero de 2024, requirió un breve período de observación médica antes de ser dado de alta y regresar a su residencia en Clarence House.
Aunque el Palacio no proporcionó detalles específicos sobre la naturaleza de estos efectos secundarios, fuentes cercanas a la familia real describieron la situación como "un pequeño bache en un camino que avanza en la dirección correcta", según reportó la BBC.
Otras fuentes citadas por el Telegraph indicaron que estos efectos fueron temporales y comunes en este tipo de tratamientos.
Como consecuencia de este episodio médico, el rey se vio obligado a cancelar todos sus compromisos públicos programados para este jueves y viernes. Entre las actividades pospuestas se encontraba la recepción de credenciales de embajadores de tres países, una visita al Birmingham Royal Ballet y al Oratorio de San Felipe Neri, así como la inauguración de un hospital en Midland.
El Palacio expresó que el monarca está "muy decepcionado" por no poder asistir a estos eventos y espera que puedan reprogramarse en el futuro.
Este incidente ocurre en un año particularmente difícil para la familia real británica en cuanto a temas de salud. El propio rey Carlos III había retomado gradualmente sus actividades oficiales después de meses de tratamiento, incluyendo un viaje oficial a Australia y Samoa en octubre de 2023.
Paralelamente, la princesa Kate Middleton también fue diagnosticada con cáncer en 2024, aunque recientemente anunció que su enfermedad está en remisión. El príncipe William describió este período como "el más duro de su vida".
El cáncer del monarca fue detectado inicialmente durante un procedimiento rutinario por una hipertrofia benigna de próstata en enero de 2024. Desde entonces, el Palacio ha mantenido reserva sobre el tipo específico de cáncer y los detalles del tratamiento, aunque se sabe que ha estado recibiendo atención especializada.
A pesar de este reciente contratiempo, el rey continúa trabajando en documentos oficiales desde su residencia y permanece bajo supervisión médica mientras sigue con su tratamiento.
Expertos en protocolo real indican que es probable que la agenda del monarca se ajuste en las próximas semanas para priorizar su recuperación, manteniendo sólo los compromisos más esenciales. Este episodio ha vuelto a poner de relieve los desafíos que enfrenta la monarquía británica en cuanto a la continuidad de sus funciones durante periodos de salud frágil de sus principales miembros.